lunes, 31 de agosto de 2015

¿Qué más vamos a esperar?


Liberación Nacional y No-Reelección (136)


Están dadas las condiciones objetivas y subjetivas para repetir la gesta del 19 de abril de 1810, haciendo renunciar a Maduro. No esperemos más.
----------------------------------------------------------------------

Están dadas todas las condiciones objetivas y subjetivas para repetir el 19 de abril de 1810, forzando la renuncia de Maduro como en aquel entonces la de Emparam. Veamos cuáles son esas condiciones:
1.- Cuba, poder dominante en Cubazuela, antes Venezuela, pacta con Estados Unidos, la entrega de su economía, admitiendo la derrota del comunismo por el capitalismo. Así la economía cubana pasará a ser dependiente de Estados Unidos. No son soldados los que desembarcan en Cuba, como lo hicieron los franceses en España, sino empresarios capitalistas.
2.- Según confesión de Mr. Kerry, Estados Unidos negocia con Cuba la entrega de su colonia Cubazuela, antes Venezuela, en las mismas condiciones, prescindiendo de la opinión de los que todavía nos sentimos venezolanos. Así como la Francia de Napoleón negoció con la España del traidor Fernando VII sus colonias en América, prescindiendo de la opinión de los criollos que la habitaban, lo cual provocó su indignación como lo hicieron constar en el Acta de Independencia.
3.- Mientras Estados Unidos y Cuba negocian a Cubazuela, antes Venezuela, a espaldas de los que todavía nos sentimos venezolanos, los agentes de Cuba en nuestro país, traidores civiles y militares, que forman el gobierno títere, procuran distraer al pueblo provocando conflictos artificiales en las fronteras con Guyana y Colombia, para que no tome conciencia de la negociación en curso ni la frustre rebelándose a causa de la situación económico-social.
4.- Efectivamente la situación económico-social es explosiva. Cubazuela ha caído en el colapso económico, causado por los tributos que debe pagar a la metrópoli (petróleo, dólares, oro de las reservas) e inducido por transplantar aquí el sistema económico capitalista en su versión cubana, que ha sido la peor de todas. No se produce nada. Se importa todo. Y no hay dinero para importar. La única industria floreciente es el narcotráfico y la corrupción. Somos un país arruinado y en ruinas.
5.- El pueblo sufre por la hiperinflación y por la escasez, sometiéndose a la tortura de largas y extenuantes colas, para conseguir apenas lo indispensable para no morir de hambre, aunque ya nos aproximamos a la hambruna. No hay salario, pensión ni ingreso sufientes para compensar.  Padecemos un empobrecimiento agudo e indetenible. Cada día el venezolano amanece más pobre. Mientras tanto, la oligarquía gobernante, títere de Cuba, exhibe su enriquecimiento obsceno, producto de su saqueo de las riquezas del país, que ahora complementa con el narcotráfico. Un pueblo pobrísimo con gobernantes inmensamente ricos.
6.- El sistema de salud está por el suelo. No hay hospitales aptos para atender. Escasean las medicinas que necesitan los enfermos. Los médicos se van del país. Sin hospitales, ni medicinas, ni médicos, el futuro de los venezolanos es morir de mengua.
7.- Inseguridad extrema. Los delincuentes, entrenados y adoctrinados en Cuba como fuerza de choque, confiados en su impunidad han extremado el crimen, no limitándose a robar, asaltar y matar, sino que descuartizan a las víctimas. El adoctrinamiento comunista los ha convertido en criminales lombrosianos.
8.- Las perspectivas son sombrías: “los meses de octubre y noviembre se perfilan como de inflexión, porque la peor inflación jamás vista, los inventarios de las empresas en casi 100% de escasez, los municipios del interior totalmente desabastecidos, rubros como la carne totalmente desaparecida, ahora con una crisis por la escasez de billetes, pero paradójicamente con la liquidez monetaria más alta de historia y el crudo en apenas US$35”(Vallenilla). De peor a pésimo.
9.- Finalmente el 83,6% de los venezolanos rechaza a Maduro. Es su deslegitimación total, si la unimos a su ilegitimidad de origen por títere de Cuba, por ser colombiano de nacionalidad exclusiva o compartida y haber sido electo mediante fraude (condición subjetiva por excelencia).
¿Qué más vamos a esperar? No podemos esperar más. No esperemos más.
El objetivo: REPETIR EL 19 DE ABRIL.
La consigna: FUERA MADURO.

