sábado, 12 de diciembre de 2015

Hallacas de polvo blanco



En el mismo capítulo “Bajar al búnker” del libro “BUMERÁN CHÁVEZ” de Emili Blasco continúa el testimonio del capitán Salazar, esta vez sobre algo que sucedió después de fallecido Chávez, quien había convertido su gobierno en narco-tiranía negociando drogas con las FARC. Cuenta que un viernes de 2013 recibió la orden de organizar un rápido viaje a Paraguaná. Allá fue junto con otras dos jerarcas que identifica. Apenas aterrizó el Falcon en Punto Fijo los tres se metieron en un automóvil que los esperaba, seguidos de dos autos de seguridad. Ya era medianoche cuando llegaron a una playa al norte de Paraguaná. En la playa había un nutrido grupo de hombres con la cara cubierta, equipados con armas largas. El jefe, cuyo nombre puede leerse en el libro, preguntó: “¿Están listas las hallacas? Pues entonces que las lanchas partan de una vez, una detrás de otra.” ¿Lanchas cargadas de hallacas? Aclara Salazar: “Era evidente que no eran hallacas, pero de esa manera llamaban en la operación a los paquetes o panelas de drogas, para despistar. Las lanchas con sus cargamentos de coca -varias toneladas- salieron de inmediato, comandadas por operadores que llevaban instrumental de visión nocturna. Quienes estaban en la playa no eran militares, al menos en su indumentaria no mostraban emblemas; más bien parecía el despliegue de una de las mafias de la droga, con la que-no había duda-se estaban coordinando las más altas esferas del Estado.”
En el viaje de regreso el jerarca dio estas instrucciones a uno de sus subalternos: “Esta semana estate pendiente porque Fulano (lo identifica por el apodo) va a enviar una plata en efectivo en uno de esos camiones. Que pase por donde Perencejo (un gobernador), que se quede con su parte, y que siga para la oficina. Tienes que estar tú allí para recibirlo.” Efectivamente “cinco días después llegó un camión del SENIAT a la vivienda de Fuerte Tiuna (la indicada). Salazar vio las puertas traseras abiertas y el espacio interior repleto de maletas, todas iguales y cerradas con candados. Se armó de valor para investigar un poco y comprobó que una maleta ya se había trasladado a una de las habitaciones y estaba abierta. Allí había amontonados fajos de billetes de cien dólares. Aunque estaban envueltos en plástico, despedían olor a billete nuevo. El dinero iba destinado a una gran caja fuerte que había en esa habitación….Pero por grande que fuera la caja fuerte, allí no cabía el contenido de todas las maletas recibidas”.
Hasta aquí nos hemos enterado, por el testimonio de Salazar, que, habiendo convertido Chávez a su gobierno en narco-tiranía negociando drogas con las FARC, entraron en este negocio los altos jerarcas que lo han seguido practicando después de su muerte.
Evidentemente los diputados electos no pueden cohabitar con estos narcos, porque el que convive con delincuentes se hace delincuente. Tienen el deber de enfrentar la narco-tiranía, comenzando por abrir una investigación parlamentaria para averiguar los hechos denunciados en el libro de Blasco y en otros similares que son asunto de su competencia.
El suceso de Paraguaná, relatado en esta parte del testimonio, es fácil de averiguar porque lo conocen los paraguaneros y en general los corianos y sobre todo los policías que terminaron en la cárcel por haber enfrentado a los narcos. 

La Narco-Tirania de la Delincuencia Organizada (II)

No hay comentarios:

Publicar un comentario