lunes, 28 de julio de 2014

Sólo falta un empujón


Tenemos una casta política sin pueblo y una cúpula militar con prontuario, en medio de un colapso total del sistema. ¿Qué falta para que suceda algo? Que emerja con fuerza el liderazgo que dé el empujón con una oposición de calle.
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En una semana han ocurrido dos hechos transcendentales. Primero, la abstención masiva en las elecciones primarias del PSUV confirma que es una ficción el apoyo popular al gobierno títere de Cuba, lo que hemos venido sosteniendo desde hace tiempo. Los títeres no tienen pueblo. Lo perdieron hace tiempo. Y ahora están quedando solos por el colapso general del sistema político-económico que ha empobrecido más a los pobres y ha enriquecido más a los ricos. Sus votos son de mentira, virtuales o comprados. Con los virtuales aseguran el fraude. A los comprados no los motiva la adhesión ni la emoción, sino el interés. Aún así ni siquiera  el diez por ciento de los electores lo respaldan, lo mismo que había quedado en evidencia en 2005 cuando se produjo la abstención masiva del electorado, que fue un acto de desobediencia civil traicionado por los colaboracionistas. Toda la farsa del PSUV se monta sobre un inmenso fraude electoral, avalado por su comparsa la MUD. Pero si los títeres no tienen pueblo, tampoco lo tienen los colaboracionistas. Lo dicen las encuestas. La MUD es una superestructura gaseosa, inflada por los títeres. La casta política (PSUV-MUD) no tiene base social. Entre ella y el pueblo hay un abismo. El colapso hunde al pueblo cada vez más en la pobreza al hacerlo víctima de las siete plagas que le han caído encima (maxidevaluación+ hiperinflación+ superescasez+ maxidesempleo+ extremainseguridad +corrupción general +muerte de mengua por desamparo sanitario: no hay medicinas, no hay instrumental, no hay camas), mientras la casta política (PSUV) en el gobierno roba a manos llenas con una codicia insaciable (la renta petrolera, el fondo chino, los préstamos rusos y de los petroleros americanos, la bóveda del BCV que ya no tiene nada, y los lingotes de oro de la reserva de los cuales no hablan porque deben haber tenido la misma suerte del oro enviado a Moscú durante la guerra civil española) dejando el país en la ruina. Y, por su parte, la casta política del cogobierno (MUD) no tiene problemas porque disfruta de casa, comida y etcétera, carro con chofer y escolta, cargos y contratos para los amigos, confort, comodidades y espacios para pantallear, haciéndose eternos e insustituibles en el pantalleo mediante la reelección indefinida a la cual no renuncian. Los de la casta política que están en el gobierno (PSUV) no quieren cambios y los colaboracionistas del cogobierno (MUD) no tienen prisa. Si están bien, para qué el apuro? Igual da esperar 2018 que 2024, y hasta 2050. Es el pueblo el de la prisa porque, para decirlo con un slogan viejo, “esto no lo aguanta naiden.” Hemos retrocedido, pues, a la situación política de 1998: los dos partidos del sistema en decadencia en medio de una crisis económico-social que llega esta vez a los extremos del colapso.
¿Entonces, si la casta política (PSUV-MUD) no tiene pueblo, quiénes sostienen el gobierno títere de Cuba, impidiendo su caída por implosión o por empujón, que con un empujón bastaría? La “cúpula militar”. No la Fuerza Armada, a la cual suponemos reflejo de lo que pasa en la calle. Es la “cúpula militar” la que sostiene a la casta política por ser parte de la misma. Enseña la historia que la existencia de un abismo entre pueblo y casta política tiene los efectos de una grieta sísmica entre los militares. No se ve, pero está allí. Aquí viene el segundo hecho transcendental de esta semana: la captura del general Carvajal. Con su persona se está acusando directamente al gobierno títere y a la “cúpula militar” (de la cual es figura prominente) de delitos de persecución internacional: narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo (FARC), que han sido admitidos tácitamente por la solidaridad con el capturado. Si le agregamos el delito de traición a la patria por someterse políticamente a Cuba, económicamente a China y militarmente a Rusia, y el delito continuado de lesa humanidad cometido desde el 12F contra los jóvenes, especialmente estudiantes, completamos un prontuario espeluznante, sin antecedentes en la historia nacional. Nunca antes los militares habían tenido ante sí un cuadro tan dramático para el país y para su propia institución, la cual reclama un gesto para reivindicarla, que implica deslinde y ruptura con una casta político-militar desprestigiada totalmente. Cuentan con una ventaja: los generales con prontuario no tendrían capacidad de respuesta. Bastaría con entregarlos a la justicia internacional o de Estados Unidos.
El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga.
Liberación Nacional y No-Reelección (83)

