Los que nacimos en el campo (monte, dice mi esposa), sabemos lo que significa capar y cómo se hace. ¿Quién capó a este pueblo que no reacciona ante las humillaciones de El Tirano y acepta mansamente que los cubanos se le monten? He aquí la respuesta.
Para desplazar a El Tirano del poder, con o sin elecciones, era imprescindible la existencia de partidos nacionales, con ideología y estrategia, con tendencias de izquierda y derecha. En doce años no los ha habido. ¿Acaso por diferencias ideológicas o estratégicas? Digan los adecos de Manuel Rosales que forman el UNT, qué los diferencia de los adecos de Ramos Allup que permanecen en AD. Digan en qué divergen, sea en ideología o en estrategia. Digan los adecos de Rosales y de Ramos Allup qué los diferencia a su vez de los adecos de Ledezma, integrados en ABP. Y dígan éstos por cuál motivo están separados de aquéllos. Como no lo han explicado tenemos derecho a sostener que sólo los divide la ambición personal. Por haber antepuesto la ambición personal al supremo interés nacional han colaborado con El Tirano impidiendo que haya un partido nacional socialdemócrata que tenga fuerza suficiente para poner fin a la tiranía comunista.
Igual sucede con los demócratas cristianos. Digan los copeyanos de Julio Borges y Capriles Radonsky (por cierto, éste fue el copeyano que presidió la última Cámara de Diputados de la vieja democracia), líderes ambos de Primero Justicia, qué los diferencia de los copeyanos de Salas Römer que se llaman Proyecto Venezuela. Y digan estos señores a su vez qué los diferencia de los copeyanos de Enríquez y Pérez Vivas que se quedaron en COPEI. A todos ellos juntos les preguntamos qué los diferencia de los copeyanos de los Caldera y los Lapi, que se presentan como Convergencia. Como nunca han dado una explicación sobre sus diferencias ideológicas y estratégicas, los venezolanos tenemos derecho a pensar que sólo los mueve la ambición personal. Por haber antepuesto la ambición personal al interés supremo nacional han colaborado con El Tirano impidiendo que haya un partido nacional demócrata cristiano que tenga fuerza suficiente para ponerle fin a la tiranía comunista.
De la ambición personal de los políticos se ha servido El Tirano, fomentando la competencia desleal entre ellos. ¿Cómo? Reconociéndoles una cuota de poder por separado. Así los adecos de Rosales tienen el Zulia, pero nada más. Los adecos de Ledezma tienen la Alcadía Metropolitana, pero nada más. Los adecos de Ramos Allup tienen a Nueva Esparta, en comandita con Morel que también maneja un partidito con su nombre, pero nada más. Los copeyanos de Borges tienen Miranda, con base de operaciones en el Este de Caracas, pero nada más. Los copeyanos de Salas tienen a Carabobo, pero nada más. Los copeyanos de Pérez Vivas tienen al Táchira, pero nada más. De este modo El Tirano consigue que ninguno crezca hasta convertirse en partido nacional. De impedirlo se encargan los otros. Todos se neutralizan entre sí. Al hacerlo trabajan para El Tirano, aunque no sea su propósito.
Mediante esta estrategia, El Tirano lleva a todos los partidos a legitimar su tiranía y contribuir a su perpetuación. ¿Cómo? Participando en las elecciones fraudulentas que organiza anualmente, cuyo resultado aceptan mansamente. Ninguno puede abstenerse porque los espacios, como llaman los cargos públicos, serían copados por el rival. Ninguno puede poner condiciones, porque siempre habrá otro dispuesto a servir de comparsa electoral entendiéndose con El Tirano para quedarse con los puestos asignados a la oposición. En todos manda la burocracia. Son partidos de empleados públicos. Y por aquí los tiene agarrados El Tirano.
Para que la oposición no se le salga del lazo, El Tirano eliminó la financiación de partidos nacionales a cargo de la República en base al resultado electoral. Al no haber financiación legal los partidos regionales están atados a sus feudos, con cuyo presupuesto sostienen la clientela electoral, convirtiéndose sus activistas en siervos, no de la gleba, sino de la cuota de poder asignada por la tiranía comunista, sin la cual no pueden sobrevivir. Es la coyunda que halan los comunistas para llevarlos mansos a convalidar el fraude electoral y a cerrarle la puerta a cualquiera otra salida de la situación. Allí tienen al pueblo sentado, soportando toda clase de vejámenes y humillaciones, en espera del 2012.
El Tirano ha integrado la oposición al sistema. Al integrarse al sistema la oposición ha capado al pueblo, lo que explica su mansedumbre. La pregunta clave es: ¿quién le reimplantará los cojones? La respuesta: sólo una oposición anti-sistema.
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