1.- La reacción sentimental y de respeto a la Reina Isabel II, habida tanto en Gran Bretaña como en todo Occidente, con motivo de su fallecimiento, ilustra sobre la utilidad y conveniencia de la separación de cargos y funciones de JEFE DE ESTADO y JEFE DE GOBIERNO, lo que caracteriza la FORMA DE GOBIERNO del ESTADO DE BIENESTAR existente en Europa Occidental con éxito desde hace 75 años, el cual proponemos adoptar en Venezuela como REPÚBLICA DEL BIENESTAR.
2.- Ya hemos dicho que en el ESTADO DE BIENESTAR rige el SISTEMA PARLAMENTARIO, en el cual hay dos clases de FORMA DE GOBIERNO: la MONARQUÍA PARLAMENTARIA y la REPÚBLICA PARLAMENTARIA. En ambas están separados los cargos y funciones de JEFE DE ESTADO Y JEFE DE GOBIERNO.
3.- En la MONARQUÍA PARLAMENTARIA el JEFE DE ESTADO no es elegido mediante votación universal, directa y secreta. Es un REY que sucede al anterior (sucesión dinástica).
En la REPÚBLICA PARLAMENTARIA el JEFE DEL ESTADO es el PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, electo por el pueblo (ej. Francia) o por el CONGRESO (ej. Italia). Optamos para Venezuela por el modelo de la REPÚBLICA PARLAMENTARIA ITALIANA, en el cual el Presidente de la República semeja a un Rey sin Corona electo por el Congreso en votación secreta y por mayoría calificada.
4.- La mejor doctrina jurídica califica al Rey como PODER MODERADOR. No es Ejecutivo, Legislativo o Judicial. Es un órgano constitucional distinto y diferente de todos ellos.
Es el mismo rol del Presidente de la República en la REPÚBLICA PARLAMENTARIA italiana. Pero en Venezuela sería algo más: el PODER MORAL, porque sin autoridad moral no le será posible ejercer su función moderadora, y menos aún la simbólica. Precisamente el mayor bien para la futura democracia sería que el PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL BIENESTAR sea tenido como el PODER MORAL.
5.- Para ser PODER MODERADOR el Presidente de la República sería electo por consenso de diputados y senadores. Y ya electo debería sustraerse de la lucha política manteniéndose neutral y ajustar su conducta a la moral administrativa y personal para para convertirse en símbolo e instituirse en PODER MORAL DE LA REPÚBLICA.
6.- El PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL BIENESTAR tendría una función simbólica: ser el símbolo de la República, representando su unidad y permanencia con sentido integrador de la sociedad venezolana, sin distingos de banderías o partidos. Es lo que no han sido los presidentes en los 200 años de nuestra historia.
En función de estas exigencias deberá exigirse una edad mínima de 70 años para ser electo. A esta edad ha hecho méritos suficientes y ya está de despedida de la vida activa. Así se reforzaría el simbolismo con la figura del abuelo.
7.- Derivada de su función simbólica, el PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL BIENESTAR tendría la función representativa: asume la más alta representación de la República, acredita a los embajadores de Venezuela (pero no los nombra porque el nombramiento sería atribución del Jefe del Gobierno) y recibe las cartas credenciales de los embajadores extranjeros.
8.- El PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL BIENESTAR, en razón de su función moderadora, tendría tres derechos fundamentales ante todos los altos funcionarios: el derecho a ser consultado, el derecho a estimular o animar y el derecho de advertir, velando por la legalidad y sobre todo la moralidad. Por este motivo el JEFE DEL GOBIERNO debe reunirse periódicamente con él para informarle y oír su opinión.
9.- Venezuela nunca ha tenido un presidente con estos atributos por culpa del sistema presidencial. Urge tenerlo para que haya moderación y estabilidad, factores políticos indispensables para VIVIR BIEN en un ESTADO DE BIENESTAR.
petitdacosta@gmail.com
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