¿Qué explica que los venezolanos no nos hayamos rebelado
contra Cuba y su gobierno títere en Venezuela? La desmovilización del pueblo
por la oposición impostora y el vacío de liderazgo entre los patriotas. ¿Cómo
suplir este vacío? Con el pueblo patriota que debe asumir el liderazgo
colectivo mediante una Operación Fuenteovejuna, para liberarnos de Cuba y sus
títeres.
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Cuba tiene un problema: cómo perpetuar su dominio colonial
sobre Venezuela. Y no ha sabido resolverlo. Ha cometido un error semejante al
de Napoleón en España, quien retuvo a Fernando VII, el traidor, y en su lugar
colocó como rey a su hermano conocido como Pepe Botella. Algo parecido ha
ocurrido ahora. Nuestro Fernando VII es El Tirano, que ya le había entregado
Venezuela a la monarquía comunista cubana. Todo iba bien para Cuba mientras el
traidor gozaba de buena salud. Vino entonces, para trastornarlo todo, la
enfermedad mortal. No se le ocurrió a
nuestro Fernando VII mayor demostración de su entrega a la monarquía comunista
cubana que donarle su cuerpo para que lo use de acuerdo a su conveniencia. Allá
en La Habana lo tienen, manteniéndolo artificialmente con vida mientras
arreglan la sucesión, que están ensayando con la versión bicentenaria de Pepe
Botella, el usurpador impuesto por el extranjero invasor.
Los patriotas tenemos también un problema: padecemos un
vacío de liderazgo, agravado por la impostura de una supuesta oposición, en
papel de segundona, integrada al sistema implantado por Cuba. Esta oposición
impostora baila al son que le tocan. No aprovecha el vacío de poder para llamar
a la liberación nacional contra Cuba y su proyecto comunista. No aprovecha el
vacío de poder para derribar la tiranía comunista. Al contrario, la avala como
democracia ante la comunidad internacional. Mientras tanto, colabora en el
éxito de la sucesión arreglada manteniendo el pueblo en su casa. Viendo los
acontecimientos por tv. Desmovilización total, el pueblo sale a la calle
únicamente para votar, en una elección cuyo resultado ya se sabe pero contra el
cual no se puede protestar. Quietos todos. Nada de gritos. Nada de escándalo.
Nada de radicalismo. A comportarse como niñitos buenos, obedientes y sumisos.
En el vacío de poder la oposición impostora se ha convertido
en una Junta Conservadora de los Derechos de El Tirano, que sólo reclama su
restitución en el poder reconociéndolo como rey reelecto, a pesar de que él
mismo se ha sometido a la monarquía comunista cubana. Según esta leal oposición
a la monarquía comunista cubana y su gobierno títere, el título de reelecto no
caduca por la traición, ni prescribe por la falta de juramento y toma de
posesión.
Hace doscientos años la oposición fue más atrevida. Obligó a
renunciar a Emparam, el más lejano antecedente de Maduro. Alegó su condición títere
del invasor extranjero. Para ello se valió del pueblo, al cual llamó a la calle
el 19 de abril de 1810. Nada semejante ha hecho ni se propone hacer la
oposición impostora de ahora. Su preocupación en estos momentos es la elección
de los alcaldes y concejales. Combinada con la monarquía comunista cubana y sus
títeres cerca a toda posible disidencia, ahogando cualquier liderazgo emergente
con el mote de radical. Sólo el pueblo patriota mismo puede romper este cerco
con una Operación Fuenteovejuna, de la cual hablaremos después.
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