(preparativos de la huelga
general insurreccional)
Nuestro enemigo verdadero es Cuba, personificada en
Maduro. Para nosotros los venezolanos, Maduro es Cuba porque Cuba ocupa a
Venezuela, donde gobierna por medio de Maduro, quien es su títere. A Maduro lo
sostiene Cuba. Y Cuba vive de Venezuela, que la alimenta a cambio de la miseria
y el hambre de los venezolanos.
Aquí la oligarquía comunista de Cuba se está jugando
su supervivencia. Si pierde a Venezuela, caerá irremediablemente. Y sabe la
tragedia que entonces le sobrevendrá. Lo que debió ocurrirle en los años 90. Y
no le ocurrió por algo sin antecedentes en la historia universal: un acto de
“mariconería política”, en virtud del cual los gobernantes de Venezuela pagaron
a la oligarquía comunista cubana para que los poseyera, lo que aún siguen
haciendo. Pagan para que los posean, algo nunca visto en política
internacional, cuando lo contrario es la regla: el que paga, posee y manda.
Entendamos entonces que nuestra lucha no es sólo por
la democracia, sino principalmente por la soberanía y la dignidad nacional
mancillada. Y que Maduro, representante y títere de Cuba, no se irá sino lo
echamos, lo que significará expulsar a Cuba de Venezuela. No habrá, pues, cese
de la usurpación sino hay antes o simultáneamente cese de la ocupación cubana.
Ambas son causa y consecuencia. La ocupación cubana es la causa de la
usurpación de Maduro, porque Cuba lo impone en la presidencia ya que lo necesita
allí para sobrevivir, lo que sólo puede lograr explotando a Venezuela.
Es, pues, inevitable la confrontación con Cuba,
personificada en Maduro. Su fortaleza ha estado, hasta ahora, en que cuenta con
el Alto Mando Militar, escogido por Cuba para que la FANB funcione como ejército
de ocupación. Y, para exhibirlo como su fortaleza, Maduro se retrata con los
altos mandos y ejecuta ejercicios militares. Por su parte, las fortalezas de
nuestras fuerzas, bajo el mando de Guaidó como líder de la transición, está en
que contamos con la comunidad internacional y con el 85% del pueblo venezolano
que rechaza a Maduro, como lo confirman las encuestas y las manifestaciones
pacíficas.
Pero Guaidó debería iniciar, en respuesta a Maduro,
los ejercicios destinados a exhibir las fortalezas de las fuerzas democráticas,
paso previo a la confrontación inevitable. A la exhibición militar de Cuba y
Maduro, debería responder con el retiro de la denuncia del Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) acompañado de la invocación a
todos los países democráticos de América de auxiliarnos ante la ocupación
cubana, que es una agresión.
Simultánea con esta demostración de fuerza militar
internacional, este 12 de febrero debería pasarse a otra etapa de la
movilización civil, que es la de organizar el ejército civil (el 85% de la
población) para la acción decisiva en las calles que será necesariamente la
huelga general insurreccional. Subrayo: insurreccional, como fue la
declarada el 21-01-1958 que culminó con el derrocamiento del tirano el 23 de
enero. Los preparativos de la huelga general insurreccional serían equivalentes
a los ejercicios civiles, los cuales me abstengo de indicar aquí por razones
obvias. En resumen: erigirse Guaidó en Comandante en Jefe del Ejército Civil,
que con la huelga general insurreccional terminará de imponerlo como Comandante
en Jefe de la FAN.
La huelga general insurreccional tendrá entre otras
ventajas: 1) Creará las condiciones para que insurja la mesocracia militar (de
coroneles hasta sargentos) contra Cuba y sus títeres Maduro y el Alto Mando; 2)
Justificará, si fuere necesario, el auxilio de los países de América con
fundamento en el TIAR, para lo cual es absolutamente necesario insistir que
estamos luchando contra la ocupación cubana, de cuya agresión son representativos
Maduro y el Alto Mando Militar.
La etapa de las manifestaciones disuasivas para
demostrar apoyo multitudinario se ha agotado, porque al enemigo no lo han
conmovido. Pasemos a la etapa de los ejercicios de respuesta, demostrativos de
nuestras fortalezas, para decirle al enemigo que no le tememos a la
confrontación, pero el resultado de ella sería su destrucción total.
LIBERACIÓN NACIONAL 235
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