Para entender los últimos acontecimientos hay que
partir de estas premisas:
1.- El
presidente ilegítimo de Venezuela es un títere de Cuba, puesto allí para
cumplir sus órdenes.
2.- El
proyecto político de Cuba para Venezuela es la implantación del comunismo, a
los fines de la fusión de ambos países (Confederación Vene-Cuba) que ya existe
de hecho.
3.- El
proyecto cubano prevé la implantación del comunismo en Venezuela en tres
etapas: en la primera, 1999-2006, se cumplió el objetivo con la eliminación de
la institucionalidad democrática y concentración de todos los poderes públicos
(totalitarismo-tiranía); en la segunda, se empezó la construcción del comunismo
(Plan Socialista 2007-2013); y la tercera, que está pendiente de ejecución,
tiene por objetivo la implantación definitiva del comunismo (Plan de la Patria 2013-2019).
Para 2021 el comunismo, en cuanto sistema político-económico, podrá declararse
irreversible, tal como lo establece la Constitución de Cuba.
Al disponerse a entrar en la tercera etapa, el
proyecto sufrió un tropiezo: la muerte del difunto después de reelecto. La
monarquía comunista cubana lo resolvió escogiendo como sucesor al títere cuya
sumisión había probado cuando ejercía el cargo de Ministro de Relaciones
Exteriores de Venezuela. Ya sabemos que desde entonces la Cancillería ha estado
en La Habana, desde donde se dirige la política exterior de Venezuela, habiendo
sido Maduro apenas su vocero.
Ha surgido ahora otro problema: el proyecto comunista
de Cuba para Venezuela entró en colapso, lo que obligó a decidir si se daba un
paso atrás, como lo hizo Lenin en su momento, o avanzar a todo riesgo hacia el
comunismo. Cuba y sus títeres han optado por esto último tomando en cuenta que
el gobierno títere no tiene oposición a la cual temer. La MUD es simplemente
una comparsa electoral.
Con estas premisas podemos hacer el análisis correcto
de la situación.
REFLEXIONES 22 10-11-13
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