Para que asumamos el control del país que, por
culpa de títeres y colaboracionistas, está cayendo como avión que se le acabó
el combustible y ninguna autoridad legítima en la cabina de mando
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Estamos como estaban los pasajeros segundos
antes de la tragedia cerca de Medellín: montados en un avión que se le acabó el
combustible porque la tripulación (Maduro y el cogollo colaboracionista de la
MUD) hizo un cálculo equivocado. Aquí el error ha sido creer que esto aguanta
hasta 2019. Y, en lugar de evitar la tragedia forzando los cambios en 2016, el
cogollo colaboracionista de la MUD decidió seguir así engañando al pasaje con
el cuento de un diálogo respecto al cual se contradicen los sobrecargos: será
el 13 de enero, que no será, que nos sentamos, que no nos sentamos, que nos levantamos,
que no nos levantamos. Ya nadie cree este cuento. Todos los pasajeros sentimos la
cercanía de la tragedia. Y nos damos cuenta que sólo nos salvaremos si decidimos
actuar declarando la Emergencia-333 y asumimos el control del avión con la
autoridad que nos confieren los Arts. 333/350 de la Constitución, que es nuestro
manual de vuelo. Decidámonos porque queda poco tiempo antes de estrellarnos.
Veamos cuál es la situación. Al país se le
acabó el combustible. Está hundido en la estanflación: parálisis económica con
hiperinflación de 1.000% y moneda a 4.000 por dólar, en un panorama desolador
de hambruna y crisis humanitaria. Vamos directo a la hecatombe. En la cabina de
mando hay un vacío de poder. Todos los tripulantes se han peleado
desautorizándose entre sí, negándose legitimidad. Un desorden total. El TSJ
desconoce a la AN declarándola en desacato. La AN desconoce al TSJ, revocando
su nombramiento inconstitucional y llamando malandros a los magistrados. Maduro
desconoce a la AN y asume abiertamente la dictadura decretando el estado de
excepción sin acatar la decisión de aquélla. La AN desconoce a Maduro,
declarando que ha roto el orden constitucional con un Golpe de Estado, por lo
cual es un gobernante de facto por ilegítimo y golpista. El CNE desconoce a la
MUD negando el revocatorio. La AN desconoce al CNE por inconstitucional y se
prepara para sustituirlo. El TSJ le niega a la AN esta atribución porque está
en desacato. Mientras tanto, los diputados de Amazonas entran un d ía y salen el siguiente de la AN, dándosele el trato
discriminatorio de indios. Un verdadero relajo institucional.
Constitucionalmente hablando Venezuela está sin gobierno legítimo. Todas las
instituciones se han deslegitimado mutuamente. Todas carecen de legitimidad. Estamos,
pues, en un vacío de poder absoluto, que se sostiene en equilibrio inestable
porque los únicos con poder real para ponerle fin, que somos los ciudadanos y
la FAN, no hemos actuado contra este relajo inconstitucional.
En estas circunstancias procede que declaremos
la EMERGENCIA-333 y actuemos de uno de estos tres modos:
1.- La AN cumple el deber constitucional de
destituir o deponer a Maduro y su Vice-Presidente, junto con los demás poderes
públicos partícipes en el Auto-Golpe, con fundamento en el Art. 333 de la
Constitución, por haber dado un Golpe de Estado y haber roto así el orden
constitucional, y los desaloja de la cabina de mando. Y ordena a la FAN a
ejecutar esta decisión, autorizándola a que, si Maduro se resiste a acatarla, proceda
como hizo el Ejército de Honduras cuando Zelaya desacató a la Asamblea Nacional
y a la Corte Constitucional.
2.- Si la AN se abstiene de cumplir con su
deber constitucional, podrían hacerlo los militares demócratas que, por ser
ciudadanos investidos de autoridad, están igualmente obligados a restablecer la
vigencia de la Constitución, la que ha dejado de observarse por el auto-golpe
de Maduro, calificado como tal por la AN, como por el relajo inconstitucional
que ha devenido en la ilegitimidad de todos los poderes. En este caso
desalojarían a Maduro de la cabina de mando para que lo sustituya una nueva
tripulación civil. Los civiles en
general, investidos o no de autoridad, estaríamos obligados a colaborar con los
militares y forzar a la AN a completar el restablecimiento de la vigencia
efectiva de la Constitución con la reinstitucionalización integral del país.
3.- Si la AN y los militares demócratas se
abstienen de cumplir con el deber que les impone el Art. 333 de la
Constitución, todos los ciudadanos debemos forzarlos a cumplirlo, del modo que
siempre se ha hecho en Venezuela: rebelión popular.
Declaremos, pues, la EMERGENCIA-333. Y actuemos
antes de que ocurra la tragedia de estrellarnos todos junto con el país.
Liberación Nacional y No-Reelección (195)
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