lunes, 17 de agosto de 2015

Salir de Maduro para salvar todos a nuestras familias




Es urgente salir de Maduro para que se queden en el país los 7,5 millones de venezolanos buenos que se quieren ir y regresen los 2,5 millones que ya se fueron, la mayor diáspora de América Latina, una verdadera tragedia porque implica separación de padres e hijos y la desintegración de la familia.
--------------------------------------------------------------------------------------

En los años 40-50 y hasta los 60 del siglo pasado Venezuela fue un país de inmigración masiva. Llegaron centenares de miles de europeos: portugueses, españoles e italianos principalmente, que huían de sus naciones empobrecidas por la guerra. Aquí hicieron fortuna trabajando duro y formaron familia cruzándose con los criollos.  Fueron factores importantes en la prosperidad del país y en la fama de sus mujeres, ya que hijas de estos inmigrantes destacaron como reinas de belleza.
En los años 60-70 vino la segunda ola inmigratoria. Entonces llegaron argentinos, uruguayos y chilenos. Venían huyendo de las dictaduras militares. En su mayoría eran universitarios. Se les acogió e incorporó a la sociedad venezolana, asignándoseles asesorías del gobierno y cátedras en universidades y liceos.
En los años 70-80 vino la tercera ola inmigratoria. Atraídos por el boom petrolero, llegaron centenares de miles de trabajadores andinos: colombianos, ecuatorianos, peruanos y bolivianos, que huían de la pobreza y de la guerra civil. Aquí consiguieron trabajo y sobre todo paz y seguridad. Se integraron de tal modo que sus hijos son profundamente venezolanos.
Todos esos inmigrantes fueron atraídos por una Venezuela de economía próspera, con moneda dura y estabilidad de precios, donde había paz y seguridad, con democracia y justicia y sobre todo con oportunidades y futuro para todos, especialmente los jóvenes. Era la época en que Venezuela tenía la imagen de un paraíso, admirado y envidiado por los extranjeros. Pero los venezolanos no lo veíamos así. Entonces nos sucedió lo mismo a Eva y Adán en el Edén. El pueblo cayó en la tentación de probar la manzana del comunismo, envuelta en papel de regalo, que le ofreció el difunto, mandado por el demonio llamado Fidel. Entonces fue echado del paraíso y enviado al infierno en el que estamos viviendo desde hace quince años. Convertido el paraíso en infierno, copia fiel y exacta de Cuba, cambió la corriente migratoria. Ya no viene nadie para acá. Y como únicamente a los malos, a los comunistas y a los malandros, les gusta el infierno, los buenos empezaron a irse. Primero se fueron unos pocos a los que se le agregaron después muchos hasta completar una emigración de más de dos millones de venezolanos. Una verdadera diáspora. Tanto o más que los judíos en la segunda guerra mundial. Más que los cubanos que huyeron de la tiranía comunista.
Hasta ahora a muchos, de los que todavía estamos aquí, los detenía la esperanza de que se acabara el infierno pronto, aceptando que tengamos pagar penitencia pasando por el purgatorio de la transición para poder regresar al paraíso. Pero han perdido la fe de que suceda porque ya no creen en el canto de sirena de los colaboracionistas que todos los años le dicen: “vamos a ganar la próxima elección”, “segurito que la ganamos”. Se han dado cuenta del engaño. La desesperanza se viene apoderando del alma de los venezolanos. Lo dicen las encuestas. Uno de cada cuatro se quiere ir, a cualquier parte con tal de salir de este infierno. Son 7,5 millones de personas, que si los dejamos ir, haría que llegaran a 10 millones de emigrantes venezolanos. La más grande diáspora latinoamericana. Una diáspora que comenzó por los universitarios que no ven futuro, a quienes se han sumado trabajadores calificados y no-calificados. Gente de todas las condiciones y de todos los oficios. Es una verdadera hemorragia de recursos humanos. Y pensar que su remedio es sencillo: echar a Maduro para que se queden los buenos que quieren irse y regresen los que ya se fueron. Salir de Maduro no sólo nos salva de la hecatombe económico-social que se nos viene encima. Nos salva también de la tragedia familiar: la separación de padres e hijos, de abuelos y nietos, de tíos y sobrinos, de hermanos, la desintegración de la familia dispersa por el mundo.
Estimado lector: si sigue Maduro usted pierde a su familia, porque se irán uno tras otro. Usted se irá quedando solo en este infierno de país. Su alternativa es sencilla: echar a Maduro o perder la familia, sin garantía de que usted mismo sobreviva a la hecatombe.