lunes, 21 de julio de 2014

ANTE EL COLAPSO, DESLINDE Y RUPTURA


Lo que está planteado es deslindarse de los colaboracionistas y romper con Cuba y sus títeres fijando como objetivo el  cambio radical y profundo del sistema político-económico cuyo fracaso queda probado por el colapso general
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Tenemos un sistema bipartidista. Lo forman el PSUV y la MUD, la cual es para aquél lo mismo que en el pasado era COPEI para AD. A su vez, el PSUV es para la MUD lo que antes era AD para COPEI. Son cara y sello de una moneda falsa, que es el sistema. Se hablan mal, de la boca para afuera, para aparentar que son distintos, pero negocian en secreto para ocultar que son lo mismo. Ambos forman la casta política del sistema, la que se ha hecho vitalicia en el poder por la reelección indefinida.  
Así como COPEI nunca puso en peligro la estabilidad de un gobierno de AD, ni tampoco los adecos pusieron en peligro a un gobierno de COPEI, también la MUD se niega a hacer zozobrar al gobierno de Maduro. Antes el que estuviera en la oposición, sea AD o COPEI, decía: esperemos las elecciones. Lo mismo dice ahora la MUD: esperemos las parlamentarias de 2015, luego las regionales y municipales de 2016 y después la presidencial de 2018. Y así vamos rodando hasta el fin del siglo, pero eso sí con los de la MUD en cargos que llaman espacios, que son las tetas del presupuesto que cada uno chupa, asegurando carro con chofer y escolta, sueldo jugoso, casa, comida y etcétera, y presupuesto para politiquear. Lo que nos propone la MUD es que les sigamos dando el voto para que ellos vivan bien, mientras el país se hunde y la gente empobrece, camino a la miseria. Piensan con la mentalidad de la casta: arriba ellos y abajo la plebe obligada a sostenerlos en sus cargos, hasta que mueran, para evitar que vengan otros, cuando los que pueden venir en su lugar son también de la misma casta política que se ha apoderado de Venezuela disfrutándola como su hacienda.
AD y COPEI tenían razón en no promover una salida distinta a la electoral, porque estábamos en democracia. Pero bajo un gobierno títere de Cuba, que avanza en la implantación del comunismo para lo cual ha instaurado una tiranía criminal que viola los derechos humanos matando y apresando estudiantes, que saquea a la Nación, que ha hecho del ventajismo y el fraude su garantía de perpetuación en el poder, no funciona la vía electoral, ni hay porqué sentarse a esperar las elecciones. Y menos cuando el sistema ha colapsado política y económicamente. Hay que recurrir a todas las formas de lucha, trasladando su escenario del voto a la calle. Es lo que se llama oposición de calle. Claro está que para hacerla hay que estar resuelto a cambiar el sistema, a sustituirlo por otro. Es lo que no se propone la MUD, por colaboracionista y cogobierno. Sólo quiere que el PSUV le  dé el chancecito de gobernar un rato, alternándose ambos en el poder, sin tocar el sistema. Ni siquiera la sumisión a Cuba. De allí que a los traidores a la patria, vendidos a los Castro, saqueadores del Tesoro, los más grandes ladrones que han sido gobierno en Venezuela, que la han llevado a la ruina y han causado el empobrecimiento general, les están prometiendo impunidad. Les dicen: no se preocupen, no les va a pasar nada si nosotros los de la MUD llegamos al poder, ustedes podrán disfrutar tranquilos de todo lo que robaron y les daremos oportunidad de volver a robar, se trata sólo de unas vacaciones muy merecidas por cierto, quince años robando y traicionando a la patria agotan, tienen que tomarse un descanso.
Pero los venezolanos de a pie, el pueblo llano, no puede esperar más. El colapso del sistema no permite más demora. El techo del país nos aplasta en su caída y para colmo el piso nos arrastra en su hundimiento. Venezuela se deshace, mientras las aves de rapiña comen sus restos. Sólo a la casta política le interesan sus diputaciones, sus gobernaciones y sus alcaldías. Al pueblo llano le interesan su presente y su futuro, y para asegurarlo hay que cambiar el sistema político-económico, lo que implica romper con Cuba, echando del poder a sus títeres y colaboracionistas, la casta política que ha sido su instrumento para explotar a Venezuela hasta llevarla a la ruina empobreciendo a los venezolanos.
El comunismo importado de Cuba ha colapsado. Probado su fracaso, hay que cambiarlo radicalmente. Ante el colapso, ruptura. Una ruptura que comienza por el deslinde frente a los colaboracionistas. Sería el primer paso.
LIBERACIÓN NACIONAL Y NO REELECCIÓN (82)
@petitdacosta

lunes, 14 de julio de 2014

LA CASTA POLÍTICA ES EL ENEMIGO INTERNO



 La casta política de los privilegiados, formada por títeres y colaboracionistas, es el enemigo interno del pueblo por ser  el instrumento de Cuba, la causante de la ruina del país y del empobrecimiento general
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Todo el mundo creía que, desaparecido el difunto, el más grande traidor a la patria en nuestra desgraciada historia, caería el gobierno títere.  No fue así. Y no lo fue por un solo motivo: los colaboracionistas, autores del mayor fraude político, han evitado su caída haciéndose pasar por oposición cuando en verdad son cogobierno. Son parte de la casta política de la tiranía, la que goza de los privilegios de los altos cargos, en los cuales se perpetúan por igual, títeres y colaboracionistas, a causa de la reelección indefinida.
Los enemigos del pueblo son, pues, dos en uno: los títeres y los colaboracionistas. Los títeres están puestos por Cuba para ejercer la autoridad en su protectorado. Constituyen el gobierno títere. Se organizan en dos alas: la militar, que es la dominante, y la civil subalterna. Es civil el presidente pero militar el gobierno. Se explica: el comunismo es importado de Cuba, no impuesto por los trabajadores venezolanos. No hay una dictadura del proletariado, sino una tiranía militar. Es así porque se trata de un régimen colonial con un gobierno títere. Los trabajadores no son confiables para Cuba porque al sufrir el empobrecimiento que trae el comunismo podrían alzarse, como lo hicieron contra los soviéticos los trabajadores en Polonia. Un comunismo sostenido por los militares ofrece mayores garantías de subordinación a Cuba por la disciplina y la obediencia jerárquica, para lo cual se exagera la función de Comandante en Jefe (que no existe entre los trabajadores) y, al mismo tiempo, se entrega a la casta política militar los cargos civiles que facilitan el enriquecimiento. No es la ideología la que une a los títeres, civiles y militares, sino la corrupción fomentada por Cuba para tenerlos a su servicio. Pero la corrupción no genera lealtad, sino complicidad. Esta es la debilidad de los títeres, aparte de que seguramente quedan reservas morales entre los militares.
Los colaboracionistas son figuras de relleno, que se conforman con los cargos subalternos que les dejan los títeres para seguir simulando que estamos en democracia. Pueden esperar hasta 2050 porque disfrutan del status privilegiado de la casta política que les ofrece la reelección indefinida en los altos cargos con carro, chofer y escolta, casa y gastos de representación, despensa llena, presupuesto a la disposición y cuotas de poder. No les afecta en lo personal la ruina del país ni el empobrecimiento y desamparo que padecen sus electores. Los colaboracionistas viven muy bien, después de cada elección mejor, mientras sus electores viven muy mal, después de cada elección peor.
Para los colaboracionistas sólo existe “un déficit de democracia”. Aparte de pulir la imagen democrática de la tiranía ante la comunidad internacional, cumplen el papel de glóbulos blancos del gobierno títere, atacando a todos los disidentes, condenando todo gesto de rebeldía, descalificando a los que hagan resistencia. Siembran el miedo a protestar y limpian la sangre de la tiranía fagocitando a cuerpos extraños y perturbadores, librándola de actores que la desestabilicen. Cuando la rebeldía escapa al control de los colaboracionistas, encargados de asfixiarla en su inicio, actúa la tiranía con la mayor crueldad: asesinatos, torturas, prisiones, condenas injustificadas, represión brutal. Para encubrir el crimen, los colaboracionistas se reúnen con los títeres simulando diálogo, el cual cesa cuando la simulación ha logrado su objetivo: captar la atención internacional para tapar los crímenes contra los que protestan en las calles. Luego los colaboracionistas completan la obra de los criminales haciendo una tarea de limpieza: desacreditar a los rebeldes y culparlos de las muertes causadas por sus socios, los títeres, cuando compartían mesa con ellos. Pero hasta aquí llegaron. Están quemados.
La casta política de la tiranía comunista, formada por títeres y colaboracionistas, es el enemigo interno a vencer. Ténganlo claro y no se dejen engañar más. Y tengan claro también que esta casta política será vencida y desalojada del poder, porque ya no tiene pueblo. Lo ha perdido.

