Liberación Nacional y No-Reelección (126)
Téngase por diputado de Cubazuela, y por añadidura colaboracionista, al
que acepta formar parte de la institucionalidad del gobierno títere de Cuba, integrándose
a su Parlamento, en lugar de convocar al pueblo a repetir el 19 de abril de
1810, dos siglos después.
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Venezuela dejó de existir como república independiente
al ser cedida la soberanía a Cuba por una banda de traidores a la patria
todavía en el poder. Somos súbditos de Su Majestad Raúl Castro, titular de la
Corona por sucesión dinástica determinada por su hermano Fidel, fundador de la
monarquía comunista cubana.
En los años 60 Cuba intentó varias veces anexarse a
Venezuela por las armas. Primero la invadió, siendo derrotada por el ejército
patriota. Luego se valió del extravío de la izquierda, seduciéndola para la
lucha de guerrillas. Igualmente sufrió la derrota por un ejército efectivamente
profesional, además de patriota. Entonces cambió de estrategia. Visto que el
ejército, por patriota y profesional, era el obstáculo, procedió a penetrarlo
para convertirlo en lo contrario: traidor y mercenario. Con este fin infiltró
en sus filas a agentes suyos adoctrinados. Cuando tenían mando de tropas, estos
agentes, engañando a subalternos incautos, ensayaron otra vez la vía armada
para tomar el poder absoluto, lo que harían disolviendo por decreto todos los
poderes públicos, y de este modo, sin obstáculo institucional, podrían entregar
Venezuela a Cuba. Lo intentaron el 04-02-1992 y de nuevo fueron derrotados por
el ejército profesional y patriota. Visto el fracaso hubo otro cambio de
estrategia. Se optó entonces por la vía electoral, lanzando de candidato al
jefe de la traición. Lo lograron por dos motivos: el error de los gobernantes
de no aceptar la propuesta de adelantárseles convocando una Constituyente,
previa reforma constitucional, que inhabilitase también a los militares retirados
para la presidencia y a la perfidia del candidato que ocultó su calidad de
agente cubano, lo que vino a descubrirse después.
Tomado el poder por el agente cubano, tuvimos un
gobierno títere dirigido desde La Habana por Fidel en persona, quien puso en
ejecución el plan de convertir a Venezuela en Cubazuela. El plan consta de tres
etapas. La primera tuvo por objetivo la destrucción de la institucionalidad
democrática que fue reemplazada por una fachada de instituciones serviles a la
voluntad de Cuba comunicada por medio del tirano. Con esta finalidad fue
convocada de urgencia una Constituyente, obviándose el trámite previo de la
reforma constitucional y desacatando la orden judicial al constituirse como
plenipotenciaria. Esta Constituyente arrasó con los posibles obstáculos
institucionales a la cesión de la soberanía a Cuba. Para impedirlo sólo quedaba
el pueblo. Representado por una alianza de clases: trabajadores sindicalizados
(CTV-Ortega), empresarios nacionalistas (Fedecámaras-Carmona) y profesionales
universitarios (Gente de Petróleo y gremios), se rebeló contra el felón
obligándolo a renunciar el 11-04-2002. Aquella gesta inolvidable terminó en
fracaso porque una sola clase quiso apropiarse del poder, excluyendo a las
otras dos, y con este fin pretendió moldear las instituciones conforme a sus
intereses, que esa era la intención de los decretos arbitrarios, en lugar de
restablecer la vigencia efectiva de la Constitución del 61, como punto de
partida para los cambios que demandaba la situación.
El gobierno títere se consolidó, después del revocatorio
y de la desobediencia civil expresada en la abstención masiva de 2005, cuando
los colaboracionistas pasaron a ocupar el lugar de la oposición usurpándolo.
Fue en 2006. Desde entonces estamos en Cubazuela. Recordemos que Venezuela es
un despectivo puesto por los conquistadores, porque no consiguieron una Venecia
de palacios sino de palafitos. Del mismo modo Cubazuela es un despectivo, porque
nuestro país es ahora otra Cuba, pero ultrajada por subalterna de la verdadera.
Cubazuela tiene, no sólo un gobierno títere, sino
toda una institucionalidad títere. De las elecciones parlamentarias salen
electos diputados, no de Venezuela que ha muerto, sino de Cubazuela. Lo serán
de Venezuela cuando la resucitemos liberándola de Cuba, lo cual exige repetir
los sucesos del 19 de abril de 1810. Entonces el pueblo de Caracas obligó a
Emparam, el Capitán General, puesto por el Rey de España, a renunciar e irse
del país. Ahora lo planteado es una movilización nacional para hacer renunciar
a Maduro, puesto por la monarquía comunista cubana a la cual sirve.
Téngase, pues, por diputado de Cubazuela, y por
añadidura colaboracionista, al que acepte formar parte de la institucionalidad
del gobierno títere de Cuba, integrándose a su Parlamento, en lugar de convocar
al pueblo a repetir el 19 de abril de 1810, dos siglos después.
El objetivo: LA RENUNCIA DE MADURO.
La consigna: FUERA MADURO.
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