domingo, 31 de mayo de 2020

LA ÚNICA SALVACIÓN DE GUAIDÓ: SEGUIR EL EJEMPLO QUE BOLIVIA DIO


Con Guaidó se nos presentó la mejor oportunidad en los veinte años de lucha que llevamos. Y mi desesperación es porque estamos a punto perderla por su inexperiencia que lo hizo someterse a los políticos traficantes de la MUD-G4, la cual reúne a la falsa oposición que escogió Chávez por colaboracionista y a la cual Maduro ha tasado y paga.
Comparemos lo sucedido en Bolivia con lo que viene ocurriendo en Venezuela, trazando al estilo de Plutarco las vidas paralelas de los actores principales, Jeanine Áñez y Juan Guaidó. Ambos profesionales universitarios, ella abogada, él ingeniero. Ambos personajes de segunda fila en sus partidos. Ambos escogidos por el destino para una misión difícil: la transición a la democracia. Él un joven de 37 años, ella comenzando la madurez a los 52.
Allá, por la renuncia del Presidente de la República, Evo Morales, fue convocada la segunda vicepresidente del Senado, Dra. Jeanine Áñez, por haberse excusado todos los funcionarios que le antecedían en el orden sucesoral. Cosa del destino. Tal vez por ser abogada hizo lo siguiente: 1) Asumió el cargo ejecutivo de Presidente de la República con exclusividad por ser incompatible con el cargo legislativo en la directiva del Senado e incluso con el de Senadora, por regir en Bolivia el sistema presidencialista y no el parlamentario; 2) Estableció así la separación nítida entre ambos poderes públicos, resaltando su jerarquía de Jefe de Estado, a pesar de tener el Congreso en contra por ser mayoría del MAS, el partido del renunciante; 3) Formó gobierno nombrando ministros con quienes completó la organización constitucional del Ejecutivo; 4) Designó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas Policiales, que acataron su autoridad; y, 5) Desde entonces gobierna.  En resumen, la doctora Áñez se ha dado su puesto ante el país y ante la comunidad internacional, que la ha reconocido. No anda errante dando saltos, un día como parlamentaria, otro como presidente.
Aquí sucedió todo lo contrario: 1) Guaidó no ha asumido todavía plena e independientemente el cargo ejecutivo de Encargado de la Presidencia de la República separándose del legislativo por ser de incompatible ejercicio simultáneo en el sistema presidencialista establecido por la Constitución. 2) El Ing. Juan Guaidó no procedió a separarse del cargo legislativo de Presidente de la AN, y aceptó subordinarse a la mayoría que forma la MUD-G4, la cual lo sometió y mantiene en estado de servidumbre con un Estatuto de Transición que establece el cogobierno de hecho con reparto de cuotas.Quedó así atado y bien atado. 3) A consecuencia de esta dualidad inconstitucional, el cargo de Presidente Encargado cambia con la presidencia de la AN cuando NO ES ROTATORIO sino que, asumido la primera y única vez, se lo ejerce hasta tanto sea electo el titular para el período en curso como lo dispone la Constitución; 4) No ha formado Gobierno nombrando Vicepresidente y Ministros para completar el Poder Ejecutivo; y, 5) Finalmente no ha designado Ministro de Defensa y Estado Mayor Conjunto con militares exiliados, encargándoles gestionar CON LA MAYOR URGENCIA el auxilio militar extranjero para el CESE DE LA USURPACIÓN y la instalación solemne del GOBIERNO INTERINO, lo cual debería hacer de inmediato.
Por su atadura a los colaboracionistas Guaidó ha quedado a merced de Maduro, quien con los ultracolaboracionistas de aliados le ha dado el golpe más contundente al desconocer a la AN legítima y reconocer como legítima a la AN de los ultracolaboracionistas, por lo cual Guaidó ya no sería el Encargado de la Presidencia de la República a los efectos internos. Sería Luis Parra, si le conviene a Maduro que se declare como tal.
A Guaidó le llegó la hora de la definición. Tiene un ultimátum: seguir el ejemplo de Bolivia como última tabla de salvación haciendo con la mayor urgencia lo que debió hacer antes o apartarse por su fracaso.

Jesús Antonio Petit Da Costa

ENCARGADURÍA 34                           31-05-20  




sábado, 30 de mayo de 2020

LA ENCARGADURÍA ES UN NEGOCIO REDONDO DE LA MUD-G4


Recordemos que el ciudadano Juan Guaidó asumió el 10-01-19, por ministerio de la ley (Art. 233 de la Constitución), como Encargado de la Presidencia de la República pero sólo hasta tanto se celebre la elección del titular del cargo para el período en curso (2019-2025), la cual debió efectuarse en el plazo de un mes (10-02-19). Esta es su misión cuyo cumplimiento prometió en 3 pasos: 1) CESE DE LA USURPACIÓN DE MADURO; 2) GOBIERNO DE TRANSICIÓN, con el solo fin de crear las condiciones para la elección presidencial pendiente; y, 3) ELECCIONES LIBRES, primero la presidencial y luego las otras.

Han transcurrido 16 meses sin que el Encargado Guaidó haya cumplido la misión que le asignó la Constitución, única justificación de su investidura no electiva. Ni siquiera está a punto de dar el primer paso: CESE DE LA USURPACIÓN.

Por aplicación analógica del deber que le impone la Constitución a los que ejercen el cargo como titular, el Encargado Juan Guaidó debió presentar el 10-01-20, o en la fecha más inmediata siguiente, el Mensaje Anual a la AN mediante el cual rendiría cuenta de su gestión, explicando los motivos de su fracaso en el cumplimiento de la misión que le fuera encomendada por la Constitución.

No lo hizo ni lo hará porque sabe que su fracaso en el CESE DE LA USURPACIÓN obedece a tres motivos, de los cuales adelanto estos dos que comprometen a la mayoría de la AN:

1.- Se subordinó al jefe de su partido VP, siendo que el ejercicio de la Presidencia de la República, así sea como Encargado, es incompatible con la subordinación a tercera persona (que para colmo ha negociado su libertad en secreto con Maduro en condiciones indignas según declaración pública de un representante al Congreso de Estados Unidos) porque así Guaidó es el mandatario de su jefe a cuyos intereses personales responde y no a los superiores de la República, lo que constituye causal grave de destitución en otros países.

2.- Se ha sometido a la MUD-G4, que es una sociedad de colaboracionistas, propietarios de movimientos electoreros constituidos para arreglos y negocios, que como tales no sólo negocian con Maduro desde hace años (p. ej. UNT negoció con Maduro la libertad de su jefe a cambio del CNE que quedó bajo el control del tirano) sino forman una comandita que se reparte por igual los ingresos de la Encargaduría, que para ellos es un negocio redondo porque no están obligados a rendir cuenta[JP1] .

Por estos motivos el Encargado Guaidó hubiera sido destituido mediante voto de censura si en Venezuela rigiese el sistema parlamentario. Y de seguir en la Encargaduría sin resultado alguno podría presentársenos el absurdo impensable del revocatorio a un Encargado, que de hecho ya se ha efectuado vía de las encuestas que lo condenan.

