¿Ha sido derrotada la “oposición de calle”, una de cuyas
manifestaciones irrumpió en escena con el lema: “la salida está en la calle”?
Es lo que proclaman títeres y colaboracionistas, unidos como siempre, para
confundir y desanimar. Están equivocados. La “oposición de calle” apenas ha comenzado.
Así como los ríos se forman por la confluencia de distintas corrientes,
llamadas afluentes, también el movimiento de masas que conducirá al desenlace,
que es la toma del poder, ha iniciado su curso al ponerse en movimiento
distintos factores político-sociales, cada uno por su lado, los cuales
terminarán uniéndose más adelante por coincidir en el objetivo y la estrategia.
Lo mismo sucedió en la guerra de independencia y en la guerra federal, cada uno
por su lado coincidiendo en que no había otra salida que coger el monte y luego
todos juntos bajo un solo liderazgo. Lo mismo sucedió en la resistencia
clandestina contra la dictadura militar pérezjimenista, primero cada uno por su
lado y luego coincidiendo, visto el fraude electoral de 1952, en que no había
otra salida que el derrocamiento de la tiranía por una alianza cívico-militar,
lo que exigía unidad del liderazgo civil para llamar a la rebelión (Junta
Patriótica). No nos preocupemos porque López, Machado y Ledezma anden cada uno
por su lado, o lo aparenten. Aparecerán otros más en escena, que hasta pueden
terminar alzándose con el liderazgo por encima de ellos si no se ponen las
pilas. No hagan caso a la especie regada por los colaboracionistas de que a
estos tres los mueve la ambición de la presidencia, lo que para mayor ironía lo
dicen el “candidato eterno” del colaboracionismo y su partido
colaboracionista. Supongamos que
efectivamente sea así, lo que importa es que los tres están moviendo el piso
político, sin haber roto totalmente sus ataduras con los colaboracionistas de
la MUD. A veces las mejores cosas suceden por los peores motivos. Lo que
interesa es que sucedan.
Es lo cierto que la “oposición de calle” viene sumando victorias
políticas, pequeñas pero importantes. La más relevante: haber desenmascarado a
los colaboracionistas, quienes se venían presentando como oposición cuando en
verdad son la “quinta columna” de la tiranía (“quinta columna”= en una
confrontación, conjunto de
personas desleales a la comunidad en la que viven o pertenecen y susceptibles
de colaborar de distintas formas con el enemigo). Al desenmascarar a esta
“quinta columna” le ha partido a la tiranía una de las muletas que le sostenía,
la que adormecía al pueblo con el electoralismo a ultranza como canción de cuna
e impedía así que el descontento tomara la calle. La tiranía está sin esta
muleta, que ha quedado inservible.
La MUD ha sido el
instrumento del colaboracionismo. Es la “quinta columna” de la tiranía
comunista. Al quedar desenmascarada como tal, ha entrado en un proceso de
desintegración. Esta es otra victoria política de la “oposición de calle”,
inimaginable antes del 12F. De nada le valen “encerronas” a los desleales
cuando han sido descubiertos. Han quedado desnudos ante el pueblo, cuya
confianza perdieron. Cuando se activa un
proceso político, como la “oposición de calle”, se producen circunstancias que
obligan a decisiones sucesivas. El desenmascaramiento de los colaboracionistas
ha traído por consecuencia el proceso de desintegración de la MUD, sinónimo de “quinta
columna”. La MUD es un cadáver insepulto.
López, Machado y
Ledezma deben tomar una decisión transcendental: quedarse acompañando a la “quinta
columna” en el velorio de la MUD con cada vez menos gente o irse del velorio
para conducir el tren del movimiento de masas que ellos mismos han puesto en
marcha, el cual está llenándose de pasajeros, sobre todo jóvenes. El que se
quede en el velorio, pierde. Otros asumirán la conducción del tren, imprimiéndole
mayor velocidad.
REFLEXIONES 61 09-08-14
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