EN EL BICENTENARIO DE LA
BATALLA DE LA VICTORIA
Ayer, 12 de febrero
de 2014, se cumplieron doscientos años de la batalla de La Victoria librada por
los estudiantes de la época, defensores de la independencia de Venezuela,
contra las bandas armadas que constituían el ejército del criminal José Tomás
Boves. El bicentenario fue celebrado reproduciendo exactamente los hechos. Los
estudiantes salieron, no con armas como en 1814 sino inermes, animados por su amor
a la patria y la libertad, a protestar contra el gobierno títere de Cuba, fruto
de la traición del difunto y sus sucesores. En respuesta el títere ordenó a sus
bandas armadas, llamadas colectivos, disfrazados algunos de sus miembros de
policías y otros de guardias, enfrentar a los estudiantes que se manifestaban
pacíficamente y asesinarlos a mansalva. Fue lo que hicieron con el deleite criminal.
Los caídos a consecuencia
de las balas de los asesinos de la tiranía son mártires y patriotas. Como tales
debemos tenerlos, rindiéndoles homenaje cual héroes de la resistencia, luchadores
por la patria y por la libertad. Adquiramos el compromiso de que conmemoraremos
doblemente el 12 de febrero de 2015, cuando ya habremos recuperado la
independencia y la libertad, como día de la juventud: por el heroísmo de 1814 y
el de 2014, enalteciendo el gesto de los estudiantes en ambos sucesos para que
sea ejemplo de las generaciones futuras. Y en los lugares donde cayeron los
mártires se coloque una placa para recordar su nombre y su sacrificio, además
de concederle (post-mortem), para ser entregada a sus padres, la Orden del
Libertador en su primera clase, en agradecimiento por la entrega de su vida en
la causa de la independencia y la libertad. Y así se haga con todos los héroes
de la resistencia, porque acabar con una tiranía no sale gratis. Cuesta sangre,
sudor y lágrimas. Es el precio a pagar por la patria y la libertad.
La gesta de los
jóvenes ayer, desafiando a la tiranía, inermes, impulsados únicamente por
idealismo propio de su edad, merece el reconocimiento eterno. Estamos seguros
que la historia lo registrará como el principio del fin de esta tiranía
comunista, como lo será.
Sólo los
colaboracionistas no se inclinan ante los caídos por resistir a la tiranía del
gobierno títere de Cuba.
REFLEXIONES 30 13-02-14
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