Pero nada pasará, porque ninguno de los socios de la cohabitación Maduro-MUDG4 tiene interés en acabar con la narcotiranía ni con el negocio redondo de la Encargaduría que la retroalimenta. La MUD-G4 todo lo ensucia hasta la ilusión que despertó Guaidó.

La víctima de que continúe la cohabitación con Maduro, que es el pueblo venezolano, no tiene mayoría en la AN. Pero igual que apareció el coronavirus, surgirá de repente y con toda seguridad la insurreción que, como el barbarazo del merengue, acabará con todo esto.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 33                            30-05-20


jueves, 28 de mayo de 2020

GUAIDÓ: DEJE LAS PAYASADAS O APÁRTESE


Con la sentencia de encargo del TSJ ilegítimo mediante la cual desconoce la AN presidida por Juan Guaidó y reconoce la AN presidida por Luis Parra se consuma otro acto del Golpe de Estado (AUTOGOLPE) continuado que viene ejecutando el usurpador Nicolás Maduro desde cuando anuló el Poder Legislativo declarándolo en desacato y agravado desde el 23-10-2017 cuando la AN lo declaró fuera de la ley.  Y lo viene haciendo por el colaboracionismo de la MUDG4 y la cobardía de su títere Guaidó. 

La respuesta de la AN a este acto de fuerza con apariencias de sentencia no puede ser la ridícula y cobarde ratificación de Guaidó como presidente de la AN porque al estar desconocida la AN nada valen sus actos. La AN está en el deber constitucional de restablecer la vigencia efectiva de la Constitución, conforme al Art. 333, lo que incluye el reconocimiento a su autoridad y legitimidad y si ello no fuere posible con la sola cooperación de las fuerzas armadas nacionales, denunciar el Golpe de Estado ante las instancias internacionales solicitando su auxilio para poder cumplir con el deber constitucional de restablecer la vigencia efectiva de la Constitución (Carta Democrática-TIAR-187, 11, etc.).

Y si la AN no lo hace por estar dominada por los colaboracionistas de la MUD-G4, es Guaidó el obligado por ser el  Encargado de la Presidencia de la República. Ya basta de que siga haciendo de payaso como títere de los colaboracionistas de la MUD-G4. Los venezolanos nos cansamos de esta payasada. Si no tiene bolas que se aparte renunciando.

Llegó la hora de la definición. No aceptamos más payasadas como Encargado de la Presidencia de la República. Sacúdase a los comerciantes de la MUD-G4 cuyo precio ha tasado y paga Maduro.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 32                         28-05-20    



domingo, 24 de mayo de 2020

PARA TRIUNFAR DESTERREMOS LA MENTALIDAD CHAVISTA-COMUNISTA DESDE AHORA


Hoy es día de fiesta para la narcotiranía. Ha conseguido una victoria propagandística con la entrada del primer tanquero petrolero de Irán, presentada como un desafío a Estados Unidos. Y hoy es un día de luto para los que cayeron en esa trampa propagandística porque se han creado la ilusión de que Estados Unidos nos va a libertar sin exponer nosotros el pellejo y de paso se va a comportar como un gigante de película destrozando todo lo que se le ponga por delante.

Señores: tengamos claro que Estados Unidos ha llegado a ser una super-potencia porque antepone su interés nacional a cualquiera otra consideración. Estados Unidos no ha estado gobernado nunca por imbéciles ideologizados como Chávez y Maduro que han sacrificado a Venezuela subordinándola a Cuba. Su lema ha sido siempre: ESTADOS UNIDOS PRIMERO. Precisamente el lema de Trump, por lo cual deberíamos estar consciente de que hará lo que convenga a su país cuando lo crea conveniente.

En consecuencia, nuestra estrategia contra la narcotiranía no puede estar condicionada a la intervención de Estados Unidos. Hacerlo es comportarse como un chavista-comunista adoptando su mentalidad: cobrar sin trabajar, esperando todo regalado sin luchar para merecerlo. Valga de guía para la acción algo que está al alcance de todos: el Churchill de LAS HORAS MÁS OSCURAS. Allí podemos ver que muchas veces le rogó la intervención a Estados Unidos, en la persona de Roosevelt. Y la respuesta fue siempre negativa por razones de política interna. Pero Churchill no se sentó a esperar sino convocó a su pueblo a la lucha sin tregua: por aire, tierra y mar. La orden fue resistir peleando hasta que, por fin, la situación cambiara hasta la victoria con la intervención de Estados Unidos, que equilibraría el peso de la maquinaria bélica alemana. Y cuándo Estados Unidos intervino a fondo? Cuando los japoneses atacaron a su base naval en Pearl Harbor. Churchill celebró esa noticia como la más feliz que recibiera en la guerra.

Hay otro precedente más reciente: Sadam Hussein hacía alardes desafiantes todos los días contra Estados Unidos, igual que Maduro. Y Estados Unidos no intervenía en contra suya. Hasta que unos terroristas islámicos efectuaron el atentado contra las Torres Gemelas. La respuesta de Estados Unidos fue liquidar a Sadam Hussein y aplastar su tiranía y sus fuerzas armadas.

Lecciones de estos precedentes para la oposición: 1) No cometer el error de establecer la estrategia contra Maduro y su narcotiranía en una posible intervención o auxilio militar de Estados Unidos, que sólo se haría realidad por razones de política interna suya. Y, por tanto, esta ilusión sólo sirve para que la propaganda del enemigo cree un ambiente de desilusión como ahora. 2) Organizarse para librar la lucha desde adentro, en la seguridad de que, al hacerse evidente la intervención militar de Rusia, China, Irán y el terrorismo islámico contra los rebeldes, intervendrá Estados Unidos por razones de seguridad regional. Recordemos que las saciones de Estados Unidos contra la narcotiranía se iniciaron a partir de las manifestaciones de 2014 y sobre todo de 2017. Fueron estas manifestaciones las que cambiaron la política de Estados Unidos y América Latina con el narcorégimen de Maduro; y, 3) No descartar que Irán y el terrorismo islámico, por su fanatismo, nos hagan el favor de atentar directamente contra Estados Unidos, lo que precipitaría un cambio radical de su política en beneficio nuestro.

No esperemos que Estados Unidos nos haga el trabajo que nos corresponde hacer, y que nosotros terminemos disfrutándolo sin exponer el pellejo. Para triunfar desterremos la mentalidad chavista-comunista desde ahora. Cimentemos en la lucha y luego en la transición la mentalidad de la nueva época: la victoria, el éxito y el bienestar se alcanzan con el trabajo y el esfuerzo.


