sábado, 25 de julio de 2020

REPITIENDO LO YA SABIDO PARA QUE CONSTE

Termina la semana 30 del año 2020 y Maduro sigue allí usurpando la presidencia, a pesar de que más del 80% de los venezolanos queremos que se vaya sin más demora. Mientras tanto, Guaidó se desgasta, cumplida la semana 80 de su encargaduría, sin hacer ningún movimiento que precipite el desenlace. Ahora menos a causa de la pandemia, que lo ha dejando inerte ante la trampa tendida para defenestrarlo como lo es la elección fraudulenta de la AN pactada por la narcotiranía con los colaboracionistas y ultracolaboracionistas, que lo sustituirá por uno de ellos.

No me cansaré de repetir que no hay salida electoral y pacífica de esta situación. Participar en las elecciones parlamentarias sería arrodillarse ante Maduro, una humilación inaceptable. Sólo hay dos salidas:

1.- El CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL ordenado por la Constitución en el Art. 333, que se concreta en una rebelión cívico-militar.

2.-  La INTERVENCIÓN MILITAR EXTRANJERA fundada en la amenaza para la seguridad de la región que representa Venezuela convertida por Maduro, títere de Cuba, en base de operaciones de una COALICIÓN CRIMINAL TRANSNACIONAL de comunistas, narcotraficantes y terroristas con Rusia, China e Irán, cuyo objetivo final es la destrucción de Estados Unidos, al cual le corresponde por tanto la iniciativa de la intervención en su defensa.

No me cansaré de repetir también que, para la primera salida, no cabe esperar que sean militares los que inviten a los civiles como sucedió en 1945, sino que son los civiles los que deben tomar la iniciativa como en 1958 organizándose y movilizándose como lo hicieron la resistencia francesa de los años 40 y la resistencia venezolana de los años 50. Desde luego, la iniciativa recae sobre los líderes radicales, visto que Guaidó no lo ha hecho y ya no lo hará porque perdió el liderazgo y la confianza de la gente. Y mucho menos lo harán los colaboracionistas y ultracolaboracionistas porque ellos están en el bando enemigo.

No me cansaré de repetir también que la segunda salida se facilitaría si Guaidó, como Presidente Legítimo, propone a Estados Unidos un tratado de defensa mutua que sería el PLAN VENEZUELA contra el comunismo, el terrorismo, el narcotráfico y todas las modalidades de delincuencia transnacional que ponga en peligro la seguridad de ambos. Pero lamentablemente su política exterior, si podemos llamarla así, está manejada por socialistas al estilo Pizarro.

No me cansaré de repetir también que, visto que Guaidó no actúa como se lo exigen las circunstancias para provocar la segunda salida, la resistencia civil o cívico-militar, en el supuesto de que se la organice y movilice, deberá estar preparada para que dicha segunda salida se produzca con motivo de intentar la primera si para impedirla intervienen soldados, guerrilleros y terroristas extranjeros así como bandas paramilitares de narcotraficantes y delincuentes, en cuyo caso sería obligante para los gobiernos democráticos actuar en consecuencia.

 

petitdacosta@gmail.com                                24-07-20


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