Con la abstención MASIVA del 89% de los electores (más de lo esperado) se ha iniciado el CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL, que ordena el Art. 333 con el fin de restablecer la efectiva vigencia de la Constitución.
Además de masiva, esta abstención ha sido MILITANTE porque la motiva la voluntad del pueblo de hacer constar expresamente y sin ninguna duda su desconocimiento de la autoridad de Maduro, cuya salida inmediata del cargo que usurpa demanda e implícitamente ordena, por lo cual desobedece tanto a él como a los poderes públicos igualmente ilegítimos y serviles a su persona. Es la manifestación con tales efectos y consecuencias prevista en el Art. 350 de la Constitución.
La ABSTENCIÓN MASIVA Y MILITANTE es la fase pasiva con la cual se inicia el CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL. Correspondía esta fase a los civiles por estar desarmados. Ahora debe venir la fase activa. La experiencia enseña que la fase activa comienza con la deliberación de los militares, quienes toman conciencia de que la situación de Maduro es insostenible: 1) Insostenible políticamente porque no tiene pueblo, que lo detesta; 2) Insostenible internacionalmente porque la comunidad internacional, que ya había desconocido la elección, ahora se cerrará más; 3) Insostenible económicamente, porque no habrá préstamos ni auxilios financieros para aliviar una economía en la ruina; 4) Insostenible socialmente porque nada podrá evitar la rebelión del pueblo empobrecido hasta la miseria, visto que bonos, cajas clap y pollos y bombonas de gas de última hora no sirvieron para comprar el voto.
Forzosa e inevitablemente todo terminará por la fuerza. Y pronto. Entonces los militares estarán pensando:
1.- Si hay una intervención militar extranjera (ahora más justificada que nunca antes), se acaba la FANB y todos los oficiales superiores vamos presos.
2.- Si otros militares se adelantan nos dejan fuera y nosotros seremos los “chivos expiatorios” para la ira del pueblo. La “tortilla se volteará” y los civiles que maltratamos vendrán a cobrarnos las facturas pendientes.
3.- Pero si, en cambio, damos el paso adelante, nos reinvidicaremos “lavándonos las caras” y seremos los “salvadores” del pueblo y héroes de la democracia", como sucedió en 1958 cuando nadie les recriminó su pasado perezjimenista a los militares que derrocaron a Pérez Jiménez.
4.- A esto se añade un factor que no tiene antecedente en la historia de Venezuela: hay un premio en millones de dólares para los que se atrevan.
Seguro que los militares están deliberando. Ellos son civiles a muchos de los cuales el uniforme se les sube a la cabeza como a muchos civiles en altos cargos. Mientras tanto, vayamos preparándonos los civiles para hacer lo que nos corresponde en la fase activa.
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