LIBERACIÓN NACIONAL Y NO-REELECCIÓN (135)

jueves, 13 de agosto de 2015

La Justicia Transicional en la transición a la democracia

Cuando restablezcamos la vigencia efectiva de la Constitución de 1961, primera medida a tomar, quedará disuelto el Tribunal Supremo de Justicia e intervenido su órgano administrativo, la Dirección Ejecutiva de la Magistratura, y en su lugar resurgirán la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de la Judicatura, iniciándose así la resurrección del Poder Judicial como poder independiente del Ejecutivo y del partido de gobierno. Al hacerlo se estará dando cumplimiento al mandato imperativo del Art. 250.
La transición política requerirá de la JUSTICIA TRANSICIONAL, que es la adecuada a esta etapa de reinstitucionalización, cuando se va a pasar de un gobierno títere de Cuba, devenido en tiranía criminal, que viola sistemáticamente los derechos humanos, a una democracia genuina en un país de soberanía recuperada. A la JUSTICIA TRANSICIONAL se la describe así: “es la justicia con un enfoque diferente al convencional, asumido por las sociedades para hacer frente al legado de violaciones generalizadas y sistemáticas de derechos humanos. Este proceso tiene efecto mientras se lleva a cabo el tránsito de un período de conflicto violento o de opresión hacia la paz, la democracia, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos individuales y colectivos..….Como las violaciones sistemáticas de los derechos humanos no sólo afectan a las víctimas sino a toda la sociedad, los Estados no sólo deben castigarlas sino asegurarse que no vuelvan a suceder y, en consecuencia, deben reformar las instituciones que estuvieron implicadas en esos hechos o fueron incapaces de impedirlos” (Centro Internacional para la Justicia Transicional).
El presupuesto político-jurídico de la JUSTICIA TRANSICIONAL será la disolución de las instituciones de la usurpación, lo que se logrará con el restablecimiento de la vigencia efectiva de la Constitución de 1961 que tendrá las consecuencias ya dichas. Luego de disueltas se iniciará la transición que incluye la JUSTICIA TRANSICIONAL.
La finalidad de la JUSTICIA TRANSICIONAL es, además del castigo, el escarmiento ejemplar para que nunca más se repita algo semejante. En Venezuela, para que jamás vuelva a existir un régimen sustentado en la traición a la patria, en la violación de los derechos humanos y en el saqueo de la República.
Según la doctrina internacional predominante la JUSTICIA TRANSICIONAL comprende:
1.- El enjuiciamiento y castigo de los funcionarios de la tiranía incursos en delitos graves. En Venezuela serían: primero y por encima de todo, la traición a la patria mediante la cesión de la soberanía a Cuba y la sumisión a su gobierno, para cuya consumación se efectuó la usurpación de funciones ejecutando el Golpe de Estado sistemático y continuado desde 1999. También el saqueo del país que ha constituido el pago a la traición y la violación de los derechos humanos como política de Estado (concurso de delitos).
2.- Las reparaciones a la República y a los ciudadanos por los daños y perjuicios materiales y morales causados por traidores y usurpadores.
El basamento constitucional de la JUSTICIA TRANSICIONAL está en el inciso segundo del Art. 250 de la Constitución del 61 que establece: “Serán juzgados según esta misma Constitución y las leyes expedidas en conformidad con ella, los que aparecieren responsables de los hechos señalados en la primera parte del inciso anterior (el Golpe de Estado sistemático y continuado desde 1999) y asimismo los principales funcionarios de los gobiernos que se organicen subsecuentemente, si no han contribuido a restablecer el imperio de esta Constitución. El Congreso podrá decretar, mediante acuerdo aprobado por mayoría absoluta de sus miembros, la incautación de todo o parte de los bienes de esas mismas personas y de quienes se hayan enriquecido ilícitamente al amparo de la usurpación, para resarcir a la República de los perjuicios que se le hayan causado.”
Conforme al precepto constitucional, los que han participado en los gobiernos sucesivos desde 1999 sólo podrán quedar exentos de la pena por la usurpación si restablecen la vigencia de la Constitución del 61, encabezando o participando en el contragolpe constitucional. Pero no hay eximente penal para el enriquecimiento ilícito, la violación de los derechos humanos y el narcotráfico. Y sobre todo, no puede tener perdón, ni siquiera de Dios, la traición a la patria.
El objetivo: LA RENUNCIA DE MADURO.
La consigna: FUERA MADURO.

