miércoles, 17 de agosto de 2016

La MUD-AN contribuye a reforzar la imagen de cobardía que tenemos en el mundo


Convendrán ustedes conmigo que es sumamente sospechoso que una AN con mayoría de oposición, que se proclama democrática, se niegue a debatir sobre una cuestión fundamental que concierne a la legitimidad del Presidente de la República y sobre todo a la seguridad nacional, a pesar de que lo proponga formalmente una diputada como lo es la honorable Ing. Melva Paredes, del Estado Aragua. Convendrán ustedes conmigo que, además de sumamente sospechoso ya que para un parlamento democrático no hay ni puede haber tema tabú, es reprobable que unos diputados que juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución se nieguen a constatar si efectivamente existe una violación flagrante de la misma al incumplir el Presidente de la República el requisito de la nacionalidad exigido por los Arts. 41 y 227. Convendrán también ustedes que, además de sospechoso y reprobable, es inmoral que unos diputados que fueron electos para salir de Maduro falten a la promesa hecha a sus electores y el consiguiente mandato recibido de ellos al rehuir el debate sobre un hecho que podría ser decisivo para conseguirlo. Y, por último, convendrán ustedes que, además de sospechoso, reprobable e inmoral, es inhumano prolongar el sufrimiento del pueblo por negarse a debatir sobre una cuestión cuya conclusión podría precipitar el desenlace que le ahorraría sufrimiento.
Agreguemos que, por faltar los diputados a su deber y juramento, los venezolanos sufrimos la indignidad y vergüenza de que Venezuela siga siendo Cubazuela, único país de América sometido a otro, gobernado por un títere de Cuba y que le permitamos a este títere la humillación de burlarse de todos no presentando el Certificado de Nacionalidad Venezolana por nacimiento y sin otra nacionalidad, que dispone la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía en desarrollo de los preceptos constitucionales citados y, sobre todo, ocultando su partida de nacimiento y las de sus padres, lo mínimo que un país tiene derecho a saber de su gobernante: donde nació como lo saben de sus presidentes todos los demás países; quiénes fueron y de dónde eran sus padres, cuál su nacionalidad, origen y fama: si eran mafiosos, narcotraficantes, delincuentes, fugitivos nazis, o gente de bien.
Era deber de los diputados evitarnos a los venezolanos esta humillación, poniéndole fin al bochorno que sufrimos, convertidos en el hazmerreir del mundo, por tener un gobernante que con su origen oscuro nos avergüenza y deshonra. De esta humillación se han hecho copartícipes ahora los diputados al negarse a restituirnos la dignidad nacional con el debate sobre la nacionalidad de Maduro, que dejaría claro su origen y el de sus padres, tal como la diputada Melva Paredes les ha solicitado, sentando el precedente para el futuro de exigir transparencia respecto a la vida de los gobernantes. A la humillación que nos hace Maduro, al crearnos ante el mundo la imagen de un país sin hombres que se hagan respetar, se le ha agregado la vergüenza de que los investidos de autoridad para devolvernos la dignidad nacional contribuyen al escarnio haciendo mayor el agravio.
Los venezolanos hemos sido agraviados por Maduro haciéndonos aparecer como un pueblo de cobardes, que no defiende soberanía ni dignidad. Esta imagen de cobardía ha sido reforzada por una AN que no atreve a averiguar siquiera quién es el títere que nos ha puesto Cuba.

REFLEXIONES 97                         16-08-16

1 comentario:

  1. Yo lo que creo dr petit es que en la AN y la MUD conviven una gran cantidad de personajes viciados y con fallas de origen que por su misma formación incapaz están tras bastidores corriendo la arruga para tratar de conseguir la mayor cantidad de billetes que les permita en el ocaso de sus rastreras vidas, morir enplantufaos con el convencimiento que metieron la pata, pero dirán,: Que vamos hacer,lo hecho hecho está

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