Ya hemos podido comprobar, sufriéndolas en carne propia, las
consecuencias nefastas de la reelección inmediata en Venezuela, que siempre
termina convirtiéndose en continuismo extremo, o sea, la reelección indefinida,
ilimitada o interminable, a la cual sólo le ha puesto fin la rebelión. Ahora
comprenden, los que no lo sabían, porqué en la larga lucha por la democracia
nuestros antecesores impusieron la no-reelección, muro de contención de la
tiranía y fuente de la paz.
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El Tirano fue electo para gobernar durante el período
1999-2004. Debió haber entregado el poder hace ocho años. Estaría en el cargo
para la presente fecha el segundo sucesor suyo. El tercer presidente del siglo
XXI. No tendríamos la preocupación que tenemos ahora, ya que estaríamos seguros
de que el año entrante elegiríamos otro. Sería mejor o peor que el actual. Si
fuese peor saldríamos de él con toda seguridad al término de su mandato. Y si
fuese mejor, le erigiríamos una estatua, pero nunca reelegiríamos. La historia
de Venezuela nos enseña que el mejor de todos los presidentes es el no
reelecto.
Para la fecha en que El Tirano fue electo, mi nieto tenía 7
años. Acaba de cumplir 21. No ha conocido a otro presidente distinto a El
Tirano. Y si éste se hace reelegir otra vez, hasta 2019, valiéndose del
ventajismo y del fraude, mi nieto se graduará, casará y hasta me dará bisnietos
teniendo el mismo presidente. Y si luego lo hace hasta el 2025 mi nieto habrá
llegado a la treintena y tal vez yo habré muerto. Carajo, no les parece a
ustedes que esto es demasiado? Que un sujeto se monte en la presidencia y allí
se quede hasta que se muera, porque le da la gana sostenido por una camarilla
de serviles militares y civiles, saqueadores del Tesoro Nacional, igual que en
las tiranías que la precedieron, argumentando que ha sido reelecto en unas
elecciones viciadas por el ventajismo y el fraude, como lo fueron todos los
tiranos que lo antecedieron. Comprendo que en una sociedad primitiva como era
la Venezuela de principios del siglo XX haya sucedido algo semejante, pero es
inadmisible y nos debe, no avergonzar sino arrechar con nosotros mismos, que en
el siglo XXI, el de la sociedad de la información y la revolución tecnológica,
un enfermo de poder, salido de una caverna, se haga eterno en el cargo.
¿Adonde nos conducen El Tirano y su camarilla de serviles? A
la obstinación. A cansarnos de aguantar esta pesadilla que ya es insoportable.
Y de la obstinación a la rebelión, como
lo hicieron Zamora, Falcón, Cipriano Castro, el Mocho Hernández, Román Delgado
Chalbaud, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Rafael Caldera, Gustavo Machado,
y todos los civiles y militares que se alzaron contra el continuismo y la
tiranía, porque estaban obstinados ante la imposibilidad de un cambio de
gobierno por la vía pacífica a causa del ventajismo y el fraude. Eso está allí
en la historia, que la gente se obstina de tener al mismo carajo mandando. El
continuismo provocó todas las guerras civiles del siglo XIX. Zamora lanzó el
grito: “ABAJO EL CONTINUISMO” e incendió el país con este cántico: “bandera
tricolor que en Venezuela estás/Abajo el continuismo/Viva la legalidad”.
Llamaban legalidad a la no-reelección establecida en la Constitución. La rebelión cívico-militar de 1958 fue también
contra el continuismo. En cambio, los 40 años de paz que le siguieron fueron
consecuencia de la no-reelección inmediata. Todos sabíamos que un presidente
duraba cinco años, y no más.
No ha sucedido sólo en este país. Hay muchos ejemplos en
América. Menciono el más conocido: la Revolución Mexicana de principios del
siglo XX. Su ideólogo, el Lic. Francisco Madero, llamó a la rebelión contra el
continuismo con la consigna: “NO REELECCIÓN”, que hoy está en el escudo de
México. La no-reelección le ha dado a México noventa años de estabilidad
política y un cambio pacífico de gobierno cada seis años. Con la no-reelección
se le puso fin a las guerras civiles, comprobándose que la no-reelección trae
la paz política, y sobre todo la paz espiritual, mientras el continuismo genera
violencia y guerra, porque de los tiranos únicamente se sale echándolos.
Hoy el lema de mayor vigencia para nosotros es ABAJO EL
CONTINUISMO/VIVA LA NO REELECCIÓN. Es el lema de la paz duradera.
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