TRANSICIÓN 13                                    24-05-20



miércoles, 20 de mayo de 2020

EL “INFANTILISMO DE IZQUIERDA” PONE EN PELIGRO A VENEZUELA


Atendiendo a la invitación pública de un ministro de Maduro de dedicar a la lectura el tiempo que destinábamos a la tv, he tomado de mi biblioteca el libro BUMERÁN CHÁVEZ, un clásico del periodismo investigativo que servirá de fuente para la historia contemporánea de Venezuela. Reinicio su lectura cuando se acercan los tanqueros enviados por Irán a Venezuela en abierto desafío a Estados Unidos y sus aliados. Lo hago en el Capítulo 7 con el título NICOLÁS EN LA GUARIDA DE HEZBOLÁ- Vinculaciones con el extremismo islamista”. Reproduzco el texto: “Móntate en un avión, que nos vamos a Irán. Era la voz imperativa de Chávez cuando en 2007 llamó a Rafael Isea (viceministro de Finanzas y presidente de BANDES) para incorporarlo a la visita oficial a Teherán. A Isea le dieron un pasaje de avión con escala en Damasco (Siria). Era la ruta que cubría una semana Conviasa y la siguiente lo hacía Iran Air. La línea, inaugurada en marzo de 2007, no se abrió porque hubiera demanda real sino porque facilitaba un transporte rápido de personas y de carga entre la Venezuela de Chávez y el Irán de Ahmadineyad sin que hubiera que dar explicaciones a terceros países…. Esa directa conectividad con Oriente Medio sirvió para poner al Caribe más al alcance de Hezbolá y para facilitar el tráfico de cocaína y armas. …Rafael Isea se llevó un sobresalto en Damasco cuando el avión aterrizó en una base militar y de pronto un oficial de seguridad sirio subió al aparato y le pidió que lo acompañara. Tiene que bajarse aquí, le dijo; tiene una reunión, lo está esperando un funcionario de su país. Fue conducido en coche oficial del gobierno de Bashad al Assad hasta un hotel. Una vez llegado a la habitación que se le asignó, Isea recibió una llamada. Era Nicolás Maduro, entonces canciller, que le pedía que fuera a la habitación donde se encontraba. Cuando Isea entró a la estancia adonde lo había convocado, encontró allí a Maduro con Hasan Nasralá, el jefe de Hezbolá, uno de los hombres más buscados por Estados Unidos. Con ellos había un traductor. Según ciertas informaciones, se acordó en esa habitación dar espacio a Hezbolá en Venezuela, en negocios como el narcotráfico. También el transporte de armas al Líbano, así como el acceso de Hezbolá a pasaportes venezolanos para facilitar el desplazamiento de sus militantes. Isea informó de esa reunión a Estados Unidos.”

Añade Blasco: “Documentos que pude examinar confirman la celebración el 22-08-2010 de una cumbre de dirigentes del extremismo islámico. En la sede de la inteligencia militar venezolana se reunieron mandos de Hezbolá, Hamas y otros agentes de la Yihad. En la cita estuvieron implicados los embajadores de Siria e Irán. Precisamente el número 2 de la diplomacia chavista en Damasco, el libanés naturalizado venezolano Ghazi Nassereddine era la persona más prominente de Hezbolá en Venezuela.”

Como vemos Chávez antes y Maduro después, obnubilados contra Estados Unidos, cayeron enfermos de “infantilismo de izquierda”, como llamó Lenin al aventurerismo, al importar el extremismo islámico a Venezuela exponiendo el país a un conflicto contra una superpotencia que puede degenerar en guerra desastrosa para nuestro pueblo.

Lo más grave del “infantilismo de izquierda” entre nosotros es que al extenderse como una epidemia a los altos mandos militares, deja a Venezuela sin los médicos que podrían impedir los efectos de esta demencia.  

Jesús Antonio Petit Da Costa


BLASCO 1                                               20-05-20




           






domingo, 17 de mayo de 2020

NO ILUSIONA VOLVER AL PASADO Y EN MALA COMPAÑÍA


¿Cuál era la situación cuando los jóvenes de la generación del 58 nos jugamos hasta la vida para derrocar la anterior tiranía? Había seguridad extrema en todas partes: carreteras, calles, viviendas. Nada de delincuencia. Servicios públicos eficientes, principalmente los de salud. La economía estaba bien. Nuestras familias tenían lo suficiente para vivir. Sólo se observaba un incipiente aumento del desempleo, resultante de la injusticia social, lo que motivó la famosa pastoral de Monseñor Arias Blanco reclamando atención a los trabajadores. ¿Qué era lo único que faltaba? Libertad y democracia. ¿Cuál fue el ideal que nos hizo insurrectos? Libertad y democracia, una utopía para nosotros porque éramos niños en los años 1945-1948 cuando las hubo fugazmente. Una utopía reforzada por la jerarquía intelectual y moral de los líderes: Betancourt, Caldera, Jóvito y Machado. Una utopía de la cual nos enamoraron los libros. Soñábamos con la democracia. Y por ver realizado este sueño estábamos dispuestos al mayor sacrificio. Libertad y democracia fue nuestra bandera de lucha. Y enarbolándola como bandera derrocamos a la tiranía. Pero 40 años después esa democracia que soñamos nos decepcionó porque se la apropiaron los partidos que terminaron corrompiéndose. Y por esa decepción se coló Chávez prometiendo castigar a los políticos corruptos (“los freiré en aceite” llegó a decir) y hacerle justicia a los pobres llevándolos a vivir mejor. Chávez fue, pues, el producto del descontento del pueblo con la democracia de partidos.

¿Cuál es la situación actual? Pérdida de la soberanía. Protectorado de Cuba. Colapso total de la economía. Prácticamente más del 90% de los trabajadores desempleados. Pobreza extrema, hambre generalizada, crisis humanitaria agravada por la pandemia, industria petrolera en ruinas, ecocidio de Guayana, nada sirve, nada funciona, y lo inimaginable: la delincuencia organizada está en ejercicio del gobierno cuando todas las tiranías anteriores persiguieron a la delincuencia en todas sus formas. Pero ahora esa delincuencia es la tiranía, la que manda en la cúspide y en los barrios, y los perseguidos somos los ciudadanos. En consecuencia, vivimos mal, muy mal, peor imposible. Vivimos en un estado de malestar extremo. Esto no es vida.

En esta situación con qué se puede ilusionar al pueblo, y sobre todo a los jóvenes, para después de Maduro? Cuál la utopía que les sirva de ideal motivador y para que la enarbolen como bandera de lucha? Nada hasta ahora. Eso que presentó Guaidó como su proyecto no motiva a nadie. Ni a él mismo. Oculta la verdadera intención: volver al pasado pero esta vez en mala compañía vista la conducta de los G4-MUD, unos políticos quemados que no son líderes sino dueños de unas maquinarias electoreras llamadas partidos, montados para negocios y arreglos. Esto no motiva ni emociona a nadie. No sirve de ideal y bandera, lo cual explica porqué al pueblo no lo mueve todavía una ilusión de futuro. 

Descartada esta alternativa de los políticos, cuál nos queda? Daré mi opinión en la próxima.

Jesús Antonio Petit Da Costa

PLAN 2                                                  17-05-20

   

sábado, 16 de mayo de 2020

FALTA UN IDEAL QUE ENGANCHE Y UNA BANDERA QUE ENARBOLAR


¿Por qué, a pesar del repudio general a Maduro y su narcotiranía, no se ha rebelado el pueblo? Por dos razones: 1) No hay un proyecto político-social que lo cautive y lo enganche al extremo de convertirse en un ideal por el cual jugarse la vida enarbolándolo como bandera; y, 2) No existe un movimiento político que encarne ese ideal y, en función del mismo, motive al pueblo y lo organice para que se rebele corriendo todos los riesgos.

A principios del siglo XIX la generación libertadora enroló al pueblo provocando la rebelión con la bandera: INDEPENDENCIA Y LIBERTAD, cuyo ideólogo fue Juan Germán Roscio. Con la independencia se conseguiría libertarse de la tiranía española. Y así la independencia se convirtió en un ideal por el cual jugarse la vida. Y el pueblo se la jugó yendo hasta Bolivia con esta bandera.

