viernes, 18 de julio de 2025

LA VACUNA CONSTITUCIONAL CONTRA LA TIRANÍA

Creíamos que, después de 1958, no habría más tiranía en Venezuela. Estábamos equivocados. A los 40 años se instaló la peor de las tiranías de nuestra historia, que lleva ya un cuarto de siglo.

La explicación es muy sencilla: la vieja democracia no tomó medidas radicales para que no volviéramos a sufrir una tiranía. Ni siquiera se copió los remedios probados en otros países. Lo demuestra la Constitución de 1961, un compendio de buenas intenciones sin soluciones para los problemas de fondo. No se fue a la raíz del mal para erradicarlo. He puesto este ejemplo: se repitió el sistema presidencial, tal como se había heredado de la colección de tiranías, cuando tenían a la vista el Estado de Bienestar con el cual los europeos habían sepultado al nazi-fascismo, la mayor y más cruel tiranía conocida hasta entonces, sin dar posibilidad a su resurrección. En 80 años los europeos han vivido en democracia por tener el ESTADO DE BIENESTAR que es la vacuna europea probada contra la tiranía.

Otro ejemplo: al mantener el sistema presidencial no aplicaron la probada vacuna constitucional mejicana contra la tiranía, que es la NO-REELECCIÓN ABSOLUTA, cuando se sabía que en nuestra historia la reelección ha sido el inicio o la apertura del camino a la tiranía, porque predispone mentalmente al pueblo que no ve el peligro de que detrás de la reelección está oculta la tiranía. Los líderes de la vieja democracia terminaron adoptando la re-elección diferida, que demostró ser un regalo envenenado porque, como lo hemos visto, nos condujo de regreso a la tiranía. La democracia pereció con las dos reelecciones que hubo. Y así fue efectivamente.

La Constitución de México establece la NO REELECCIÓN ABSOLUTA. Y desde su promulgación no ha habido dictadura en México. Han tenido malos gobiernos, pero no dictaduras. Todos saben allá que los presidentes se van cuando cumplen los seis años en el poder. Hasta López Obrador, que como buen comunista no escondía las ganas de quedarse para siempre en el cargo. Así que allá sólo hay que esperar que termine su único período presidencial.

“Nadie puede cuestionar el hecho de que el sistema de reelección, sobre todo la inmediata e indefinida, es la ocasión, jurídicamente prevista, para la entronización de la dictadura. El presidente al sumar en su cargo varios períodos, se convierte inexorablemente en un tirano, cuyo poder se refrendará periódicamente por actos electorales simulados o fraudulentos en los que los resultados, contrarios o ajenos a la voluntad mayoritaria, se sostienen e imponen por la fuerza.” (Ignacio Burgoa, catedrático de la UNAM en su obra DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO).

Lo dice también el también catedrático Felipe Tena en su libro de texto: “La Constitución ha levantado, a manera de obstáculo.. a las ambiciones de los altos funcionario el principio de la no-reelección. Este principio es absoluto para quien haya sido alguna vez, por cualquier motivo, Presidente de la República. La prohibición se dirige a impedir la perpetuación en la Presidencia de la República, precisamente porque quien una vez consigue ocupar ese puesto es el que alcanza más poder para saltar las barreras de la ley apoderándose indefinidamente del mando”.

En conclusión: caímos en esta tiranía oprobiosa cuando hemos podido salvarnos si la vieja democracia nos hubiera puesto la vacuna constitucional europea de aplicación continua llamada ESTADO DE BIENESTAR. Y habiendo cometido el error de mantener el sistema presidencial, que nos predispone a esta peste como lo demuestra la historia nacional, debieron entonces ponernos la vacuna constitucional mexicana llamada NO-REELECCIÓN ABSOLUTA que la mata de raíz.

