jueves, 13 de febrero de 2014

HONOR A LOS MÁRTIRES DE LA RESISTENCIA



EN EL BICENTENARIO DE LA 
BATALLA DE LA VICTORIA

Ayer, 12 de febrero de 2014, se cumplieron doscientos años de la batalla de La Victoria librada por los estudiantes de la época, defensores de la independencia de Venezuela, contra las bandas armadas que constituían el ejército del criminal José Tomás Boves. El bicentenario fue celebrado reproduciendo exactamente los hechos. Los estudiantes salieron, no con armas como en 1814 sino inermes, animados por su amor a la patria y la libertad, a protestar contra el gobierno títere de Cuba, fruto de la traición del difunto y sus sucesores. En respuesta el títere ordenó a sus bandas armadas, llamadas colectivos, disfrazados algunos de sus miembros de policías y otros de guardias, enfrentar a los estudiantes que se manifestaban pacíficamente y asesinarlos a mansalva. Fue lo que hicieron con el deleite criminal.
Los caídos a consecuencia de las balas de los asesinos de la tiranía son mártires y patriotas. Como tales debemos tenerlos, rindiéndoles homenaje cual héroes de la resistencia, luchadores por la patria y por la libertad. Adquiramos el compromiso de que conmemoraremos doblemente el 12 de febrero de 2015, cuando ya habremos recuperado la independencia y la libertad, como día de la juventud: por el heroísmo de 1814 y el de 2014, enalteciendo el gesto de los estudiantes en ambos sucesos para que sea ejemplo de las generaciones futuras. Y en los lugares donde cayeron los mártires se coloque una placa para recordar su nombre y su sacrificio, además de concederle (post-mortem), para ser entregada a sus padres, la Orden del Libertador en su primera clase, en agradecimiento por la entrega de su vida en la causa de la independencia y la libertad. Y así se haga con todos los héroes de la resistencia, porque acabar con una tiranía no sale gratis. Cuesta sangre, sudor y lágrimas. Es el precio a pagar por la patria y la libertad.
La gesta de los jóvenes ayer, desafiando a la tiranía, inermes, impulsados únicamente por idealismo propio de su edad, merece el reconocimiento eterno. Estamos seguros que la historia lo registrará como el principio del fin de esta tiranía comunista, como lo será.
Sólo los colaboracionistas no se inclinan ante los caídos por resistir a la tiranía del gobierno títere de Cuba.
REFLEXIONES 30                                                  13-02-14

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