Es verdad que al principio los pobres dudaron porque los ricos fueron los que proclamaron la independencia. Hasta que Páez, otro pobre de solemnidad, los convenció diciéndoles: con la independencia nos haremos dueños de la República, que será nuestra. Y así la independencia, con su gemela la libertad, se hizo bandera de los pobres. Su victoria originó la etapa de la oligarquía centralista.

A mediados del siglo XIX el ideal fue FEDERACIÓN, que se convirtió en la bandera enarbolada por el pueblo en la Guerra Federal. El ideólogo fue Antonio Leocadio Guzmán, quien preguntado porqué Federación respondió: “porque el enemigo es centralista.” Dio una clave para la movilización de masas: ser la contracara del gobernante y del sistema repudiados por el pueblo. Su victoria dio origen a la etapa del Liberalismo Amarillo.

A fines del siglo XIX Cipriano Castro emergió con la bandera de la RESTAURACIÓN con la consigna: “nuevos principios, nuevos hombres, nuevos ideales.” Comenzó con apenas 60 partidarios y en 4 meses estaba en Caracas, despachando desde la sede presidencial. Demostró así que cuando un sistema político está desacreditado y el pueblo hambriento (“aquí el único General con pueblo es el General hambre” decían) cae ante el empuje de las masas si hay una bandera que cautive y emocione al pueblo.

A mediados del siglo XX la rebelión cívico-militar de 1945 puso fin, con la bandera de la DEMOCRACIA, a la etapa histórica del andinismo militar iniciada en 1899. Su oferta: el pueblo al poder  con el voto directo, universal y secreto. Duró su gobierno apenas tres años, pero la DEMOCRACIA como bandera quedó sembrada en el corazón del pueblo, tanto que fue la bandera de la RESTAURACIÓN DE LA DEMOCRACIA la que motivó la rebelión cívico-militar de 1958.

A fines del siglo XX la democracia partidista estaba desprestigiada por la corrupción de los partidos, igual que el liberalismo amarillo a fines del XIX. Apareció Chávez para ponerle fin enarbolando la bandera de la QUINTA REPÚBLICA, contracara de la CUARTA REPÚBLICA como llamó a los 40 años de democracia. Resultó un engaño. No hay República, sino Protectorado de Cuba. No hay democracia, sino comunismo. No hay riqueza, sino pobreza extrema. No hay libertad, sino narcotiranía. No hay honestidad, sino enriquecimiento grosero por saqueo a la Nación. A 21 años de esta etapa, gobernantes y sistema están totalmente desprestigiados y son repudiados por más del 80% de los ciudadanos que claman por un cambio político-social sin más demora. Pero no hay un movimiento político que cautive con un proyecto y una bandera que motive al pueblo.

Salir de Maduro y su narcotiranía no es suficiente. Restaurar la democracia no atrae tanto como antes porque, ya desprestigiada en su final, el chavismo se encargó de desacreditarla. Hay que asumir un proyecto distinto y enarbolar una bandera que emocione.

Nuestra tarea, de los que no somos activistas políticos ni militamos en ningún partido, es contribuir a subsanar esta falla con un ideal que cautive al pueblo y una bandera que enarbole un movimiento de masas que ponga fin a la narcotiranía títere de Cuba e inaugure la nueva etapa histórica que deberá durar por lo menos hasta fines del siglo XXI. 

Jesús Antonio Petit Da Costa


PLAN 1                                                    16-05-20







jueves, 14 de mayo de 2020

PONER EN MARCHA A LA SOCIEDAD CIVIL PARA LA TOMA DEL PODER


La docencia me dejó el hábito de repetir para hacerme comprender y dejar grabadas en la mente las ideas expuestas. Voy, pues, a repetir resumiendo lo que hasta ahora he dicho.

Sabemos que Maduro no sale por la buena. Hay que sacarlo por la mala. Él mismo se lo aclaró al presidente de Argentina cuando quiso mediar: “A mí me sacan a plomo limpio.” Entonces hay que sacarlo como él quiere: a plomo limpio. No hay, pues, salida electoral y pacífica. Los que digan lo contrario son colaboracionistas o, peor aún, mercenarios de Maduro porque efectivamente lo son.

Había tres vías para sacarlo del poder junto con su banda. Pero la invasión fingida montada por Maduro nos ha demostrado la casi imposibilidad de esta vía: 1) Los servicios secretos de Maduro han colocado fichas suyas entre los exiliados en el extranjero; 2) Los mercenarios colaboracionistas son “sapos” o delatores que persiguen cualquier iniciativa de lucha porque les tumba el negocio de la salida pacífica (diálogo o elecciones) por el cual perciben una fortuna; 3) Hay una legión de periodistas viviendo en el extranjero que compiten por un “tubazo” que termina tumbando cualquier conspiración. 

Ahora nos quedan dos vías para salir de Maduro: 1) Una rebelión cívico-militar que lo derroque; y/o 2) Una intervención militar extranjera motivada fundamentalmente porque los países participantes consideren en peligro su seguridad nacional. Hay, pues, que organizarse para tomar el poder por cualquiera de estas dos vías. Organizarse para tomar el poder significa tenerlo como objetivo concreto y trabajar en función de este objetivo montando la maquinaria para poder tomarlo por la fuerza. Y, complementariamente, tener listo el plan de lo que va a hacerse con el poder en las manos. Debemos evitar el fracaso de 2002, caso único en nuestra historia de perder el poder después de haberlo tomado con una rebelión cívico-militar. Aprendamos de esta experiencia desafortunada para no repetirla.

Resulta obvio que los civiles no podemos organizar a los militares para la toma del poder. A los militares los organizan militares para la toma del poder. Pero tampoco los militares pueden organizar a los civiles para la toma del poder. Son civiles los únicos que pueden organizar a los civiles para la toma del poder. Pero tengamos claro que los civiles debemos rebelarnos contando con los militares, porque los civiles no estamos armados como si lo estuvieron los civiles desde la independencia hasta la última guerra civil a principios del siglo XX. En consecuencia, el papel de los civiles es: 1) Sumarnos con pueblo en la calle a la rebelión militar como en 1945; ó, 2) Iniciar una rebelión popular con el pueblo en la calle para forzar que se le sume la rebelión militar, como en 1958 o en 2002.

Como lo dije: Organizar directamente a la sociedad civil para la toma del poder es urgente, en previsión de estos acontecimientos: 1) Una rebelión militar para restablecer la vigencia de la Constitución, la cual se debe provocar o apoyar con la presencia masiva del pueblo en la calle; ó, 2) La intervención de una coalición internacional con el mismo fin, la que de producirse requerirá el apoyo masivo del pueblo y una sociedad civil organizada.

Agrego esta vez: 1) No puede ser difícil ni demorada la tarea de organizar para la toma del poder  a una sociedad civil que está en más del 80% contra Maduro y demanda su salida inmediata, porque ya no aguanta más al caerle todas las plagas juntas; y, 2) La victoria de una rebelión cívico-militar está asegurada porque, en caso necesario, sería apoyada por la intervención militar de una coalición internacional que tendría por justificación impedir una carnicería o la guerra civil.

