miércoles, 29 de mayo de 2013

LA VENTA DE GLOBOVISIÓN ES UNA TRAICIÓN


A LA PATRIA, A LA DEMOCRACIA, 
A SUS TRABAJADORES Y A LA AUDIENCIA
Pregunto: ¿si Guillermo Zuloaga perdía Globovisión quedaba pobre de solemnidad, debiendo pedir limosna? Evidentemente no. Dispone de capital suficiente para vivir holgadamente en el extranjero con su familia. ¿Entonces porqué Guillermo Zuloaga vendió a Globovisión, traicionando a su patria, a la democracia, a sus empleados y a su audiencia? Por algo que ha sido tradición en los ricos venezolanos: aman más el dinero que a su patria. Cuando se hacen ricos sólo aspiran a hacerse más ricos hasta el infinito. Sólo quieren más plata. Y por ello todos han tenido un precio. Excepto dos, hasta ahora en Venezuela, y a título comparativo un caso del Perú.
La primera excepción fue Bolívar. Era de los más ricos que había en la Venezuela de su época: haciendas, minas, esclavos, morocotas. Viajó por Europa a principios del siglo XIX. ¿Saben la calidad de riqueza de que debía disponer para hacer turismo entonces? Pues bien, Bolívar se lo jugó todo en la independencia. Sabía muy bien que la derrota implicaría la confiscación de sus bienes por la Corona Española. Y, sin embargo, se jugó su fortuna. Pasó lo que siempre ha pasado con los que han hecho algo semejante: no sólo recuperan la fortuna, sino que alcanzan el poder y la gloria.
La segunda excepción se produjo en los tiempos de la dictadura en Perú. Los dueños de las televisoras fueron despojados de sus concesiones y de sus plantas. Debieron emigrar. Con gran entereza soportaron la situación adversa, no sólo por el patriotismo, sino por realismo. Sabían que en América Latina las dictaduras no son eternas y cuando caen sus víctimas regresan, se les devuelven sus bienes y algo más: se los convierte en héroes de la resistencia. Así sucedió. Derrocado el dictador, se les devolvieron las televisoras y se los indemnizó, mereciendo el respeto de todos.
La tercera excepción la tenemos en Venezuela. Los dueños de RCTV, a la cabeza Marcel Granier con el apoyo de la familia Nestares, prefirieron perder la televisora pero no la honra, ni traicionar a su patria, a la democracia, a sus empleados y a su audiencia. Han perdido dinero, pero han hecho una gran inversión porque la nueva democracia que se avecina les retribuirá su gesto valiente. Además lo que seguramente recuperarán en dinero, aun siendo suficiente indemnización, será sin duda inferior a lo que recibirán en honores, porque honores merecen los que no claudican, ni se rinden, ni traicionan.
Si Guillermo Zuloaga no hubiese claudicado y entregado a las fuerzas del mal, perdería dinero sin duda, pero lo recuperaría en menos tiempo que los de RCTV. Pero sobre todo se habría convertido en otro símbolo de la resistencia ante la ocupación cubana mediante un gobierno títere. Y todo sin pasar hambre, porque le sobra dinero para vivir bien.
La venta de Globovisión es una traición a la patria porque se la han vendido a Cuba, a través de su gobierno títere. Es una traición a la democracia que le dio generosamente su concesión creyendo en su lealtad. Es una traición a sus trabajadores que se la jugaron con la resistencia a la tiranía comunista. Y es una traición a la audiencia porque era exclusivamente de oposición. Sólo los de oposición veían a Globovisión como su único vehículo de información y orientación.
Mientras muchos sin ser ricos nos la estamos jugando completa, estos ricos no resisten una paca de billetes. Es imperdonable.
REFLEXIONES 2
29-05-2013

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