viernes, 10 de junio de 2016

La trascendencia geopolítica del Informe Almagro (II)



En 1990 cayó el “imperio comunista soviético” en Europa, iniciándose la globalización de la democracia representativa como sistema político y del capitalismo como sistema económico. Con el derrumbe de la URSS, que la sostenía, Cuba estaba sumida en una crisis económica pavorosa (período especial), cuya consecuencia debía ser la caída de la tiranía comunista y su regreso a la OEA con el restablecimiento de la democracia.
Pero Fidel Castro, un genio estratégico innegable, inició un movimiento envolvente creando la Internacional Comunista de América Latina con el nombre engañoso de Foro de Sao Paulo. Para disfrazarse se valió de Lula da Silva, un dirigente político-sindical de Brasil.
El objetivo prioritario de Fidel fue apoderarse de Venezuela porque reunía estas dos condiciones: 1) Con su renta petrolera, podía sostener a Cuba y salvar el comunismo; y, 2) Con su renta petrolera, podía financiar la expansión del comunismo en América Latina. No era sólo sobrevivir, lo que parecía imposible, sino resurgir victorioso cuando estaba derrotado. Y lo consiguió porque los demócratas latinoamericanos habían contraído el síndrome de inmunodeficiencia democrática que se manifestó en la subestimación de la Cuba comunista y sobre todo del Foro de Sao Paulo, al cual creyeron una alianza de izquierda creada para facilitar la inserción del castrismo dentro de la socialdemocracia latinoamericana por la coincidencia con el proceso de liberalización de la URSS iniciado por Gorbachov. vos ci
Por este error político Fidel fue invitado de honor a la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez, lo que jamás hubiera hecho Betancourt que, por haber sido comunista, conocía muy bien al enemigo. No por casualidad a los pocos días  de su visita se produjo el CARACAZO (40 años antes Castro estuvo en Bogotá casualmente cuando hubo el BOGOTAZO). Este saqueo masivo, sin antecedente en la historia nacional, fue reivindicado después por los castro-comunistas venezolanos, elevándolo a la categoría de antecedente inmediato de su revolución. Lo fue, sin duda, porque: 1) la reivindicación por los castro-comunistas los delata como sus promotores; y, 2) le permitió a un ave de rapiña como Fidel captar la debilidad de su presa. La democracia venezolana estaba herida de muerte por el descontento del pueblo y la crisis interna de los partidos democráticos. Era la oportunidad buscada por Castro para ponerle sus garras.
Con el fin de apoderarse de Venezuela, clave para su expansión continental, Fidel se había venido preparando después de la derrota de las guerrillas y la invasión de Machurucuto, que lo obligó a cambiar su estrategia. Entendió desde entonces que no podría conseguir el objetivo sin penetrar a las fuerzas armadas. Procedió a infiltrarlas con jóvenes adoctrinados en el comunismo, que los induce a traicionar a su patria con el pretexto del internacionalismo proletario. El mejor para la tarea resultó ser Chávez, el mayor traidor de la historia nacional.
Visto a la distancia el golpe militar de 1992, encabezado por un infiltrado de Cuba como resultó ser Chávez (que no lo sabíamos entonces), fue motivado por el diagnóstico de la debilidad extrema de la democracia venezolana evidenciada por el CARACAZO. Curándose en salud, por si acaso el golpe fracasaba, Fidel se apresuró a manifestar su solidaridad con Carlos Andrés Pérez. Así se aseguró que los gobernantes venezolanos, igual que todos los demócratas latinoamericanos, no se curaran del síndrome de inmunodeficiencia democrática ante el virus cubano que fue la perdición de Venezuela y toda América Latina.
El golpe fracasó militarmente, pero triunfó políticamente. Infiltrada la FAN y desacreditados los partidos, no hubo obstáculos para que Cuba se hiciera dueña de Venezuela y con su renta petrolera financiara al Foro de Sao Paulo (Internacional Comunista de América Latina).
Así, pues, la liberación de Venezuela será clave para la derrota definitiva del comunismo en América Latina como lo ha sido para su expansión durante 17 años. Sería el mayor suceso geopolítico del siglo XXI. De allí la trascendencia del Informe Almagro. (Continuará)


INFORME ALMAGRO II                  09-06-16

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