domingo, 3 de febrero de 2013

Liberación Nacional y No-Reelección (13) Romper el cerco para liberarnos de Cuba y sus títeres



¿Qué explica que los venezolanos no nos hayamos rebelado contra Cuba y su gobierno títere en Venezuela? La desmovilización del pueblo por la oposición impostora y el vacío de liderazgo entre los patriotas. ¿Cómo suplir este vacío? Con el pueblo patriota que debe asumir el liderazgo colectivo mediante una Operación Fuenteovejuna, para liberarnos de Cuba y sus títeres.

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Cuba tiene un problema: cómo perpetuar su dominio colonial sobre Venezuela. Y no ha sabido resolverlo. Ha cometido un error semejante al de Napoleón en España, quien retuvo a Fernando VII, el traidor, y en su lugar colocó como rey a su hermano conocido como Pepe Botella. Algo parecido ha ocurrido ahora. Nuestro Fernando VII es El Tirano, que ya le había entregado Venezuela a la monarquía comunista cubana. Todo iba bien para Cuba mientras el traidor gozaba de buena salud. Vino entonces, para trastornarlo todo, la enfermedad mortal.  No se le ocurrió a nuestro Fernando VII mayor demostración de su entrega a la monarquía comunista cubana que donarle su cuerpo para que lo use de acuerdo a su conveniencia. Allá en La Habana lo tienen, manteniéndolo artificialmente con vida mientras arreglan la sucesión, que están ensayando con la versión bicentenaria de Pepe Botella, el usurpador impuesto por el extranjero invasor.



Los patriotas tenemos también un problema: padecemos un vacío de liderazgo, agravado por la impostura de una supuesta oposición, en papel de segundona, integrada al sistema implantado por Cuba. Esta oposición impostora baila al son que le tocan. No aprovecha el vacío de poder para llamar a la liberación nacional contra Cuba y su proyecto comunista. No aprovecha el vacío de poder para derribar la tiranía comunista. Al contrario, la avala como democracia ante la comunidad internacional. Mientras tanto, colabora en el éxito de la sucesión arreglada manteniendo el pueblo en su casa. Viendo los acontecimientos por tv. Desmovilización total, el pueblo sale a la calle únicamente para votar, en una elección cuyo resultado ya se sabe pero contra el cual no se puede protestar. Quietos todos. Nada de gritos. Nada de escándalo. Nada de radicalismo. A comportarse como niñitos buenos, obedientes y sumisos.



En el vacío de poder la oposición impostora se ha convertido en una Junta Conservadora de los Derechos de El Tirano, que sólo reclama su restitución en el poder reconociéndolo como rey reelecto, a pesar de que él mismo se ha sometido a la monarquía comunista cubana. Según esta leal oposición a la monarquía comunista cubana y su gobierno títere, el título de reelecto no caduca por la traición, ni prescribe por la falta de juramento y toma de posesión.



Hace doscientos años la oposición fue más atrevida. Obligó a renunciar a Emparam, el más lejano antecedente de Maduro. Alegó su condición títere del invasor extranjero. Para ello se valió del pueblo, al cual llamó a la calle el 19 de abril de 1810. Nada semejante ha hecho ni se propone hacer la oposición impostora de ahora. Su preocupación en estos momentos es la elección de los alcaldes y concejales. Combinada con la monarquía comunista cubana y sus títeres cerca a toda posible disidencia, ahogando cualquier liderazgo emergente con el mote de radical. Sólo el pueblo patriota mismo puede romper este cerco con una Operación Fuenteovejuna, de la cual hablaremos después.




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