miércoles, 6 de julio de 2011

El mandato de los libertadores: independizarnos de Cuba

En la enfermedad mortal de El Tirano va implícito un mandato de los libertadores: romper con Cuba y poner en fuga a los cubanos. ¿Es casualidad el que haya quedado inhabilitado para presidir el bicentenario de la independencia que hemos perdido por su culpa al haber convertido a Venezuela en protectorado de Cuba? No es casualidad. Es un mensaje de los libertadores desde el más allá.
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Desde que asumió el mando, El Tirano renunció al legado de los libertadores entregándole el gobierno a los cubanos en la persona de Fidel Castro. Nos humilló a los venezolanos de todas las profesiones al despreciarnos con epítetos infamantes para así justificar la preferencia por los cubanos. Era lógico que al sentirse enfermo se refugiara en su verdadera patria, la que adoptó y a la cual ha servido. Y desde La Habana, despojado de las apariencias, despacha el gobierno cubano que manda desde hace años en Venezuela.
No puede ser casualidad que la enfermedad mortal que lo aqueja lo haya postrado exactamente en los días previstos para conmemorar el bicentenario de la independencia perdida por su sumisión a Cuba. La coincidencia parece obra de una maldición de los libertadores, cuyos espíritus no podían seguir tolerando la ofensa de la renuncia a su herencia, la de una patria libre y soberana. ¿Será una maldición de Páez, el héroe de Carabobo, la que le impidió estar el 24 de junio, y será una maldición de Miranda, firmante del acta de independencia, la que le impedirá estar el 5 de julio? Y si así fuere, cuál se reserva Bolívar, profanados como han sido su nombre, su memoria y sus restos? Lo cierto es que estos hechos, por su coincidencia, tienen una lectura obvia: hay un mandato de los libertadores de recuperar la independencia, para hacernos dignos de su conmemoración bicentenaria, porque actualmente somos indignos de hacerlo por haberla perdido sin disparar un tiro. 
Pero la recuperación de la independencia, sólo podrá lograrse si los arrechos asumen el liderazgo nacional. Ya hubiesen iniciado la guerra patria contra Cuba, usando todas las formas de lucha. Por ejemplo, aprovechar el bicentenario para hacer una manifestación simbólica destinada a elevar la moral de los patriotas e infundir miedo en los agentes cubanos. Algo sencillo como izar el 5 de julio, en residencias y oficinas, la bandera nacional a media asta, atravesada por una cinta negra indicativa de que estamos de duelo por la independencia perdida. Y continuar haciéndolo en los días sucesivos, poniendo la insignia en vehículos e incluso como prendedor en el vestido. Estamos de luto. Dejaremos el luto cuando recuperemos la independencia.
Los cubanos nos han amenazado expresando que están dispuestos a ir a la guerra si intentamos independizarnos. Su vocero ha sido Adán Chávez quien dijo que ellos “evaluarán métodos distintos a los electorales en la lucha por mantenerse en el poder.” Fue claro: “El apego del partido al camino electoral estará condicionado a las circunstancias políticas. Pero conscientes de los peligros que nos acechan y seguros de que el enemigo no descansa: no podemos olvidar otros métodos de lucha.” Y citando al Ché Guevara concluyó: “Sería imperdonable limitarse tan sólo a lo electoral y no ver otros métodos, incluso la lucha armada, para obtener el poder”.
Es el mensaje de los cubanos. Nos están repitiendo lo que ya habían adelantado en el Libro Rojo del PSUV, su partido satélite: “Asumimos la combinación estratégica de todas las formas de lucha necesarias para derrotar cualquier agresión del imperialismo capitalista y sus aliados.” ¿Quiénes, para ellos, son los aliados del imperialismo? Nosotros los patriotas anti-comunistas y anti-cubanos. ¿Qué nos están diciendo? Que no tenemos derecho a gobernar este país y ponerle fin a la dominación cubana. Y nos están advirtiendo que seguirán celebrándose elecciones mientras aceptemos el fraude electoral montado por ellos. Mientras no rechacemos el fraude, ni desconozcamos el resultado fraudulento.
¿Y cómo respondió la oposición oficial? Con estas palabras: tranquilos, nosotros vamos a votar sin condiciones. Lo que significa: nos sometemos a ustedes. No denunciaremos el fraude aunque sea evidente. ¿Qué hubiesen contestado los líderes de los arrechos si ya hubiesen aparecido? Así: “El apego a la vía electoral está sometido a las circunstancias políticas, concretamente a desmontar el sistema fraudulento”. Y con la misma frase del Ché: “sería imperdonable, para independizarnos de Cuba y abolir el comunismo que nos ha impuesto como instrumento de dominación colonial, limitarnos tan sólo a la lucha electoral y no ver otros métodos.”

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