“El político se convierte en estadista
cuando piensa en las próximas generaciones
y no en las próximas elecciones” (Winston Churchill).
La MUD nació como una alianza electoral con
el fin de concentrar el voto de oposición y así evitar que, por su dispersión,
facilitase la victoria de la tiranía comunista que cuenta con el ventajismo del
poder, los recursos y sobre todo el control del CNE. Como tal ha debido
permanecer para que cada partido tuviese su identidad ideológica y
programática, creando su espacio político específico con su propio liderazgo y
su propio lenguaje.
Por desgracia la alianza electoral se transformó en un partido amorfo, sin
identidad ideológica, del cual se fue apropiando un cogollo, no electo por
nadie, que ha impuesto su criterio sin oír la opinión de los militantes y mucho
menos de los independientes. Sin
duda esta transformación fue promovida por la tiranía con el objeto de
convertirla en comparsa electoral colaboracionista. Lo
ha logrado de esta forma: 1) los partidos han renunciado a su identidad
ideológica y estratégica, por cuyo motivo carecen de líderes con visión de
estadistas; 2) han hecho esta renuncia a favor de una alianza electoral
transformada así en movimiento electorero permanente, que no ve más allá de sus
narices, sólo pensando en elecciones, por lo cual la MUD ha caído en manos de la
“sargentería política” o “aparatchik” (políticos profesionales sin carisma); 3)
al ser un movimiento electorero permanente ha renunciado a toda otra forma de
lucha que no sea electoral; 4) al asumir esta característica ha terminado
transformándose en un partido de empleados públicos o burócratas, lo que es
impropio para luchar contra una tiranía; 5) como partido de burócratas adolece
de miopía política (no ve más allá de sus narices que son los cargos),
careciendo de una visión estratégica.
La ineficacia de este modelo de organización para provocar el cambio
político-social-económico y, por el contrario, su utilidad para garantizarle
estabilidad al gobierno títere de Cuba se prueba con este hecho: Maduro está
próximo a cumplir cuatro años en el poder (8D), impuesto por Cuba, sin tener
liderazgo ni carisma, ni preparación para el cargo, sin haber probado ser
venezolano por nacimiento y no tener doble nacionalidad y además de tener
oculta el acta de defunción de su antecesor. Y, para colmo, habiendo llevado al
país a la peor crisis de la historia: colapso de la economía, hambre y crisis
humanitaria. Este solo hecho, no haber echado a Maduro del poder estando dadas
todas las condiciones objetivas y subjetivas para haberlo hecho, es
demostrativo de máxima ineficacia, lo que descalifica al cogollo de la MUD y
obliga, en consecuencia, a sustituirlo como parte de una revisión orgánica y
estratégica de la oposición.
La orgánica: el regreso a los orígenes volviendo a ser la MUD sólo una
alianza electoral. Sólo electoral. La estratégica: rescatar los partidos su
identidad ideológica (liberal, demócrata cristiana, socialdemócrata) para tener
su espacio político y su propio liderazgo y lenguaje asumiendo las
consecuencias de usar por su cuenta las demás formas de lucha que considere
apropiada a las circunstancias.
Es lo que conviene al país para salir de Maduro y salvarnos de la
hecatombe. Es la iniciativa que deberían tomar los partidos disidentes, los
promotores de LA SALIDA (VP, ABP, VV) y los 15 opuestos al diálogo, que están
castrados para su crecimiento por el cogollo de la MUD.
REFLEXIONES 110 22-11-16
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