Es cuestión de ponerse en marcha porque nunca como ahora se han reunido tantas condiciones objetivas y subjetivas favorables para la LIBERACIÓN DE VENEZUELA. Los que pongan en marcha a la sociedad civil organizándola para la toma del poder, lo tendrán en sus manos.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 30                            14-05-20








miércoles, 13 de mayo de 2020

ORGANIZAR A LA SOCIEDAD CIVIL PARA LA TOMA DEL PODER


En 2002 hubo una rebelión popular que derrocó a Chávez. Pero esa rebelión no fue organizada ni dirigida por los partidos políticos. La dirigió y ejecutó la sociedad civil, tal como sucedió el 19 de abril de 1810. La multitud en la calle siguió a Miraflores porque un grito oportuno la dirigió hacia allá. Ese grito semejó al dedo de Madariaga. El pueblo no llegó a su destino por la masacre de Puente Llaguno. Pero logró su objetivo: derrocar a Chávez. Todo se malogró porque ni partidos ni sociedad civil se habían organizado para la toma del poder. No hubo siquiera quien convocara a la calle al millón de personas del dia anterior para que apoyara el gobierno que se instalaba e influyera en su integración. Y con toda seguridad hubiera reunido al triple de manifestantes. Todo se perdió porque ni partidos políticos ni sociedad civil estaban organizados para la toma del poder.

En 2019 el ciudadano Juan Guaidó fue proclamado y juramentado como Encargado de la Presidencia de la República. No ha pasado hasta ahora de un gesto simbólico, aunque de efectos constitucionales e internacionales. No se ha concretado en la toma del poder porque los partidos de la MUD no están organizados para la rebelión cívico-militar. Son maquinarias electoreras de propiedad particular montadas para hacer negocios. Y negocian con Maduro para lucro personal.

En 2020 la justicia de Estados Unidos ha reclamado al ciudadano Nicolás Maduro y sus más cercanos colaboradores, por terroristas y narcotraficantes. Algo de tanta gravedad jamás visto en la historia de Venezuela y de América Latina. Y, sin embargo, ni el ciudadano Juan Guaidó ni la AN han movilizado al pueblo a la rebelión para derrocar a Maduro invocando esta causa infamante, a pesar de que, según las encuestas, más del 80% está contra Maduro. Es que no están organizados para la toma del poder mediante levantamiento popular, porque no se lo han planteado ni lo conciben. Tienen su maquinarias electoreras sólo para arreglos y negocios.

Para que pueda producirse la rebelión cívico-militar, primera vía de salida de Maduro y su narcotiranía títere de Cuba, hay que organizar a la sociedad civil para la toma del poder, al margen y en paralelo a la MUD de los partidos colaboracionistas que forman la banda de los 4G, a los cuales hay que descartar porque están infectados. 

Organizar directamente a la sociedad civil para la toma del poder es urgente, en previsión de estos acontecimientos: 1) Una rebelion militar para restablecer la vigencia de la Constitución, la cual se debe provocar o apoyar con la presencia masiva del pueblo en la calle; y, 2) La intervención de una coalición internacional con el mismo fin, la que de producirse requerirá el apoyo masivo del pueblo.

Con la organización de la sociedad civil para la toma del poder se atendería la advertencia evangélica: ESTÉN PREPARADOS PORQUE EN CUALQUIER MOMENTO SE PRESENTA EL QUE ESPERAMOS o LO QUE ESPERAMOS.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 29                         12-05-20   



martes, 12 de mayo de 2020

ORGANIZARSE PARA LA TOMA DEL PODER


Descartada por ahora la organización de un ejército expedicionario de venezolanos y voluntarios de otros países para liberar a Venezuela, por los motivos que he expuesto, debería la verdadera oposición o resistencia concentrarse en lo que debió ser su tarea prioritaria desde el principio: organizarse para la TOMA DEL PODER mediante la rebelión cívico-militar. Y es en esta tarea que debe concentrarse.
He dicho repetidas veces que están dadas todas las condiciones objetivas y subjetivas para la rebelión cívico-militar que conduciría a la TOMA DEL PODER, pero dichas condiciones no han sido explotadas para que estalle. Ahora tiene a su favor dos factores con los que no se contaba a principios de año:
1.- Los jóvenes civiles venezolanos no pueden emigrar porque la crisis económico-social les cerró todas las puertas en el mundo. No le queda entonces otra alternativa a luchar por su futuro aquí. De refuerzo llegan los que regresan en peores condiciones a las que tenían cuando se fueron, algunos hasta sin techo. El único obstáculo para el bienestar de estos millones de jóvenes se llama Maduro y su narcotiranía títere de Cuba. Entonces están obligados a remover este obstáculo o hundirse en la miseria, hasta perecer. Es, pues, cuestión de motivarlos y ponerlos en marcha.
2.- A los militares también se les han ido cerrando las puertas en el mundo desde el momento en que la justicia de Estados Unidos persigue por terroristas narcotraficantes a las máximas autoridades y a sus superiores. Todos los militares son sospechosos de los mismos delitos sin haberlos cometido, por el solo hecho de estar bajo su mando. Por culpa de sus jefes no son  admitidos donde quisieran disfrutar de lo que tienen. Estarán obligados a vivir encerrados aquí, durmiendo con un ojo abierto ante el temor de que en cualquier momento ocurra: 1) la intervención de una coalición internacional encabezada por Estados Unidos que los deje sin empleo y sin dinero porque elimina la FANB, si acaso no los mete en una prisión con el aplauso del pueblo; ó, 2) uno de los compañeros se lo lleve en los cachos al ponerle fin a una situación insostenible de agonía interminable, salvándose él y lavándose así la cara ante el pueblo venezolano y la comunidad internacional que viene diciéndole: rebélese contra Maduro y se le abrirán las puertas del mundo. Hay que decirles a los militares: hazlo tú antes de que lo haga otro o venga la invasión, y te ganarás la gloria, y de ñapa 15 millones o más de dólares.
Nunca en nuestra historia se habían dado circunstancias tan favorables para la rebelión cívico-militar que conduciría a la toma del poder. Ha faltado dedicarse a provocarla organizándose para la TOMA DEL PODER, rompiendo con la banda G4 integrada por colaboracionistas y traficantes que reciben dinero de Maduro por debajo de la mesa. Primero organicen a los civiles: 1) porque serán los grandes beneficiarios de la liberación de Venezuela, ya que están peor que los militares en la situación actual; y, 2)son los civiles los motores naturales de la rebelión popular. La rebelión irá de la calle hacia los cuarteles como un viento fresco que pasa por encima de la miasma.  Y al estallar la rebelión cívico-militar provocará el auxilio extranjero si hace falta conforme al precepto bíblico: ayúdate que yo te ayudaré.




ENCARGADURÍA 29                         12-5-2020






lunes, 11 de mayo de 2020

CERRADA POR AHORA UNA VÍA, QUEDAN LAS OTRAS DOS


Repito lo dicho: Sólo saldremos de Maduro, títere de Cuba, y su narcotiranía por una de estas tres vías: 1) Rebelión cívico-militar dentro del territorio nacional; 2) Invasión de ejército expedicionario organizado con venezolanos y voluntarios de otras nacionalidades en el extranjero; y, 3) Intervención militar extranjera que sólo se daría si el interventor considera en peligro la seguridad nacional de su país. No hay otra salida. Está descartada la electoral y pacífica. El que insista en ella es colaboracionista. El que hable de elecciones y paz es colaboracionista. Así se vista de opositor. El colaboracionista es un hermafrodita: parece opositor pero tiene los atributos del otro sexo.

