lunes, 4 de abril de 2011

Con sólo los partidos no se gana

La unión de los demócratas, única posibilidad de ponerle fin a la tiranía comunista, requería como paso previo la unidad de los partidos. Esto parece que se ha logrado. Es sin duda un paso de avance. Pero la unidad de los partidos que forman la MUD es insuficiente para lograr el objetivo. La unidad reducida sólo a ellos estaría condenada a la derrota. Veamos porqué.
--------------------------------------------------------------------------------------
No hay partidos nacionales de oposición. El único partido nacional existente actualmente en Venezuela es el partido de gobierno. Se trata de una desventaja de los demócratas, la cual explica en parte la continuidad de la tiranía comunista. Fue distinto en la lucha contra la dictadura pérezjimenista, porque entonces AD, COPEI y URD eran partidos nacionales.
La MUD es una federación de partidos regionales. La UNT de Rosales es un partido zuliano. Gana únicamente en el Zulia. El PJ de Borges es un partido caraqueño. Gana únicamente en la Gran Caracas. El PV de los Salas es un partido carabobeño. Gana únicamente en Carabobo. En cuanto a los partidos tradicionales, vemos que AD se ha reducido a partido margariteño, puesto que sólo gana en Nueva Esparta, y COPEI ha vuelto a sus orígenes como partido andino, ya que gana únicamente en Táchira.
Al no haber partido nacional, no hay liderazgo nacional. Ello explica la proliferación de pre-candidatos. Hay muchos pre-candidatos, pero líder  nacional ninguno. A pesar de haber pasado doce años en la oposición, no ha surgido en la oposición un líder nacional de talla reconocido como tal, tanto por los suyos como por los aliados. Fue distinto antes porque Betancourt, Jóvito y Caldera eran tenidos como gigantes de la política, adorados por sus seguidores y respetados por sus aliados.
Esta federación de partidos regionales apenas atrae el 20% de los electores, según las encuestas. La suma de todos no alcanza al partido de gobierno, aún estando disminuido a no más del 30%. Hay un solo motivo: no tienen líderes de jerarquía nacional que hayan enganchado con la inmensa masa de independientes que formamos la mitad de los electores. Los independientes que votan, no lo hacen por fe en un partido o un candidato. Lo hacen contra El Tirano. Votan contra El Tirano por sentirse obligados por su conciencia. Y aún así el 35%- 40% de los electores se abstiene siempre.
Resulta evidente que, tanto el país como la misma oposición, están divididos en tres porciones. Las tres del país la forman: el gobierno, los partidos de oposición y la abstención. Las tres de la oposición, casi iguales, son: los partidos, los independientes que votan contra El Tirano pero no por los partidos, y los que, a pesar de estar contra la tiranía, se abstienen (¿la mitad de la abstención?). Entonces la clave está en unirlos.
¿Cómo unirlos? Sólo hay un modo: modificar la estrategia electoral. Todos sabemos perfectamente que el CNE es el instrumento de El Tirano para garantizarse la reelección indefinida. Y todos sabemos que con este fin el sistema electoral está bajo el control total de El Tirano: cedulación, registro, máquinas de votación, plan república con milicias de psuv, transmisión de datos, totalización.  Como esto lo sabemos todos, sabemos también que los políticos nos mienten asegurándonos victoria en las presidenciales que nunca se dan. No se dan ni se darán por el ventajismo y sobre todo el fraude. ¿Cómo vamos votar por quienes nos mienten así? Si así nos mienten en la oposición, cómo nos mentirán en el gobierno. Si nos ocultan lo que está a la vista, cómo podemos confiar en ellos?
El error de los partidos ha sido tratarnos a los independientes como si fuésemos idiotas, a quienes se les debe ocultar la verdad para que vayan engañados a votar. Todo está blindado, nos dicen. Por esta mentira, con fines internos, los partidos son culpables de que El Tirano pueda alardear, ante la comunidad internacional, haber ganado todas las elecciones limpiamente, ya que nadie las ha impugnado.  Para todo el mundo son intachables. La mentira ha beneficiado a la tiranía.
El que quiera ganarse el liderazgo nacional de la oposición, que sigue vacante, y tener la posibilidad real, no fantasiosa, de suceder a El Tirano en la presidencia, deberá atraer a los independientes que se resisten a votar, hablándoles claro, exigiendo las garantías mínimas para una elección justa y, sobre todo, asegurándoles que no perderán sus votos por estar dispuesto a jugársela desconociendo el resultado electoral si no se le han concedido las garantías mínimas exigidas.  El que suba la apuesta, gana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario