sábado, 10 de mayo de 2025

ENTRAMOS EN LA FASE DE CONTRADICCIÓN INTERNA DEL ENEMIGO

Dije antes, usando prestado el lenguaje de los astrólogos, que hay una conjunción de fuerzas internacionales a nuestro favor. Enseguida sucedió, para demostrarlo, la liberación de los rehenes que retenía Maduro, que eso eran los asilados en la Embajada de Argentina. El procedimiento seguido, llamado quirúrgico, para extraerlos de la garra del enemigo, ha tenido estos efectos:

1.- Ha sido un terremoto geo-político que ha fracturado a la tiranía, dejándola a la vista de todos como un edificio fracturado del cual sus ocupantes deben huir antes del derrumbe si quieren salvar su vida.

2.- Ha quedado demostrado que los jerarcas de la narcotiranía pueden ser cazados, uno por uno, sin disparar un tiro. Basta recordar lo que hizo Israel con Hezbollah. Incluso al jefe que se escondió en su búnker, lo liquidaron allí mismo con una bomba que perfora al búnker como un berbiquí matando al escondido cuando seguramente estaba sentado en la poceta temblando.

3.- Probó que nada pueden hacer para impedirlo Rusia, atada de manos en Ucrania; ni Irán porque ya no cuenta con una eficaz banda criminal como Hezbollah casi destruida por Israel. Ni mucho menos Cuba que no hace ruido para que no la vean.

4.- Que China y Turquía sólo se mueven por negocios. Basta para comprobarlo ir al Gran Bazar de Estambul y su semejante en Pekín, para comprobar la mentalidad mercantil de sus pueblos. Ellos viven el capitalismo salvaje con envoltura de socialismo en el primero e islamismo en el otro.

5.- A consecuencia de este golpe mortal, van a aflorar los enfrentamientos y contradicciones en el seno de la tiranía. ¿Quién tiene la culpa de la humillación y el ridículo? Desde luego, el que estaba a cargo. Se trata de un peso pesado. Sus enemigos internos, que como en toda mafia siempre los hay, van a aprovechar para cargarle el muerto. El más peligroso de sus enemigos es Maduro. No puede dejar sin castigo al responsable, que no puede ser él. Porque como todo jefe comunista debe conservar la imagen de invencible e imputarle a otro el desastre. El tirano narco-comunista nunca asume la responsabilidad por la humillación y el ridículo para conservar su imagen de todopoderoso. Si carga con el muerto, se hunde y su propia gente lo sacrifica.

6.-  Así, pues, entramos en la fase de contradicción entre los factores internos, que deja fuera de juego a los satélites políticos: los colaboracionistas o alacranes, que están colgando sin ser mangos, próximos a caer prematuramente en el piso sin nadie que los recoja y expuestos a ser pisados por la multitud.

petitdacosta@gmail.com





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