Con la renuncia de JJ Rendón, aceptada por Guaidó, quien seguramente se la exigió, queda cerrada por ahora la segunda vía por tres motivos: 1) Guaidó ha confirmado con su reacción que está bajo el control absoluto de los colaboracionistas de la MUD-G4 y sometido al chantaje de los ultracolaboracionistas de la Mesita. Accedió a escondidas a la propuesta de Rendón de organizar un ejército expedicionario para invadir a Venezuela y derrocar a Maduro, destinando a este fin recursos provenientes del dinero que ingresa a la Encargaduría de la Presidencia de la República, pero al ser descubierto el proyecto por el fracaso al ser infiltrado, Guaidó se rebajó ante colaboracionistas y ultracolaboracionistas aceptando que lo amenazaran con la destitución y lo regañaran como si fuera subalterno. Ha debido desafiarlos así como desafió a Maduro para que lo destituya. No se hubieran atrevido. Saben que pierden más ellos, porque no pueden cambiar de caballo a mitad del río. Se les cae el negoción que tienen montado. 2) La MUD-G4 tiene destinado para el reparto entre ellos el dinero que ingrese a la Encargaduría (CITGO, Monómeros, etc.). Todo se divide en 4 partes, una para cada partido. Por ello forman la banda G4. Está prohibido usar ese dinero para conspirar contra Maduro, porque es para su lucro personal. No se puede contar con ese dinero para financiar una conspiración y mucho menos un ejército expedicionario. 3) No puede haber conspiración sin secreto. Pero está visto que el secreto, vital cuando se trata de un ejército expedicionario, es prácticamente imposible porque la narcotiranía, además de sus servicios de inteligencia, cuenta con los colaboracionistas y ultracolaboracionistas como sus soplones que, a cambio de negociados, han pactado con ella la celebración de elecciones como única alternativa. Y por si fuera poco, hay una legión de periodistas que compiten por dar el “tubazo” sobre la conspiración. Desde luego, el “tubazo” se lo dan a la conspiración en la cabeza tumbándola.

Quedan, pues, las otras dos vías, que están conectadas, como lo explicaré luego, después de haberle tomado la medida a Guaidó con este incidente.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 27                           11-05-20



viernes, 8 de mayo de 2020

Guaidó: rectifique pero insista porque chivo que se devuelve se desnuca


Está demostrado que sólo saldremos de Maduro, títere de Cuba, y su narcotiranía por una de estas tres vías: 1) Rebelión cívico-militar dentro del territorio nacional; 2) Invasión de ejército expedicionario organizado con venezolanos y voluntarios de otras nacionalidades en el extranjero; y, 3) Intervención militar extranjera que sólo se daría si el interventor considera en peligro la seguridad nacional de su país. No hay otra salida. Está descartada la electoralista y pacifista. El que insista en ella es colaboracionista. El que hable de elecciones y paz es colaboracionista. Así se vista de opositor. El colaboracionista es un hermafrodita: parece opositor pero tiene los atributos del otro sexo.

Los hechos nos demuestran que Guaidó intentó la primera vía. Pero no le funcionó. El 30-A-2019 resultó en fracaso porque cometió el error de dejarla en manos del jefe de su partido. Él ha debido asumir la jefatura de la rebelión por ser el Presidente Legítimo de la República. Y entre los militares tiene más importancia que entre los civiles ejercer la jefatura. El Presidente de la República que acepta ser subalterno de otro es un pendejo para todo el mundo. El jefe jefea o se rebaja. Y ni civiles ni mucho menos los militares aceptan de jefe a un pendejo. Ya lo sabe, Guaidó, se sacude al jefe de su partido poniéndolo en su sitio o usted no llegará a Comandante en Jefe de la FAN y si llega le faltarán el respeto porque lo tratarán como a los presidentes civiles puesto por el general Gómez a los cuales en la pared de su casa escribían: aquí vive el presidente, pero el que manda vive enfrente. Así que sacúdase al jefe de su partido. Y, de ser posible, pídale a España que se lo lleve para que entre ustedes se repita lo sucedido entre Leoni y Betancourt, quien se fue a Suiza precisamente para cuidar que al presidente Leoni no lo tuvieran como payaso suyo.

Guaidó acaba intentar la segunda vía: invasión con un ejército expedicionario. Y ha resultado en fracaso, porque la jefatura y la  organización la ha dejado en manos de terceros. Todos los ejércitos expedicionarios de nuestra historia fueron comandados por sus jefes. Desde Miranda y Bolívar hasta Delgado Chalbaud, los ejércitos expedicionarios eran  comandados por el jefe que asumiría la presidencia de la República. Como Guaidó no es militar, cómo debió resolver el problema de la jefatura? Nombrando Ministro de Defensa, que no tiene hasta ahora, a uno de los generales exiliados. Con este nombramiento revistiría de la mayor legalidad a la operación. Error mayúsculo fue contratar a un mercenario para jefe del Ejército Expedicionario. Error por ser un extranjero, con lo cual le regalaba a Maduro un elemento propagandístico. Error porque los mercenarios trabajan por dinero y, por consiguiente, pueden venderse al mejor postor. A los mercenarios se los recluta para ponerlos bajo la jefatura de un patriota comprometido con la causa. Ha debido aprender de la experiencia de Miranda: trajo mercenarios en su expedición de 1806 y tuvo problemas con ellos que se le amotinaron porque no recibieron el pago prometido. Ni Bolívar, Falcón, Zamora, Guzmán, Cipriano o Delgado Chalbaud pusieron a mercenario de jefe. Los jefes de sus ejércitos expedicionarios fueron ellos. Y los mercenarios, cuando los hubo, estaban bajo su mando, sabiendo que si traicionaban serían ejecutados sin fórmula de juicio.

¿Debemos descartar las dos primeras vías por los fracasos? No, en absoluto. Hay que insistir en ellas no repitiendo los errores. La corrección de la primera vía está en poner el acento en los civiles para que se sumen los militares, tarea para la cual debe designar el Vicepresidente Ejecutivo, lo que no ha hecho. La corrección de la segunda vía comenzaría por nombrar Ministro de Defensa a un general exiliado, el que recomendará, si lo cree conveniente, la formación de una Junta de Estado Mayor con otros generales exiliados.

Y, finalmente, plantear ante el TIAR: estamos desesperados, si ustedes no actúan dénnos las armas para ser nosotros mismos los que libertemos a Venezuela.

Consejo a Guaidó: ya que lo intentó, insista. No se devuelva aunque hasta su partido VP lo haya dejado solo. No se devuelva, atienda el dicho sabio de mi tierra coriana: chivo que se devuelve se desnuca. En su caso, desnucarse es perder la Presidencia Legítima devorado por la jauría de colaboracionistas que lo rodea.