¿QUÉ HACER CON EL PODER JUDICIAL? (4)  

lunes, 10 de agosto de 2015

Hay que salir de Maduro ya para salvarnos de la hecatombe


Liberación Nacional y No-Reelección (134)


Salir de Maduro ya, pero ya, es cuestión de supervivencia; de lo contrario, la hecatombe que se nos viene encima nos aplastará
----------------------------------------------------------------------
Peor, imposible. Con estas palabras resumimos la situación que vivimos. Comencemos por la moneda. Es un vale interno, sólo aceptado dentro del territorio nacional. Depreciada y despreciada porque no vale. De 550 por dólar ha caído a 690.000. Una depreciación brutal. Pero ahora escasea además en billetes de alta denominación. Todos los días nuestro dinero vale menos, no nos sirve para vivir. Y al valer menos damos un paso hacia el abismo, donde caeremos si no salimos de Maduro ya. Sólo podremos salvarnos si salimos de Maduro ya.
Una inflación también brutal. Expertos extranjeros de prestigio la estiman en más del 600%. No lo ponemos en duda, primero porque la padecemos. Y porque se ajusta a la lógica: una depreciación brutal de la moneda tiene que acarrear una inflación brutal de los precios. Nos hundimos cada día en la hiperinflación, amaneciendo más caros alimentos, medicinas, ropa y equipos. Todos los días damos un paso hacia la miseria, que será general si no salimos de Maduro ya. Sólo podremos salvarnos de la miseria general que nos haga mendigos, si salimos de Maduro ya.
Un país que sólo produce petróleo porque acabaron con la industria privada y, en consecuencia, importa todo, alimentos, medicinas, ropa, equipos y repuestos,  pero no tiene dinero para comprarlo porque el que había se lo robaron los gobernantes. Consecuencia: escasez brutal sobre inflación brutal. Apenas se consigue algo, cazando donde lo hay, y lo poco que se consigue sube de precio cada día. Un país mendicante que va camino a la hambruna, que se nos vendrá encima si no salimos de Maduro ya. Sólo podremos salvarnos de la hambruna si salimos de Maduro ya.
Por efectos de la depreciación brutal de la moneda, la consiguiente inflación de los precios y de la escasez creciente de todo, el venezolano no tiene calidad de vida. Vive mal, cada día peor. Esta no es vida. Es un martirio. El ama de casa de una cola a otra para darle de comer a la familia. La madre corriendo de aquí para allá buscando la leche y los pañales para los niños. Los hombres de una chivera a otra viendo si consigue el repuesto para el carrito. Los trabajadores viendo cómo estiran el salario de hambre. Los ancianos desesperados porque no consiguen la medicina indicada para sus dolencias. Todo es sufrimiento y quebranto. Pero sin esperanza, porque la cosa está empeorando cada día, hasta que la realidad nos aplaste a menos que salgamos de Maduro ya. Sólo podremos respirar y empezar a vivir de verdad si salimos de Maduro ya.
Estamos entrando en la fase de crisis humanitaria. Ha comenzado por la salud. Ningún hospital puede atender eficientemente. Pero ya tampoco las clínicas porque no tienen equipos, porque están dañados sin repuestos y porque los médicos se están yendo al extranjero. Sin medicinas, sin hospitales y sin médicos, hasta sin seguro HCM, lo que se nos viene encima es peor que lo vivido. Y así será si no salimos de Maduro ya.
La vida del venezolano no vale nada. No sólo porque vive mal. Es además porque su vida no le pertenece sino al delincuente. Vive mientras el delincuente se lo permita. Cuando el delincuente decida que sobra en este mundo, sencillamente lo elimina. No importa cómo se llame. Es carne de cañón. Del cañón del delincuente, que lo mata como un perro, seguro de su impunidad. Vivimos mientras no nos atravesemos en el camino de un delincuente, el de abajo, el que anda por la calle. Los delincuentes de arriba, que nos gobiernan, son dueños de nuestra libertad y de nuestra propiedad. Las tenemos prestadas, hasta tanto ellos exijan que se las devolvamos. Tienen el poder de las armas y el dinero, el de la corrupción y el narcotráfico, y con ellos nos pisotean. No tenemos derecho a nada, ni siquiera a protestar. Somos los hijos de nadie, desvalidos de amparo y justicia. Vivimos bajo la tiranía de la delincuencia organizada, que hace con nosotros lo que le viene en gana. Y cada día será peor si no salimos de Maduro ya. El tiempo corre en contra nuestra. Sólo nos libraremos de la delincuencia si salimos de Maduro ya.
No podemos decir de cómo estamos: peor, imposible, porque será mucho peor si no salimos de Maduro ya. Es una disyuntiva muy simple para usted, estimado lector: Maduro o usted y su familia. Saliendo de Maduro se salvan usted y su familia de la hecatombe que se nos está viniendo encima.  Escoja.

lunes, 3 de agosto de 2015

El divorcio impostergable por adulterio político


Liberación Nacional y No-Reelección (133)