Ninguna de las vacunas constitucionales contra la tiranía fue aplicada en el sistema político venezolano. Un error mayúsculo motivado por la ambición personal. Y en política los errores se pagan carísimo. Este, cometido por los políticos de la vieja democracia, nos ha traído la horrorosa “peste roja” llamada narcotiranía. Cuando salgamos de ella, que efectivamente saldremos pronto “por las buenas o por las malas”, deberemos enseguida ponernos una de las dos vacunas, único modo probado de evitar la recaída. Y no aceptar excusas.

petitdacosta@gmail.com

lunes, 7 de julio de 2025

LA PESTE RECURRENTE DE LA TIRANÍA

1.- Como dijimos ayer la FAN (Fuerza Armada Nacional), integrada por los militares profesionales, se constituyó en 1945 en adalid y garante de la soberanía popular, expresada mediante elecciones limpias (libres y justas) “por el sistema de sufragio directo, universal y secreto.” Fue la justificación que dieron de la rebelión militar, con apoyo de civiles, que se llamó “revolución de octubre”.

Dijeron entonces que su objetivo central era “garantizar unas elecciones libérrimas, sin imposición ni parcialización ejecutiva por ninguna de las corrientes políticas en pugna, para que de las limpias manos del pueblo surja un Presidente de la República lealmente asistido de la confianza nacional.”

2.- Los militares faltaron a su palabra por primera vez en 1952. En las elecciones para la Constituyente, convocadas cuatro años después de derrocar al Presidente Gallegos, hicieron exactamente lo contrario de lo prometido: apoyaron el desconocimiento de los resultados electorales que favorecieron ampliamente a la oposición y convalidaron el fraude electoral descarado del gobierno. Aún más, reconocieron como Presidente Provisional de la República al que cometió el fraude ejecutando así un Golpe de Estado.

3.- Fue entonces cuando, visto ese Golpe de Estado que desconoció el resultado de las elecciones y validó el fraude, los únicos partidos legales de oposición (URD y COPEI) que habían concurrido a las mismas descartaron la salida pacífica y electoral de la crisis política, porque había quedado cerrada y procedieron a organizarse para derrocar al tirano. Al efecto, se constituyeron en alianza con los partidos ilegales (AD y PCV) integrando en clandestinidad la JUNTA PATRIÓTICA, la que tuvo a su cargo dirigir la resistencia clandestina con la única finalidad de derrocar al tirano e implantar la democracia.

Estaban en esta actitud cuando el mismo tirano que dio el Golpe de Estado en 1952, desconociendo el resultado electoral se declaró fraudulentamente Presidente de la República, decidió no efectuar la elección presidencial para el período siguiente convocando en su lugar un plebiscito aprobatorio de su reelección que se celebró el 15-12-1957. Entonces la Junta Patriótica, vistos los antecedentes de los militares de no cumplir la palabra empeñada de ser garantes de elecciones limpias, convocó a la abstención en lugar de votar NO. El pueblo respondió con una abstención masiva. Como siempre el tirano falseó el resultado y fraudulentamente se declaró reelecto atribuyéndose falsamente una invisible mayoría abrumadora de participación y votos.

Pero esa vez los militares decidieron honrar su compromiso rectificando y cumpliendo la garantía a que se habían obligado. Transcurridos apenas 16 días desconocieron la reelección fraudulenta del tirano. Fue la rebelión militar del 1 de enero de 1958, que salvó la honra de la FAN al cumplir los militares su palabra, la cual fue seguida por la rebelión cívico-militar del 23 de enero.    

4.- La historia se repite ahora. Fueron convocadas elecciones presidenciales en 2024 y las ganó el candidato de oposición a la vista de todo el mundo. Lo sabe la FANB que, en calidad de garante, recibió todas las actas electorales al cierre de la elección en cumplimiento de su deber en el Plan República. Pero ha hecho lo mismo que la FAN en 1952: ha apoyado el desconocimiento del resultado electoral y respaldado el Golpe de Estado del perdedor que se declaró fraudulentamente ganador.

5.- Vemos, pues, que los militares han vuelto a faltar a su palabra de ser garantes de elecciones limpias. Nos han hecho retroceder a 1952. Este retroceso es contra-natura porque, pasados 73 años, estamos en la antesala de una segunda nueva etapa histórica nacional y mundial. El país tiene que apurar el paso para ajustarse a estos cambios, por lo cual debemos ponernos al día (aggionarmento) y evitar en adelante los retrocesos políticos-sociales-culturales que son las tiranías no creyendo en militares ni en políticos sino inyectándonos una vacuna constitucional contra la peste recurrente de la tiranía, y hay esa vacuna probada con éxito. De ella hablaremos luego.

(Publicado en La Razón ayer 06-07-25)

petitdacosta@gmail.com