El presidente extranjero que nos puso Cuba para preservar su
dominio sobre Venezuela ha anunciado que el comunista cubano Orlando Borrego, supuesto
economista (todo título cubano y soviético de economista descalifica por
sospechoso de pirata), será el que dirigirá, por orden de los Castro, la
reforma político-administrativa que se propone hacer con el lema: “una
revolución dentro de la revolución.” La mejor credencial del intruso es haber
sido asistente de Ernesto Ché Guevara, el médico que acabó con la moneda cubana
desde la presidencia del Banco Central, un ejemplo irrefutable de las
consecuencias desastrosas del intrusismo profesional característico de los
comunistas cubanos. Así, pues, un cubano
con estos antecedentes de piratería asesorará a un presidente con conocimientos
de sexto grado. Un caso extremo de aventurerismo.
Los universitarios comunistas venezolanos, especialmente los
economistas, no han objetado la asesoría del pirata cubano. Una demostración
más de que su condición de vende-patria se sobrepone a su dignidad profesional.
Si lo pone Cuba está bien para ellos. Si es cubano mejor. Son unos arrastrados
sin vergüenza. No merecen el título universitario que tienen. Vale preguntar a
los comunistas que fueron o son profesores de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales de la UCV, el nido del comunismo universitario: ¿qué hicieron
con lo que enseñaron echándoselas de sabios discípulos de Maza Zavala? ¿Porqué
no escriben y hablan contra esta humillación, porque es a ustedes que sus
propios compañeros humillan tratándolos de incapaces e imbéciles, buenos para
nada, al ponerles encima un cubano tira-piedras? Tanta presunción de sabios
cuando había democracia para criticar todo cuanto se hacía y ahora se meten la
lengua en el bolsillo dejando que los pateen los cubanos. Díganme, los
profesores comunistas de todas las escuelas de economía, que se la echaban de
ultranacionalistas, donde está escondida su dignidad cuando su régimen los
pisotea y los menosprecia? La dignidad de los economistas comunistas se mide
por el silencio ahora cuando sus propios compañeros de gobierno los han
escupido en la cara.
Por nuestra parte, los universitarios demócratas debemos pasar de
la denuncia a la acción. Ya el tiempo de las denuncias terminó por su
inutilidad. Ha llegado la hora de actuar. Todos deberíamos movilizarnos bajo un
plan de acción. No por los políticos, a los que sólo les preocupa sus puestos
de diputados, gobernador o alcalde. No les interesa la profesión, porque no la
ejercen. Viven de la política. Somos nosotros los agraviados los que debemos
actuar. ¿Porqué los académicos de todas las academias, que han tenido un papel
tan digno, no convocan a científicos y especialistas de todas las disciplinas
para organizarlos en función del rescate de la soberanía, una de cuyas
manifestaciones es la de preferencia y hasta exclusividad de los venezolanos en
la competencia de sus profesiones? ¿Porqué los rectores, decanos y demás autoridades
universitarias no convocan a profesores, estudiantes y egresados, para
organizarlos en función del rescate de la soberanía, una de cuyas
manifestaciones es la exigencia de título venezolano para el ejercicio de la
profesión incluso como asesor? ¿Porqué los directivos de los colegios y
federaciones de profesionales universitarios no convocan a sus agremiados para
organizarlos en función del rescate de la soberanía, una de cuyas
manifestaciones es la reserva del mercado de trabajo para los profesionales
venezolanos? Si yo fuera presidente de
la Federación de Colegios de Abogados, que lo fui a temprana edad, habría
movilizado a los universitarios, comenzando por mis colegas, con este fin.
¿Para qué sirven los gremios si ni siquiera defienden a sus agremiados de la
humillación por Cuba y sus títeres al menospreciarlos en sus respectivas
profesiones?
Señores universitarios: ¿quince años de humillación por los cubanos
y sus títeres no bastan? Hoy, día de la independencia, parafraseo la
exclamación de Bolívar para apelar a ustedes y exhortarlos al rescate de la
soberanía, de nuestra dignidad profesional y de nuestro mercado de trabajo.
REFLEXIONES 59 05-07-14
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