lunes, 7 de julio de 2014

NO HA MUERTO, ESTÁ CARGANDO LAS BATERÍAS


Liberación Nacional y No-Reelección (80)
La oposición de calle no ha sido derrotada. Es un espejismo de tiempo de vacaciones, las cuales deberán aprovechar sus promotores para corregir las fallas del comienzo fijándole objetivos concretos y dándole dirección y organización
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Venezuela se encuentra en un estado pre-insurreccional. Lo demuestra lo sucedido desde el 12-F, día de la juventud. Este día se convocó a la oposición de calle como vía de salida de la dictadura, fracasada la electoral. La respuesta de la juventud, especialmente la estudiantil, fue inmediata, espontánea y emotiva. Enseña la historia que los jóvenes son el termómetro de la sociedad. Cuando reaccionan como lo hicieron reflejan lo que sienten sus padres, sus hermanos, su familia en general, sus compañeros de estudios y de juegos. Los muchachos son la expresión de lo que se vive y respira en la casa, en las aulas y en las calles. Cuando los muchachos se rebelan es porque el clima insurreccional está represado en su entorno, buscando una salida.
Causan el estado pre-insurreccional: 1) El colapso de la economía que nos empobrece más cada día, mientras los corruptos que nos gobiernan se hacen cada día más ricos. Nos asfixian la hiperinflación incontenible, la escasez insoportable y el descenso agobiante de la calidad de vida. No hay perspectiva de sostener siquiera la que teníamos los años anteriores. 2) El colapso general de los servicios públicos: educación, salud, agua, electricidad, calles, etc. Todo está cada vez peor. 3) La inseguridad extrema: asaltos, atracos, asesinatos. La vida no vale nada. Mucho menos nuestras pertenencias. 4) El desamparo por la impunidad, no sólo de las arbitrariedades de los gobernantes, sino de los malandros que nos azotan, lo que no había ocurrido antes en ninguna dictadura militar y mucho menos en una dictadura comunista. 5) El saqueo descarado del país por la oligarquía, las mismas caras que no se han renovado en 15 años, los más grandes e insaciables ladrones que registra la historia nacional y tal vez mundial. 6) Un estado de ánimo en el cual se unen la desesperanza con el resquemor y una sensación colectiva de maltrato, antesala de la rabia.
La tiranía comunista percibe el estado pre-insurreccional en que se encuentra la gente y teme por ello a la oposición de calle. De allí su determinación de impedirla mediante la represión criminal. Los asesinatos de jóvenes por guardias fanatizados y bandas paramilitares entrenadas para el genocidio, la tortura y prisión injustificada, la embestida brutal con equipos y armas de guerra, así como la condena en juicio sumario de los políticos que rompieron con los colaboracionistas hasta el extremo de inventarles un magnicidio truculento, comprueban el miedo de la dictadura a que la oposición de calle se transforme en rebelión popular por el estado pre-insurreccional existente. En su desesperación cometió el error de quemar a la MUD, que hasta ahora le había servido de bombero simulando ser oposición cuando en verdad es una vulgar colaboracionista. La MUD es ahora un cadáver político insepulto, perdido el liderazgo que le servía para engañar a los incautos.
Todo parece tranquilo en estos momentos. Siempre sucede en los días que median entre la insurgencia estudiantil y la caída de la dictadura. Esta apariencia de resignación induce al error de dar por derrotada la oposición de calle. Es un espejismo engañoso. La frustración colectiva se va acumulando, camino a la explosión. Recordemos que los meses de vacaciones familiares (julio-agosto) son también meses de vacaciones políticas. Creo que ni durante la guerra de independencia hubo batalla. Pero las vacaciones las vivimos los venezolanos en nuestra insoportable realidad, ya que escapar al exterior es misión imposible. Esto va incidiendo en el estado de ánimo colectivo.
Entramos en el receso político en medio de un vacío de liderazgo. Maduro no tiene el que tuvo Fidel Castro en Cuba ni Chávez aquí para soportar los embates del colapso. Para colmo sus acompañantes tensan la cuerda con un lenguaje altanero y desafiante, olvidando que la provocación acelera la reacción. Del otro lado, la MUD es ceniza. Quedan López, Machado y Ledezma, que tuvieron el acierto de interpretar el estado pre-insurreccional convocando a la calle. Sus acciones indicaron, sin embargo, que no fijaron un objetivo concreto, ni conformaron una dirección que incorporara líderes sociales y personalidades destacadas, ni habían organizado una estructura para mantener la acción a pesar de la prisión de sus dirigentes. Tienen que corregir estas fallas sobre la marcha.
Mientras tanto, la Tierra sigue girando inexorable. Donde hoy es noche, pronto será día.

sábado, 5 de julio de 2014

UNIVERSITARIOS: ¿QUINCE AÑOS DE HUMILLACIÓN NO BASTAN?


