La
implantación definitiva del comunismo, tercera etapa del proyecto cubano,
requiere de una Habilitante para presentarla ante la comunidad internacional
como credencial de legitimación del Estado Comunal (Estado Comunista) y de la
próxima fusión con Cuba, que nos serán impuestos si no lo impedimos con una
alianza cívico-militar.
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La implantación del comunismo en Venezuela, que facilitará su
fusión con Cuba al tener el mismo sistema político-económico, es el proyecto de
la monarquía comunista cubana, el cual han venido ejecutando los traidores a la
patria desde cuando asumieron el poder en 1.999. Consta de tres etapas. Veamos
cuáles.
La primera etapa, cumplida de 1.999 a 2005, tuvo por objeto la
demolición de la democracia asaltando sus instituciones para la toma del poder
político absoluto (tiranía) y, al mismo tiempo, la toma del poder económico
apoderándose de PDVSA y estrangulando al empresariado independiente. La
demolición de la democracia se efectuó en tres fases. La primera, aprovechar la
ceguera del liderazgo democrático que les regaló la vía electoral. La segunda,
dar el auto-golpe del 12 de Thermidor (que llamamos así para emparentarlo con
el 18 de brumario de Napoleón). Ese día aciago de agosto de 1.999 los golpistas
liquidaron el Estado Constitucional, declarando suspendida la Constitución del
61 y, en consecuencia, asumiendo el presidente el poder absoluto mediante la
disolución progresiva de todos los poderes públicos, que fueron asaltados por
sus secuaces. Incluyó el control del
CNE, para asegurarse la perpetuación en el poder mediante el fraude. Este
auto-golpe fue posible por la colaboración de la CSJ, que autorizó la
convocatoria inconstitucional de la Constituyente, y la claudicación del
Congreso, que no enfrentó el cierre. Senadores y diputados se entregaron
legitimando el auto-golpe.
Demolida la democracia, los traidores a la patria continuaron
ejecutando el proyecto comunista que les ha encomendado Cuba. Procedieron, ya
sin obstáculos institucionales, al asalto a PDVSA, conscientes de que el dueño
del petróleo es dueño de Venezuela. Y a liquidar la producción agropecuaria,
para dominar al pueblo por el estómago. Tropezaron, sin embargo, con una
oposición de verdad que le hizo el pueblo, protagonista de la rebelión de 2002
(la mayor gesta de esta etapa histórica), la huelga petrolera de 2002-2003
(desafío de los profesionales universitarios que demostraron conciencia de
clase y convicción patriótica), la participación masiva en el referendo
revocatorio de 2004 (una verdadera rebelión popular traicionada por los
políticos) y la abstención masiva en las elecciones de 2005 (otra verdadera
rebelión popular traicionada por los políticos).
Desde 2006, le fue fácil a la tiranía comunista pasar a la segunda etapa
del proyecto cubano, porque la supuesta oposición abandonó la calle
convirtiéndose en una comparsa electoral. Así, pues, durante la ejecución del
Primer Plan Socialista (2007-2013) la tiranía no consiguió obstáculos para
echar las bases del comunismo. Próximo a entrar en la tercera etapa
(implantación definitiva del comunismo) se le presentó a los cubanos un problema
mayúsculo: murió el jefe de la traición. Confiados los Castro en que aquí no
hay oposición de calle, sino comparsa electoral, escogieron para la presidencia
al de su mayor confianza. El que debe agradecerles toda la vida haberlo llevado
adonde nunca debió llegar. Dudosa nacionalidad, sin tiene profesión conocida ni
estudios reconocidos, carente de liderazgo político y/o militar, no provoca ni
frío ni calor. En fin, un don nadie que los Castro se sacaron del sombrero como
los magos.
A pesar de su origen político-electoral bastardo y de su carencia
de liderazgo militar y de masas, el heredero usurpador va camino a cumplir su
primer año en el gobierno (8-12-13). Envalentonado porque no hay realmente una
oposición que temer, ha decidido pasar a la implantación definitiva del
comunismo, tercera etapa del proyecto elaborado por Cuba, para lo cual exige
una Habilitante que le permita promulgar las leyes ya redactadas por los
cubanos. Una temeridad en medio de una crisis pavorosa, explicable únicamente
porque no le teme a la caricatura de oposición.
La implantación definitiva del comunismo y la fusión con Cuba sólo
podrá impedirlo una alianza cívico-militar. Es ahora o nunca. Para mañana será
tarde.
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