martes, 22 de noviembre de 2016

El fracaso de la MUD obliga a una revisión urgente: orgánica y estratégica de la oposición


“El político se convierte en estadista 
cuando piensa en las próximas generaciones 
y no en las próximas elecciones” (Winston Churchill).

La MUD nació como una alianza electoral con el fin de concentrar el voto de oposición y así evitar que, por su dispersión, facilitase la victoria de la tiranía comunista que cuenta con el ventajismo del poder, los recursos y sobre todo el control del CNE. Como tal ha debido permanecer para que cada partido tuviese su identidad ideológica y programática, creando su espacio político específico con su propio liderazgo y su propio lenguaje.
Por desgracia la alianza electoral se transformó en un partido amorfo, sin identidad ideológica, del cual se fue apropiando un cogollo, no electo por nadie, que ha impuesto su criterio sin oír la opinión de los militantes y mucho menos de los independientes. Sin duda esta transformación fue promovida por la tiranía con el objeto de convertirla en comparsa electoral colaboracionista. Lo ha logrado de esta forma: 1) los partidos han renunciado a su identidad ideológica y estratégica, por cuyo motivo carecen de líderes con visión de estadistas; 2) han hecho esta renuncia a favor de una alianza electoral transformada así en movimiento electorero permanente, que no ve más allá de sus narices, sólo pensando en elecciones, por lo cual la MUD ha caído en manos de la “sargentería política” o “aparatchik” (políticos profesionales sin carisma); 3) al ser un movimiento electorero permanente ha renunciado a toda otra forma de lucha que no sea electoral; 4) al asumir esta característica ha terminado transformándose en un partido de empleados públicos o burócratas, lo que es impropio para luchar contra una tiranía; 5) como partido de burócratas adolece de miopía política (no ve más allá de sus narices que son los cargos), careciendo de una visión estratégica. 
La ineficacia de este modelo de organización para provocar el cambio político-social-económico y, por el contrario, su utilidad para garantizarle estabilidad al gobierno títere de Cuba se prueba con este hecho: Maduro está próximo a cumplir cuatro años en el poder (8D), impuesto por Cuba, sin tener liderazgo ni carisma, ni preparación para el cargo, sin haber probado ser venezolano por nacimiento y no tener doble nacionalidad y además de tener oculta el acta de defunción de su antecesor. Y, para colmo, habiendo llevado al país a la peor crisis de la historia: colapso de la economía, hambre y crisis humanitaria. Este solo hecho, no haber echado a Maduro del poder estando dadas todas las condiciones objetivas y subjetivas para haberlo hecho, es demostrativo de máxima ineficacia, lo que descalifica al cogollo de la MUD y obliga, en consecuencia, a sustituirlo como parte de una revisión orgánica y estratégica de la oposición.
La orgánica: el regreso a los orígenes volviendo a ser la MUD sólo una alianza electoral. Sólo electoral. La estratégica: rescatar los partidos su identidad ideológica (liberal, demócrata cristiana, socialdemócrata) para tener su espacio político y su propio liderazgo y lenguaje asumiendo las consecuencias de usar por su cuenta las demás formas de lucha que considere apropiada a las circunstancias. 
Es lo que conviene al país para salir de Maduro y salvarnos de la hecatombe. Es la iniciativa que deberían tomar los partidos disidentes, los promotores de LA SALIDA (VP, ABP, VV) y los 15 opuestos al diálogo, que están castrados para su crecimiento por el cogollo de la MUD.

REFLEXIONES  110                             22-11-16


No hay comentarios:

Publicar un comentario