El titular de hoy: “Militares reportan faltas de alimentos básicos hasta 91%” (El Nacional, 20-01-15). Agrega: escasez de pollo 80%, escasez de leche en polvo 90%, falta de harina de maíz 88%, escasez de azúcar 84% y de queso 88%, escasez de medicinas 80%. Y así por consiguiente.
En todo el siglo XX nunca hubo una situación semejante, de escasez de alimentos y medicinas. Ni antes de la explotación del petróleo cuando Venezuela era un país rural. Ni durante la guerra mundial cuando la escasez fue de vehículos, equipos y repuestos producidos en el extranjero, pero no de alimentos y medicinas. Y mucho menos, desde los años 50, cuando la renta petrolera fue creciendo. No hubo escasez de alimentos y medicinas ni siquiera cuando el petróleo llegó a bajar a 8 dólares el barril en los años 90. Entonces, porqué ahora, después de la mayor bonanza petrolera, cuando el crudo se cotiza a un precio 3 veces más alto que el último del siglo pasado, estamos padeciendo la escasez en una dimensión nunca antes vista, acercándonos a la hambruna?
La respuesta es muy sencilla. Antes imperaba en el país la economía de mercado, vale decir, el capitalismo. Ahora, por el contrario, estamos sufriendo las consecuencias de la implantación del comunismo, mediante el trasplante del modelo cubano. Antes éramos Venezuela, ahora somos Cubazuela, un satélite de Cuba.
El colapso económico de nuestro país es el colapso del trasplantado modelo comunista cubano, causante de la emergencia económica. En consecuencia, sólo hay un remedio para solucionar la emergencia: restablecer la economía de mercado, o sea, el capitalismo. Fundándose en esta conclusión, no sólo ideológica sino realista, profundamente realista, una oposición verdadera, no colaboracionista, rechazaría el decreto que declara la emergencia económica.
REFLEXIONES 73 20-01-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario