sábado, 8 de noviembre de 2025

LOS DOS EJÉRCITOS DE LA TIRANÍA

1.- La tiranía que nos oprime se sostiene en dos ejércitos: el militar y el judicial. Ambos actúan conjuntamente y se complementan en la administración del terror.

El ejército militar de la tiranía fue diseñado por Gómez con tanto acierto que lo sostuvo en el poder como tirano durante 27 años. Y, aún después de su muerte, siguió siendo el poder real durante 24 años, hasta 1959 cuando por fin terminó la etapa histórica del militarismo andino asumiendo un civil la presidencia de la República. Pero desde 1959 fue, durante 40 años, el PODER FÁCTICO más influyente, que amenazó varias veces a la democracia con reimplantar la tiranía, lo que por fin consiguió en 1999 accediendo un militar por la vía electoral. A partir de allí los militares se apoderaron de la República, comportándose como sus dueños y llegando a los extremos que todos conocemos: integran una oligarquía depredadora, que saquea a Venezuela y explota vilmente a los trabajadores activos y jubilados.

Con estos antecedentes hay que plantearse la REFUNDACIÓN DE LA FAN para ponerle fin a las tiranías. Tenemos modelos en Europa, donde han transcurrido 75 años de democracia después de derrotadas las dictaduras nazi-fascistas y de 30 años después de la derrota de las dictaduras del imperio comunista-soviético. Uno de los errores de la vieja democracia fue precisamente no plantearse cómo  hacer este cambio radical de la FAN, de ejército de la tiranía a ejército profesional de la democracia. Lo estamos pagando. Porque el problema que no se resuelve termina en perversión. Como ha sucedido y lo explicaba ya el catedrático VLADIMIR PETIT MEDINA en su tesis doctoral UCV premiada: CHÁVEZ Y LA PERVERSIÓN DEL EJÉRCITO (Caracas, 2014).  

Ahora, cuando le pongamos fin a la tiranía debemos hacer lo que no hicieron los políticos de la vieja democracia: REFUNDAR LA FAN, para que la República cuente en verdad con militares profesionales, no políticos uniformados que integran una oligarquía depredadora,  y para que nuestros hijos y nietos puedan vivir y disfrutar para siempre de la democracia que sus padres y abuelos no pudimos disfrutar.  

2.- El ejército judicial es el otro ejército de la tiranía.  Fue creado por Chávez. Antes no existía. Sencillamente los anteriores tiranos no necesitaron a los jueces para sus fechorías. Por ello no los involucraban. Les bastaba con militares y policías. No existía la jurisdicción constitucional, ni la contencioso-administrativa. No existían habeas corpus ni amparo judicial para que los ciudadanos se defendieran de la persecución política. El preso político sabía que estaba indefenso. Estaba preso por orden del tirano. No se le hacía juicio penal. Se le decía: preso es preso y su apellido es calabozo.

Fue durante la democracia cuando se modernizó la justicia y se estableció el Estado de Derecho. Entonces se reconocieron todos los recursos ante los jueces, que actuaban conforme a la ley. A la defensa penal, ejercida con asistencia de abogado escogido por el procesado, se la erigió en garantía inviolable en todo estado y grado de la causa. Hasta que llegó Chávez, quien convirtió a los jueces, fiscales y defensores públicos en MILICIA chavista, disciplinada y obediente a sus órdenes. Y así pervirtió al Poder Judicial y el Ministerio Público. En 25 años no ha habido una sentencia contra la tiranía. Todas a favor. Es ocioso demandar a la tiranía. No sólo se pierde el tiempo sino el patrimonio y hasta la vida. El tirano usa a jueces y fiscales como su milicia que convalida el atropello y la represión, o los ejecuta ella misma. Ha sido lo nunca visto, porque los tiranos que lo antecedieron no involucraron a estos funcionarios en sus crímenes, asumiendo ellos la responsabilidad personal junto con sus sicarios.

Al pervertir a la justicia ha quedado deshonrada la abogacía. La única profesión universitaria a la cual se le entregó desde el principio todo un poder público para garantía de los ciudadanos. Es actualmente una profesión en desuso, que no sirve para la finalidad de su existencia. Porque en tiranía la abogacía es una profesión marginal. De ninguna utilidad para el perseguido, que termina siendo el propio abogado.

Hemos llegado al extremo de que el Ministro de Justicia no sea un abogado sino un militar que, por añadidura, instaura descaradamente la persecución política llamándola OPERACIÓN TUN-TUN. Para medir el grado de perversión en el cual hemos caído comparémoslo con este hecho: el tirano Pérez Jiménez fue el que creó el Ministerio de Justicia y nombró Ministro al doctor LUIS FELIPE URBANEJA, catedrático de Derecho Civil de la UCV, cuya conducta cívica se medía por su apodo: el FRAILE URBANEJA, inimaginable tocando tum-tum.     

3.- Cuando termine la tiranía habrá que REFUNDAR EL PODER JUDICIAL, EL MINISTERIO PÚBLICO y hasta el MINISTERIO DE JUSTICIA para que no sean nunca más la negación de la justicia y de la abogacía.

Haré mis proposiciones al respecto en sucesivas entregas.

petitdacosta@gmail.com

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