lunes, 13 de agosto de 2012

La no-reelección es la paz Y el continuismo, la violencia


Ya hemos podido comprobar, sufriéndolas en carne propia, las consecuencias nefastas de la reelección inmediata en Venezuela, que siempre termina convirtiéndose en continuismo extremo, o sea, la reelección indefinida, ilimitada o interminable, a la cual sólo le ha puesto fin la rebelión. Ahora comprenden, los que no lo sabían, porqué en la larga lucha por la democracia nuestros antecesores impusieron la no-reelección, muro de contención de la tiranía y fuente de la paz.
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El Tirano fue electo para gobernar durante el período 1999-2004. Debió haber entregado el poder hace ocho años. Estaría en el cargo para la presente fecha el segundo sucesor suyo. El tercer presidente del siglo XXI. No tendríamos la preocupación que tenemos ahora, ya que estaríamos seguros de que el año entrante elegiríamos otro. Sería mejor o peor que el actual. Si fuese peor saldríamos de él con toda seguridad al término de su mandato. Y si fuese mejor, le erigiríamos una estatua, pero nunca reelegiríamos. La historia de Venezuela nos enseña que el mejor de todos los presidentes es el no reelecto.
Para la fecha en que El Tirano fue electo, mi nieto tenía 7 años. Acaba de cumplir 21. No ha conocido a otro presidente distinto a El Tirano. Y si éste se hace reelegir otra vez, hasta 2019, valiéndose del ventajismo y del fraude, mi nieto se graduará, casará y hasta me dará bisnietos teniendo el mismo presidente. Y si luego lo hace hasta el 2025 mi nieto habrá llegado a la treintena y tal vez yo habré muerto. Carajo, no les parece a ustedes que esto es demasiado? Que un sujeto se monte en la presidencia y allí se quede hasta que se muera, porque le da la gana sostenido por una camarilla de serviles militares y civiles, saqueadores del Tesoro Nacional, igual que en las tiranías que la precedieron, argumentando que ha sido reelecto en unas elecciones viciadas por el ventajismo y el fraude, como lo fueron todos los tiranos que lo antecedieron. Comprendo que en una sociedad primitiva como era la Venezuela de principios del siglo XX haya sucedido algo semejante, pero es inadmisible y nos debe, no avergonzar sino arrechar con nosotros mismos, que en el siglo XXI, el de la sociedad de la información y la revolución tecnológica, un enfermo de poder, salido de una caverna, se haga eterno en el cargo. 
¿Adonde nos conducen El Tirano y su camarilla de serviles? A la obstinación. A cansarnos de aguantar esta pesadilla que ya es insoportable. Y de la  obstinación a la rebelión, como lo hicieron Zamora, Falcón, Cipriano Castro, el Mocho Hernández, Román Delgado Chalbaud, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Rafael Caldera, Gustavo Machado, y todos los civiles y militares que se alzaron contra el continuismo y la tiranía, porque estaban obstinados ante la imposibilidad de un cambio de gobierno por la vía pacífica a causa del ventajismo y el fraude. Eso está allí en la historia, que la gente se obstina de tener al mismo carajo mandando. El continuismo provocó todas las guerras civiles del siglo XIX. Zamora lanzó el grito: “ABAJO EL CONTINUISMO” e incendió el país con este cántico: “bandera tricolor que en Venezuela estás/Abajo el continuismo/Viva la legalidad”. Llamaban legalidad a la no-reelección establecida en la Constitución. La  rebelión cívico-militar de 1958 fue también contra el continuismo. En cambio, los 40 años de paz que le siguieron fueron consecuencia de la no-reelección inmediata. Todos sabíamos que un presidente duraba cinco años, y no más.
No ha sucedido sólo en este país. Hay muchos ejemplos en América. Menciono el más conocido: la Revolución Mexicana de principios del siglo XX. Su ideólogo, el Lic. Francisco Madero, llamó a la rebelión contra el continuismo con la consigna: “NO REELECCIÓN”, que hoy está en el escudo de México. La no-reelección le ha dado a México noventa años de estabilidad política y un cambio pacífico de gobierno cada seis años. Con la no-reelección se le puso fin a las guerras civiles, comprobándose que la no-reelección trae la paz política, y sobre todo la paz espiritual, mientras el continuismo genera violencia y guerra, porque de los tiranos únicamente se sale  echándolos.
Hoy el lema de mayor vigencia para nosotros es ABAJO EL CONTINUISMO/VIVA LA NO REELECCIÓN. Es el lema de la paz duradera.

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