El presidente extranjero que nos puso Cuba para preservar su dominio sobre Venezuela ha anunciado que el  comunista cubano Orlando Borrego, supuesto economista (todo título cubano y soviético de economista descalifica por sospechoso de pirata), será el que dirigirá, por orden de los Castro, la reforma político-administrativa que se propone hacer con el lema: “una revolución dentro de la revolución.” La mejor credencial del intruso es haber sido asistente de Ernesto Ché Guevara, el médico que acabó con la moneda cubana desde la presidencia del Banco Central, un ejemplo irrefutable de las consecuencias desastrosas del intrusismo profesional característico de los comunistas cubanos.  Así, pues, un cubano con estos antecedentes de piratería asesorará a un presidente con conocimientos de sexto grado. Un caso extremo de aventurerismo.
Los universitarios comunistas venezolanos, especialmente los economistas, no han objetado la asesoría del pirata cubano. Una demostración más de que su condición de vende-patria se sobrepone a su dignidad profesional. Si lo pone Cuba está bien para ellos. Si es cubano mejor. Son unos arrastrados sin vergüenza. No merecen el título universitario que tienen. Vale preguntar a los comunistas que fueron o son profesores de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, el nido del comunismo universitario: ¿qué hicieron con lo que enseñaron echándoselas de sabios discípulos de Maza Zavala? ¿Porqué no escriben y hablan contra esta humillación, porque es a ustedes que sus propios compañeros humillan tratándolos de incapaces e imbéciles, buenos para nada, al ponerles encima un cubano tira-piedras? Tanta presunción de sabios cuando había democracia para criticar todo cuanto se hacía y ahora se meten la lengua en el bolsillo dejando que los pateen los cubanos. Díganme, los profesores comunistas de todas las escuelas de economía, que se la echaban de ultranacionalistas, donde está escondida su dignidad cuando su régimen los pisotea y los menosprecia? La dignidad de los economistas comunistas se mide por el silencio ahora cuando sus propios compañeros de gobierno los han escupido en la cara.
Por nuestra parte, los universitarios demócratas debemos pasar de la denuncia a la acción. Ya el tiempo de las denuncias terminó por su inutilidad. Ha llegado la hora de actuar. Todos deberíamos movilizarnos bajo un plan de acción. No por los políticos, a los que sólo les preocupa sus puestos de diputados, gobernador o alcalde. No les interesa la profesión, porque no la ejercen. Viven de la política. Somos nosotros los agraviados los que debemos actuar. ¿Porqué los académicos de todas las academias, que han tenido un papel tan digno, no convocan a científicos y especialistas de todas las disciplinas para organizarlos en función del rescate de la soberanía, una de cuyas manifestaciones es la de preferencia y hasta exclusividad de los venezolanos en la competencia de sus profesiones? ¿Porqué los rectores, decanos y demás autoridades universitarias no convocan a profesores, estudiantes y egresados, para organizarlos en función del rescate de la soberanía, una de cuyas manifestaciones es la exigencia de título venezolano para el ejercicio de la profesión incluso como asesor? ¿Porqué los directivos de los colegios y federaciones de profesionales universitarios no convocan a sus agremiados para organizarlos en función del rescate de la soberanía, una de cuyas manifestaciones es la reserva del mercado de trabajo para los profesionales venezolanos?  Si yo fuera presidente de la Federación de Colegios de Abogados, que lo fui a temprana edad, habría movilizado a los universitarios, comenzando por mis colegas, con este fin. ¿Para qué sirven los gremios si ni siquiera defienden a sus agremiados de la humillación por Cuba y sus títeres al menospreciarlos en sus respectivas profesiones?
Señores universitarios: ¿quince años de humillación por los cubanos y sus títeres no bastan? Hoy, día de la independencia, parafraseo la exclamación de Bolívar para apelar a ustedes y exhortarlos al rescate de la soberanía, de nuestra dignidad profesional y de nuestro mercado de trabajo.  
REFLEXIONES 59                                                            05-07-14