lunes, 18 de junio de 2012

El camino chino


Compatriotas: A los comunistas en el poder hay que decirles que, con motivo del vacío que dejará El Tirano, y con mayor razón si su enfermedad es un teatro demente, están en una encrucijada: seguir transitando el camino cubano que los llevará a la perdición o tomar el camino chino, que será su salvación y la del país porque dejarán de ser una secta destructiva para convertirse en una fuerza positiva. ¿Cuál es el camino chino y cómo tomarlo?

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El camino chino se resume en la frase: un país, dos sistemas. Un país gobernado por comunistas, vale decir, una tiranía comunista, pero con una economía capitalista, a la cual no llaman así por razones políticas, sino “economía de mercado socialista”. Se trata de una modalidad de economía mixta que armoniza la existencia de empresas públicas y privadas, de capital nacional o extranjero, compitiendo bajo reglas de juego claras y confiables.

El sector público de la economía se centra en las industrias básicas, mayoritariamente propiedad de la República, como lo eran en la vieja democracia, pero con una peculiaridad: compiten entre ellas en un sistema de precios establecidos por el mercado. Así la competencia determina la eficiencia.

El mayor impulso económico de China se lo ha dado la apertura a las inversiones extranjeras, por lo cual las transnacionales se han establecido allí, con un enfoque dirigido hacia las exportaciones a través de incentivos tributarios, acompañados de fuertes inversiones públicas en infraestructuras para un desarrollo sostenido; mecanismos de formación de precios, mercados de capitales y propiedad privada, propios de una economía capitalista, como vías para mejorar la eficiencia de los viejos monopolios públicos y crear un tejido industrial privado con un coste laboral competitivo.

A consecuencia de la implantación de la economía capitalista, abierta a la inversión extranjera a la cual se le brinda protección y seguridad, China es, desde 2008, la segunda potencia económica mundial sólo superada por EE.UU., el mayor exportador mundial y el segundo importador mundial de bienes. China es el país de mayor crecimiento económico mundial, con una tasa media anual de aumento del PIB, en los últimos treinta años, de más del 10%.

El viajero proveniente del Tercer Mundo se impacta con lo que ve en la China emergente: un país pujante, en el cual se respira prosperidad; un pueblo dedicado al trabajo, en lugar de vivir de las limosnas o misiones del gobierno, disciplinado, atento, bien vestido, que al mismo tiempo disfruta de su bienestar; unas ciudades ordenadas, seguras y limpias, incluso adornadas con flores; unos mercados bien provistos a los cuales concurren millones de compradores; una infraestructura de carreteras, calles y servicios públicos en estado óptimo; un tránsito de vehículos modernos en el transporte público; un transporte subterráneo puntual, rápido y de última generación; rascacielos cada vez más altos; hoteles de todas las cadenas internacionales; millones de chinos viajando, haciendo turismo nacional; seguridad en las calles a todas horas del día y de la noche; millones de chinos paseando, cantando y bailando en los bulevares; y ,en fin, una sensación de optimismo general por el desarrollo económico en ascenso sostenido. Calculan que, para 2015, más de 500 millones de chinos habrán ascendido a la clase media, planteando un desafío de infraestructura turística mundial.  Organizar y ordenar a 1.600 millones de chinos, acostumbrados al desorden del pasado, al opio y al juego, e irlos pasando progresivamente de la miseria a la prosperidad, es sin duda un caso exitoso de adaptación de la teoría comunista a la etapa de la globalización de la economía. Precisamente lo contrario de la estupidez cubana y de la imitación demencial de El Tirano.

¿Cómo tomar el camino chino? Haciendo lo que hicieron los comunistas chinos. Al desaparecer Mao Tse Tung, liquidaron la “Banda de los Cuatro”, que eran los bandidos que habían rodeado al difunto, y dieron  el gran viraje en la economía. Surgió Deng Xiao Ping, quien puso de moda esta frase tan explícita: “no importa que el gato sea blanco o negro, lo que importa es que cace ratones.” Significa que un sistema económico se mide por el rendimiento y la eficiencia.

A los comunistas que nos gobiernan se les presenta una oportunidad idéntica. ¿Quieren sobrevivir y redimirse? Hagan lo mismo que hicieron los chinos: apartado o ido El Tirano, liquiden su “Banda de los Cuatro”, que ustedes saben quiénes son, y den el viraje hacia la economía de mercado. No necesitan poseer el valor personal y la calidad intelectual de Deng Xiao Ping. Basta una ambición de poder y un cerebro mediano que les permita ver que la clave del éxito está en rodearse de talentos.

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