Hagamos efectivo cuanto antes el divorcio, única alternativa al adulterio político de títeres y colaboracionistas que pretenden prolongar con Cuba de proxeneta. Ya la situación es insostenible. 
----------------------------------------------------------------------
Repitamos la cartilla como los maestros de escuela, a ver si por fin hacemos lo que debemos hacer: 1) Estamos bajo el dominio de Cuba, concretamente de la monarquía comunista cubana. No tenemos, pues, gobierno propio, porque la soberanía fue cedida a Cuba por el difunto, el más grande traidor a la patria, a quien sucedió el títere escogido por los monarcas cubanos. Es como si tuviéramos otra vez a Emparam y fuese nuestro país Capitanía General. Peor aún, ya no existe Venezuela. Vivimos en Cubazuela. 2) No es el gobierno títere el que dirige la política interior, sino Cuba, que ha trasplantado aquí su modelo político: la tiranía comunista. Todos los poderes públicos están bajo el control de Cuba. Lo que existe aquí es una administración colonial, a la cual se le premia su traición a la patria con el saqueo de la renta petrolera y el narcotráfico. 3) No es el gobierno títere el que traza y ejecuta la política económico-financiera, sino Cuba, que ha trasplantado aquí su modelo de economía comunista. Todas las decisiones las toma Cuba, quedando a cargo del gobierno títere sólo su ejecución. El colapso económico de Cubazuela viene precisamente de imitar a Cuba. Si los comunistas cubanos arruinaron a Cuba, no podía esperarse de ellos otra cosa que la ruina de Cubazuela, su copia, que ha traído por consecuencia lógica el empobrecimiento general de la población, agravada porque Cubazuela sostiene a Cuba. 4) No es el gobierno títere el que dirige la política exterior, sino Cuba que la maneja de acuerdo con su interés nacional. Fue Cuba la que decidió que Cubazuela cediera parcialmente el territorio limítrofe con Colombia a las FARC para que le sirva de refugio y ruta de salida de su negocio: el narcotráfico. Fue Cuba la que decidió que Cubazuela renunciara al Esequibo. Y es ahora Cuba la que decide revivir la reclamación territorial porque sus aliados perdieron las elecciones en Guyana. 5) Así como la monarquía española recurrió a criminales como Monteverde, Zuazola y Boves, entre otros, para reprimir con crueldad a los patriotas instaurando el terror, la monarquía cubana ha recurrido con el mismo fin a criminales organizados en “colectivos” para-militares y bandas de malandros, cuyos jefes o pranes, de nombre semejante a los asaltantes de camino del siglo XIX (Gómez  acabó con ellos en el XX), son llevados a La Habana donde reciben adoctrinamiento y entrenamiento para convertirlos en “criminales comunistas” al servicio de Cuba. Mientras aquellos bandidos españoles hicieron una guerra declarada después de la Declaración de Independencia, los criminales entrenados por Cuba nos hacen una guerra no-declarada (matan más de 25.000 venezolanos cada año, aparte de los heridos, secuestrados y asaltados) sin haber declarado la independencia. Una guerra asimétrica, en la cual los civiles patriotas estamos inermes porque los militares nos han traicionado.
En estas circunstancias liberarnos de Cuba es el objetivo primero y supremo, único modo de que, recuperada la soberanía, volvamos a ser Venezuela y así podamos tener gobierno propio y decidir sobre el modelo político, sobre el modelo económico y sobre las relaciones internacionales. Y para liberarnos de Cuba hay que salir del gobierno títere. Y para salir del gobierno títere hay que hacer renunciar a Maduro; o sea, repetir el 19 de abril de 1810 iniciando el proceso de recuperación de la independencia perdida. No hay otra alternativa.
¿Sirven las elecciones parlamentarias para forzar la renuncia de Maduro sin la cual es imposible que haya cambio de gobierno y mucho menos ruptura con Cuba? Tal como están planteadas no sirven, porque como los colaboracionistas han usurpado el rol de oposición han desviado a los electores del objetivo (la renuncia de Maduro) hacia la cohabitación con Maduro. Ahora bien, cohabitar con Maduro es cohabitar con Cuba, lo que han venido haciendo los colaboracionistas todos estos años. Tal como están planteadas las parlamentarias, lo que se busca es prolongar el adulterio político entre títeres y colaboracionistas en mejores condiciones para la pareja hasta ahora tratada como inferior. Siempre con Cuba de proxeneta. Un adulterio en el cual el traicionado es el elector de oposición.
Hay que acabar este funesto adulterio político, consumando el divorcio con la repetición del 19 de abril.