Jesús Antonio Petit Da Costa




ENCARGADURÍA 26                            08-05-20



miércoles, 6 de mayo de 2020

INVADIR CON UN EJÉRCITO EXPEDICIONARIO ES TRADICIÓN LIBERTADORA EN VENEZUELA


2.- En el supuesto negado por él que el PRESIDENTE LEGÍTIMO haya contratado la organización de un Ejército Expedicionario para LIBERAR A VENEZUELA puede alegar en su favor, política y jurídicamente, estos precedentes entre otros: 1) La invasión por vía marítima del Generalísimo Miranda en 1806 para LIBERTAR A VENEZUELA de la tiranía, con un Ejército Expedicionario reclutado y armado en Estados Unidos. Desembarcó en La Vela de Coro. 2) La invasión por vía terrestre del Libertador Bolívar en 1813 para LIBERTAR A VENEZUELA de la tiranía, con un Ejército Expedicionario reclutado y armado en la Nueva Granada, con el cual hizo la Campaña Admirable. 3) La invasión por vía marítima del Libertador Bolívar en 1816 para LIBERTAR A VENEZUELA de la tiranía, con un Ejército Expedicionario reclutado y armado en Haití, con la ayuda del Presidente Petión. 4) La invasión por vía marítima de Falcón y Zamora para LIBERTAR A VENEZUELA  de la tiranía con un ejército expedicionario reclutado y armado en las Antillas, que inicia la Guerra Federal. Desembarcó en la antigua Provincia de Coro; 5) La invasión por vía marítima de Guzmán Blanco en 1870 con un ejército expedicionario reclutado y armado en las Antillas para LIBERTAR A VENEZUELA de la tiranía, el cual desembarcó en la playa de Curamichate, antigua Provincia de Coro, dando inicio a la Revolución Amarilla o de Abril; 6) La invasión por vía terrestre de Cipriano Castro desde Colombia en 1899, con un Ejército Expedicionario reclutado y armado para LIBERTAR A VENEZUELA de la tiranía; 7) La expedición del Falke organizada por el general Delgado Chalbaud para LIBERTAR A VENEZUELA de la tiranía entrando por Cumaná en 1929; y, 8) La invasión de Gustavo Machado y Rafael Simón Urbina desde Curazao con un grupo reclutado y armado para LIBERTAR A VENEZUELA de la tiranía, desembarcando en La Vela de Coro en 1929.

Hay, pues, una tradición de organizar y dotar afuera un ejército expedicionario con el cual invadir a Venezuela para libertarla de la tiranía. Y ello se justifica cuando la fuerza armada nacional está al servicio de la tiranía. Y aún más, cuando es la tiranía misma. Si Guaidó intenta en verdad seguir esta tradición libertadora inscribirá su nombre en esta tradición honrosa.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 24                           06-05-20


           




ORGANIZAR UN EJÉRCITO EXPEDICIONARIO PARA LIBERAR A VENEZUELA ES UN DEBER


Una vez más repito que no soy amigo de Guaidó. Ni siquiera lo conozco. Y advierto que lo he criticado por considerar que no ha actuado bien como Encargado de la Presidencia de la República desde el 10 de enero 2019. Y no lo ha hecho bien por subordinarse al jefe de su partido VP, lo que nunca debe hacer el que ejerza la Jefatura de Estado lo cual reconocieron los partidos durante los 40 años de democracia liberando de disciplina partidista al titular del cargo que lo ejercía a plenitud. Y también por no haber hecho lo que procedía constitucionalmente: separar, desde su asunción, el cargo ejecutivo Jefe de Estado del legislativo Presidente de la AN tal como lo ha hecho la  Dra. Áñez en Bolivia. Y al no hacerlo se subordinó a los jefes de la MUD exponiéndose a que sucediera lo que ha sucedido: el reparto de cuotas y prebendas entre los partidos que forman el G4, en los cuales predomina el ansia de dinero sobre la vocación de servicio al país.

Hago la aclaratoria para evitar los equívocos en lo que voy a decir en los comentarios siguientes.

1.- Que el Presidente Legítimo de la República contrate la organización y entrenamiento de un ejército expedicionario que tenga por misión LIBERAR A VENEZUELA comenzando por derrocar al usurpador del cargo para que él pueda asumirlo efectivamente como titular, no constituye delito ni falta. Por el contrario, al hacerlo está cumpliendo el deber que le impone la Constitución en el Art. 333 de restablecer su vigencia efectiva por cualquier medio, porque el precepto constitucional no establece modo ni condición alguna.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 23                        06-05-20


sábado, 2 de mayo de 2020

EL VIRUS NOS DEVUELVE LA JUVENTUD PARA RECONSTRUIR Y REFUNDAR A VENEZUELA



He venido hablando del Gobierno de Transición. Regreso al punto de partida: ¿Cómo llegar a la transición? Desde luego, saliendo de Maduro: CESE DE LA USURPACIÓN. Y porqué no hemos salido de Maduro poniendo fin a la usurpación teniendo a nuestro favor todas las condiciones objetivas y subjetivas? Respuesta: por una estrategia equivocada. Cuál? Esperar que Estados Unidos nos haga espontáneamente el favor de intervenir militarmente, en lugar de rebelarnos nosotros provocando así la intervención militar extranjera al ver que no podemos solos. Recuerden la frase: NO PODEMOS SOLOS. Pues, debemos intentarlo para probar que efectivamente no podemos solos. Diciendo lo mismo, Miranda y Bolívar pidieron primero ayuda para intentarlo por nuestra cuenta sin la intervención extranjera.
Ahora para intentarlo tenemos dos problemas. El primero, no hay un partido o movimiento político que se haya organizado para la insurreción popular que concluya en una rebelión cívico-militar. Esto los diferencia de los partidos de los 50 que se organizaron clandestinamente para derrocar a la tiranía anterior. El segundo, Guaidó no tiene liderazgo para dirigir la rebelión. Si la convoca pocos le creerán porque ha dado muchos vaivenes. A Guaidó le espera el papel del Licenciado Madero en la Revolución Mexicana: ser el portaestandarte usado para legitimar la rebelión hasta la elección del primer presidente de la nueva etapa. A Madero se le recuerda con respeto porque cumplió su papel reconociendo que el poder residía en los jefes de la rebelión.
¿Cómo obviamos estos dos problemas? Recuperando el tiempo perdido, si aprovechamos las circunstancias sobrevenidas. Veamos hoy sólo la primera. Las rebeliones las hacen los jóvenes, no los viejos. Miranda y Bolívar eran unos muchachos cuando se rebelaron. Y también lo eran todos los líderes posteriores que se rebelaron contra las tiranías: por ejemplo, las generaciones del 28 y del 58, a ésta última me honro en pertenecer. Los jóvenes son los actores de las rebeliones porque son los únicos dispuestos a jugarse la vida por un ideal y su futuro. Es una ironía del destino que los jóvenes no temen a la muerte cuando tienen una vida por delante y, en cambio, los viejos la cuidamos celosamente cuando nos falta poco para la tumba. Lo demostraron los jóvenes inmolados en 2014 y 2017, con los cuales tenemos una deuda de gratitud que debemos honrar cuando lleguemos a la transición.
Ya que los jóvenes son los actores de las rebeliones contra las tiranías, aprovechemos la circunstancia favorable del corona virus para su conversión en rebeldes contra Maduro para derrocarlo. Recuerdan el proverbio: no hay mal que por bien no venga. El coronavirus es un mal para quienes tenían por estrategia la intervención militar de Estados Unidos, porque la impide o posterga. Pero es un bien para los que siempre creímos que sin rebelión nuestra no habría intervención militar extranjera en ayuda. ¿Porqué es un bien? Primero porque acaba con el éxodo de los jóvenes al extranjero. Antes del corona virus todos los jóvenes sólo pensaban en irse. Ninguno atendía razones para quedarse. Todos tenían mentalmente hechas sus maletas. El corona virus y la crisis económica mundial que genera los obliga a quedarse. A Maduro y la narcotiranía los favorecía el escapismo de los jóvenes. Ahora que los jóvenes se quedan obligados son unos descontentos que fácilmente podemos convertir en rebeldes contra la narcotiranía. No tienen otra opción. A ellos se sumarán los miles que vendrán de regreso. Tal vez por el coronavirus rescatemos a la juventud venezolana para la inmensa tarea de reconstruir y refundar la República, después de ponerle CESE A LA USURPACIÓN y fin a la narcotiranía títere de Cuba.   
A jóvenes menos preparados que ellos reclutó el comunismo para acabar con la democracia en donde pudo. Nos toca ahora a nosotros hacer lo contrario: la conversión de estos miles de jóvenes preparados de futuro truncado en los actores de la reconstrucción y refundación de Venezuela como puntera de la sociedad del conocimiento.
¿Cómo motivarlos y organizarlos? Les prometo la respuesta para la próxima.

Jesús Antonio Petit Da Costa


ENCARGADURÍA 22                         02-05-20




viernes, 1 de mayo de 2020

¿CONTRA QUIÉN SERÍA LA INSURRECCIÓN: CONTRA MADURO, CONTRA GUAIDÓ, O CONTRA LOS DOS?


Comenzaré con un relato que me sirve para explicar mi posición sobre el Gobierno de Transición.

El 12 de abril de 2002 por la mañana había una confusión sobre la situación jurídico-política planteada por la caída de Chávez. La versión predominante era que Chávez había renunciado. Y, en consecuencia, se estaba formando un gobierno para sucederlo. Era lo que se decía en todas partes y por todos los medios. Entonces yo, que he vivido desde niño las rebeliones cívico-militares y los golpes exclusivamente militares (1945-1948-1952-1958), decidí aprovechar una invitación de RCTV para dar mi opinión con fines de orientación a los que estaban asumiendo el poder. Dije que se debía aclarar si efectivamente se trataba de que Chávez había renunciado, en cuyo caso debía mostrarse la carta de renuncia porque la renuncia de un presidente se prueba con el escrito. Con el inconveniente de que, si existiese la renuncia, debería ser juramentado el Vice-Presidente Diosdado Cabello, a quien correspondía la sucesión constitucional. Porque el problema es que si se toma una vía jurídico-política hay que asumir sus consecuencias. Si hubo renuncia, se activa la sucesión constitucional.

Aconsejé olvidarse de la renuncia y optar por lo que después he llamado el CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL, fundamentándolo en el Art. 333 de la Constitución, la cual Chávez había violado con actos de fuerzas sucesivos, el último había sido la masacre de Puente Llaguno. Así, no habiendo renuncia, quedaría legitimada la insurrección por cumplir el deber constitucional de restablecer la vigencia de la Carta Magna. Observé desconcierto en el estudio de la televisora por ser el único que rompía con mis palabras el ambiente de alborozo por la renuncia. Más cuando agregué que  era  inexplicable que los insurrectos no habían tomado todos los medios de comunicación (tv-radio-prensa) para impedir que el enemigo los usara contra el nuevo gobierno. Y, por último, dije: si Chávez fue derrocado por el pueblo en la calle, porqué no se ha convocado al pueblo a la calle para respaldar al nuevo gobierno que ha tomado el poder y  porqué no se lo mantiene en la calle hasta tanto se estabilice?

Al regresar a casa mi esposa me recriminó haber roto con el festejo de la renuncia, que ella estaba celebrando con los vecinos. Apenas unos minutos después se presentó en mi hogar un amigo muy querido, militar retirado participante en las gestas del 58, angustiado por mis palabras porque todo se pudiera venir abajo. Me invitó a ir a Miraflores con él para exponer mi opinión. Yo me resistía diciendo: no voy adonde no me invitan. Se sumó mi esposa a la insistencia del amigo. Al fin, accedí.

En Miraflores conseguí a todos los políticos, pendientes del reparto de poder. A ninguno se le había ocurrido convocar al pueblo a la calle y desde allí influir decisivamente en los acontecimientos. A los que conseguía les preguntaba: donde está la renuncia de Chávez? Ustedes la vieron? Ninguno me respondía. Todos eludían. Sospeché entonces que los insurrectos habían tomado el camino equivocado. Conseguí al directivo de un gremio empresarial con quien tenía confianza y le pregunté: aquí en confianza, qué sabes de la renuncia de Chávez, tú la has visto, y qué de la remoción del Vice Cabello supuestamente hecha por Chávez antes de renunciar? Me contestó: sinceramente ni yo ni nadie de los que estamos aquí hemos visto ni la una ni la otra. Nadie sabe quién las tiene. Y te pido que no jurungues eso para que no se enrede la cosa. Llegué a la conclusión: la rebelión cívico-militar tiene un puñal en el pecho que se lo han clavado sus propios cabecillas. Eso me preocupó porque ví que la más bella insurrección de calle que había presenciado en mi vida iba camino al fracaso.

Estaba todavía en Miraflores cuando Carmona se juramentó ante sí mismo en medio de la euforia de todos los presentes. Entonces le dije a mi querido amigo, el militar retirado que me llevó a Miraflores: “Hazme el favor de regresarme a casa.” En el camino nos detuvimos y él me preguntó: “¿Qué opinas”. Mi respuesta: “el gobierno de Carmona no durará 48 horas.” Compungido repreguntó: “¿tan poco tiempo?” Le contesté: “48 horas, no más.” Me equivoqué en que sólo duró 24 horas.

Si no queremos que pase lo mismo cuando salgamos de Maduro, tenemos que resolver ante todo el problema de la legitimidad del nuevo gobierno. Esto no se exigía hasta 1958. Se le debe a la democracia venezolana que desde Betancourt la sostuvo y la impuso en América. Sin legitimidad no hay reconocimiento internacional, más necesario que nunca antes porque vamos a enfrentar a Cuba, el comunismo, el terrorismo islámico, guerrillas, bandas paramilitares y delincuencia organizada incluido el narcotráfico.  A diferencia de 2002 tenemos el problema resuelto porque Guaidó está reconocido desde ahora como el PRESIDENTE LEGÍTIMO y, como tal, debería presidir el Gobierno de Transición. Porque la rebelión sería contra Maduro el usurpador y no contra Guaidó el legítimo. Resultaría absurdo derrocar a los dos para poner a un tercero sin legitimidad alguna.

Lamento que algunos queridos amigos disientan de mi parecer. Me dolería que, llegado el momento, por culpa del aventurerismo tenga que repetir: “48 horas, no más.”

Jesús Antonio Petit Da Costa


GOBIERNO DE TRANSICIÓN 6          30-04-20